Nací Para Ser La Villana Del Cuento

Capítulo 13 - Amenaza Resurgente

Apenas habíamos comenzado a reconstruir nuestro reino cuando una nueva y abrumadora amenaza se cernió sobre nosotros. Mientras yo y mis aliados luchábamos por restablecer la estabilidad y la prosperidad, algo siniestro se movía en las sombras, acechando en espera del momento oportuno para atacar.

Las señales empezaron a manifestarse de forma inquietante. Extraños fenómenos sobrenaturales, criaturas aterradoras surgiendo de la nada, ataques repentinos que sembraban el caos y el miedo entre la población.

Damien y sus espías trabajaban incansablemente para recopilar información, pero cada nuevo reporte parecía ser más alarmante que el anterior. Algo o alguien estaba despertando fuerzas primordiales, dejando una estela de destrucción a su paso.

Una noche, mientras meditaba sobre cómo proceder, tuve una visión perturbadora. Vi a la misma criatura demoníaca que había liberado años atrás, pero esta vez parecía más poderosa y hambrienta que nunca. Sus ojos brillaban con una malicia que me heló la sangre, y supe con certeza que había regresado para reclamar lo que creía suyo.

Selene, que había presenciado mi trance, me observó con semblante grave.

—Parece que nuestros temores se han hecho realidad, Lilith —dijo, con pesar—. La criatura que liberaste en el pasado ha despertado y ahora amenaza con sumergir al reino en una oscuridad aún más profunda.

Sentí cómo el peso de esa revelación caía sobre mis hombros, y me vi asaltada por la culpa y el miedo. ¿Cómo podría enfrentar algo tan poderoso y perverso, cuando ni siquiera había logrado sanar por completo las heridas de mi propio pasado?

—No puedo permitir que eso suceda —respondí, con determinación—. Debo detener a esa criatura, cueste lo que cueste.

Selene asintió con solemnidad.

—Entonces debemos prepararnos para la batalla —dijo—. Reúne a nuestros aliados más leales y fuertes. Necesitaremos toda la ayuda posible para enfrentar esta amenaza.

Rápidamente, me puse en marcha, convocando a Damien, Esmeralda, Theron, Zahra y los demás. Les expliqué la gravedad de la situación, y todos ellos juraron lealtad y apoyo sin dudarlo.

Trabajamos incansablemente, reforzando las defensas de la ciudad, trazando estrategias y reuniendo todo el poder mágico que pudimos. Sabíamos que nos enfrentábamos a una batalla sin precedentes, y que el futuro de nuestro reino dependía de nuestro éxito.

Finalmente, la criatura hizo su dramática aparición, emergiendo de las sombras con un rugido ensordecedor. Su sola presencia generaba una onda de terror que hacía temblar a los más valientes.

Selene y yo nos adelantamos, encarando a la bestia con toda nuestra determinación.

—¡Detente ahí, monstruo! —exclamé, con voz firme—. No permitiremos que siembres más caos y destrucción en estas tierras.

La criatura me miró con sus ojos ardientes, y una risa gutural escapó de sus fauces.

—¿Tú? —siseó, con desprecio—. Tú eres la que me liberó hace años, convirtiéndome en esto. Y ahora pretendes detenerme.

Sentí cómo la culpa me oprimía el pecho, pero mantuve mi postura.

—Cometí un terrible error en el pasado —admití—. Pero ahora he aprendido de mis errores y estoy decidida a enmendarlos, cueste lo que cueste.

Extendí mis manos, canalizando toda mi energía mágica, y Selene hizo lo mismo a mi lado. Juntas, lanzamos un poderoso hechizo combinado, envolviendo a la criatura en una prisión de luz y energía.

La bestia rugió con furia, intentando romper las barreras que la aprisionaban, pero nuestro poder parecía ser superior.

—¡No podrán detenerme por siempre! —gritó, con voz atronadora—. ¡Eventualmente me liberaré y entonces toda esta tierra se sumirá en la oscuridad!

—Eso no sucederá —respondí, con determinación—. Hemos derrotado la oscuridad una vez, y lo haremos de nuevo.

Nuestros aliados se unieron a nosotras, aportando su magia y su fuerza para reforzar la prisión. Juntos, logramos contener a la criatura, dejándola...