No Eres Mi Verdad

La lámpara de su escritorio se apagó, por las fuertes tormentas que amenazaban a la ciudad, pero eso no le importo, podía estar cayéndose el cielo pero nada haría que el continuara con su trabajo. Elián estaba leyendo una y otra vez mi declaración, escucho los audios que me habían grabado, y noto la frialdad de mi expresión, reviso todas las cámaras de la zona con mucha atención, quería encontrar la prueba que me inculparía, para resolver y demostrar que yo había sido quien cometió el delito. Volvió al lugar del crimen buscando más pistas, luego entró al bar, hizo algunas preguntas y descubrió que efectivamente yo había salido con alguien de ahí. Su instinto de policía le ayudó descifrar cada pieza, y ponerlo en su lugar. Desde que me fui su trabajo enloquecía sus neuronas, estaba seguro de que yo era quien había matado al padre de Eduar, le faltaba encontrar algunas pruebas que me culpaban, pero el caso ya estaba resuelto.

" Ariana... sabía que había algo en ti desde el día que te conocí, lograste meterte en mi cabeza desde el primer instante, pero no dejare que ese sentimiento interfiera en mi trabajo" pensó.

Me tenía en sus manos, una parte de él quería entregarme a la justicia para pagar por mi culpa, pero otra parte me quería con él. Su piel extrañaba la mía, yo sabía como hacerle sentir bien a la hora de tener sexo, intento olvidarme estando con otras, pero su obsesión crecía más, no veía la hora de abrigarme contra su piel, estaba muy lejos para ir a buscarme, lo único que hacía era ir a mi casa y esperar ahí todas las noches en su auto. Sabía que en cualquier momento llegaría y el quería estar ahí para encararme.

La herida de su pierna no fue tan profunda y se recuperó muy pronto, se preguntaba porque le herí sin razón, y llego a la conclusión de que algo había en mí que hacía que actuará de esa manera, se tomó el atrevimiento de contactar a mis padres para preguntarles si algo andaba mal en mi. Mis padres se negaron a darle información y esto hizo que él se haga más preguntas aún.

El viaje con Eduar terminó, juntos volvimos en el mismo avión quería asegurarse de que llegará bien a Argentina, el viaje no fue agradable, una tensión nos mantenía en silencio, aterrizamos y con cuidado me ayudo a bajar, deseaba mucho llevarme a mi casa y cuidar de mi, pero sabía que me negaría, quería evitar que enloquezca una vez más.

- ¿Me prometes que estarás bien?- antes de irse Eduar me pregunto algo angustiado con las cejas caídas y la vista nublosa.

- Mi pelea conmigo misma es día a día, pero estaré bien, no te preocupes- respondí serenamente- espero tengas un buen viaje.

Eduar sin tocarme se fue esa tarde, por temas familiares tenia que volver a su país, en unos dias nos volveriamos a ver, mi chófer subió mis cosas al baúl del auto, y me llevó a casa.

Tenía mucha gente trabajando para mi, los trataba con discreción, no permitía que ninguno se involucrará conmigo, no me importaba su forma de vida, ni tampoco sus problemas, era alguien que solo me veía a sí misma.

Cuando llegue a mi casa le pedí a Mario que metiera mis cosas, cuando puse un pie en el suelo, Elián bajo de su auto y se interpuso en mi camino, nos observamos por unos segundos, al instante se dio cuenta de que no estaba bien, mi fragilidad movió su corazón, venía dispuesto a someterme a un interrogatorio para concluir con su trabajo, pero al verme solo sintió lástima por mi. El peso de mi cuerpo me hizo tambalear perdiendo el equilibrio, lentamente cerré los ojos y me desmayé, Elián rápidamente me tomó en sus brazos para no caer al suelo y herirme aún más de lo que estaba.

"¿Qué fue lo que pasó contigo?", pensó mientras me llevaba en sus brazos para recostarme en la cama. Con un poco de alcohol Intentó despertarme en tanto esperaba al médico, gradualmente abrí los ojos, el estaba frente a mi, con la vista perdida observaba su preocupación.

- ¿Por qué te preocupas tanto por mí?- pregunté.

- Porque eres mi destino, y sin ti mi vida es amarga- respondió.

