Por Ti Vuelvo A Creer En El Amor

Esa misma noche Augusto, el padre de Alejandro, estaba hablando con un socio, había planeado que lo siguieran, ya que necesitaba saber exactamente cuales serian los pasos de su hijo, cabe la pena mencionar que el hombre estaba furioso.

Horas antes Augusto había tenido una discusión terrible con Alejandro, lo que lo había hecho molestar no había sido lo que le había reclamado, sino que por primera vez su hijo lo había enfrentado sin importarle nada.

Además, le había dicho que no se sentía cómodo viviendo en bajo el mismo techo con Isabel y que se iría, asi que después de eso pensó que lo mejor era tener a su hijo bajo vigilancia.

Entre otras cosas llamó al contador de la empresa para que le avisara cada vez que Alejandro pidiera algún tipo de documentación de la empresa.

Contador: como tu hijo y CEO de la empresa se me hace imposible no entregarle todo lo que me pida

Augusto: Tienes que asegurarte de que todo esté modificado, él no puede darse cuenta de lo que realmente ocurre en la empresa y necesito retrasar la próxima junta lo más que pueda

Contador: deberías buscarle un entretenimiento a tu hijo, así deja de escarbar tanto

Augusto: ya se lo conseguí, pero al parecer no está funcionando como debería

Contador: tu hijo es excepcional con las cuentas y sabes que es así, recuerda que te dije que no era buena idea traerlo de vuelta

Augusto: lo sé, pero era necesario, solo él podía sacar a la empresa de la ruina en la que estaba

Contador. Espero que las cosas sigan así y que tu hijo no nos destruya a nosotros por salvar a la empresa, recuerda que maquillar los balances lleva tiempo y lo tengo encima todo el tiempo, temo cometer algún error que nos incrimine

Augusto: esperemos que caiga en la trampa que le he puesto y su mente se quede en otro lugar, o mejor dicho en otra persona

Terminó la llamada y se sirvió un trago, se sentía ansioso y recordó como años atrás su hijo se había dado cuenta de una venta ilegal de terrenos y habían discutido terriblemente, a la vez que una arquitecta había descubierto otros negocios ilícitos y la tuvo que quitar de en medio para que no destruyera su vida perfecta.

Augusto se sintió muy mal al recordar todo lo que tuvo que hacer para conservar su empresa y su vida llena de lujos y excesos, no entendía porque esa mujer se había negado a quedarse callada y los numerosos problemas que le había generado su decisión de contar todo lo que sabia.

-Alejandro necesito que estés tranquilo y que te enfoques en otra cosa – pensaba Augusto mientras bebía su trago

Al día siguiente Alejandro había planeado salir a correr, le encantaba hacerlo cada vez que necesitaba relajarse y poner en orden sus ideas, cuando iba saliendo pasó por el salón donde el padre hacía reuniones y escuchó una canción, lo que le llamó la atención.

Pensó que era muy temprano para que se celebrara algo allí y decidió acercarse, fue cuando sus ojos la vieron, era Cassandra quien estaba allí bailando, él se quedó parado como hipnotizado por cada movimiento que ella realizaba.

Había algo en su baile que le hizo sentir tan triste, sentía como cada movimiento que hacia demostraba el dolor que sentía por dentro, solo podía pensar en el caos total que esa chica llevaba por dentro y quien la habría dañado de esa manera.

Otra cosa que era innegable era el gran talento que desprendía, con solo algunos movimientos demostraba tanto sentimiento, nunca se había sentido tan atraído a alguien de esa manera, era como si no pudiera moverse del lugar en donde estaba y no podía dejar de verla.

-¿Qué es esto? – comenzó a preguntarse

Solo negó con la cabeza y con mucho esfuerzo se alejó del lugar, a pesar de que cada movimiento del baile se le había quedado marcado en la mente, por lo que sacó su celular y colocó música en sus audífonos, necesitaba alejar a esa chica de sus pensamientos y lo haría como fuera.

Horas más tarde se habían reunido todos en la mesa para desayuna y a pesar de lo que Alejandro pensaba hacer, no podía dejar de ver a Cassandra y de recordar lo que había visto horas antes, quería preguntarle que era exactamente lo que sentía, cuales eran los pensamientos que pasaban por su mente y sobro todo, que era lo que le causaba tanto sufrimiento.

De pronto recordó que la primera vez que estuvo de visita él habló sobre las veces en que lo había despertado a las 5 de la mañana y la reacción de Joaquín, lo que lo llevaba a pensar en que había usado esas mismas tácticas con su sobrina para mantenerla ocupada y sacarla de su ensimismamiento.

Llegando a la conclusión de que ella estaba en casa de su tío para superar algo que le había sucedido, por lo que sintió un poco de remordimiento al haberla tratado tan mal cuando la conoció, pero no sabía quién era en realidad.

-Sabes que puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras, esta es tu casa, en realidad es casa de tu padre – bromeó un poco el padre sacándolo de sus pensamientos

-Gracias Joaquín, no sabes lo mucho que me has ayudado – Alejandro le respondió con una sonrisa

El estar en esa casa lo ayudaría a estar mas cerca de Cassandra y eso le agradaba.

Un rato después Joaquín salió y Elena se fue a la cocina a realizar sus labores dejando a la pareja sola en la mesa.

-Ahora que te quedaras seria bueno aclarar el uso del pasador en la puerta, no vaya a ser que alguien se meta en tu habitación sin permiso en la madrugada – comentó Cassandra con un tono molesto

-Si eres tú quien entra en mi habitación no tengo problema – Cassandra se puso roja al escucharlo

-De todos modos, quiero pedirte disculpas por haber entrado a tu habitación y para que veas que mis disculpas son reales me gustaría invitarte a pasear – él le dio una gran sonrisa invitándola a aceptar

-¿A dónde? – preguntó ella un poco nerviosa

-Es una sorpresa, pero sé que te gustará, déjalo todo en mis manos – ella lo pensó un momento y aceptó