- Soy alguien destructiva, todo lo que toco se marchita.

- Déjame ayudarte, se que tienes muchas películas en tu cabeza, déjame entenderte...

- Elián solo vete, quiero estar sola- grité con la poca energía que tenía.

Elián no quiso escucharme más, se fue a la cocina a preparar la cena, alguien llamó a la puerta, el médico había llegado, no quería que me atienda, solo quería morir en es momento, mis pesadillas oscilaban en contra mía y me arrastraban al hueco oscuro. El médico me hablaba pero no escuchaba nada, tomaba mi pulso y lo sentía débil, llamó a Elián para contarle la situación.

- La señorita necesita ir al hospital con urgencia, su vida corre riesgo, esta muy débil- le dijo el médico a Elián.

Llamó con urgencia a la ambulancia, volví a perder el conocimiento de todo, el subió conmigo, no quiso ningún momento desprenderse de mí, tomó de mi mano para brindarme su apoyo, cuando llegamos al hospital, un médico me llevó a urgencia, Elián quedó afligido en los pasillos del hospital, me pusieron un suero en el brazo para normalizar mis signos vitales.

Hacía ya varias minutos que no tenía noticias mías, recordaba el día que nos habíamos conocido para calmar sus ansías. Necesitaba saber, ¿que fue lo que ocurrió en ese viaje?, sacó de su bolsillo el teléfono y marcó, el tono de la llamada sonaba una y otra vez, pero no obtenía ninguna respuesta, daba un paso de aquí para aya para calmarse un poco, hasta que vio al médico salir de la sala de donde me atendían.

- Doctor, ¿como esta ella?- pregunto.

- La paciente está estable, no estuvo alimentándose adecuadamente y eso ocasionó que sus defensas bajaran, puede pasar a verla por unos minutos- repondio el médico y se fue.

Elián dio las gracias y paso a verme, me regalo una pequeña sonrisa, fingiendo estar bien.

- ¿Cómo te sientes?- indagó muy angustiado.

- Tranquilízate, no debes asustarte- respiré profundo- Lo peor ha pasado ya.

Me miro atentamente y volvió a sonreír, su sonrisa ya no era alegre.

- No me gusta verte en esta cama, por favor recupérate pronto para volver a casa.

- Quise morir para no hacer más daño, ¿por qué me salvaste?, ¿por qué no dejaste que dejara este maldito mundo?, estoy cansada de toda esta mierda...!- Grité sin control y empecé a llorar.

Elián me cubrió en sus brazos, eh intento consolarme, pero enseguida lo aparté de mí, una vez más me tomó muy fuerte en sus brazos, mi debilidad no me dejaba apartarlo de mi lado.

- Aunque intentes alejarte de mí, no lo vas a conseguir, puedes apuñalarme mil veces por la espalda, y seguiré contigo.

No quise escuchar más su voz horrenda, odiaba que esté ahí y que me toque de la forma que lo hacía. Lo detestaba, tome fuerza, y empecé a gritar, esa noche salí de mis cabales, tire todo lo que estaba a mi alrededor, me quite la aguja del suero y empecé a sangrar. Elián no pudo controlarme más, todos los gritos eran más frecuentes, tuvo que venir el personal de salud para ponerme un tranquilizante.

Elián salió de la habitación muy confundido, tomó su celular y volvió a marcar a Eduar, el tono de la llamada sonaba y sonaba, hasta que alguien atendió.

- ! Detective!... ¿Qué se le ofrece?- le pregunto.

- Eduar me puedes decir ¿qué fue lo que pasó con Ariana en el viaje?, no se encuentra nada bien y ahora esta en el hospital.

- ¡¿Qué?!..., sabía que no tenía que dejarla sola.

- ¿Dime que fue lo que le pasó?

- Quiso suicidarse.

Elián no podía creer lo que estaba escuchando, un silencio abordó la llamada, siempre me vio con una gran fortaleza, se preguntaba que era lo que realmente me pasaba, tenía a Eduar del otro lado de la línea, al ver como iban las cosas no le dijo que yo era la asesina de su padre.

- Detective por temas familiares salí de la ciudad, ¿puede cuidarla por mi, hasta que vuelva?.

- No te preocupes yo la veré.