En el oscuro arte de la escritura, Ella dio vida a una novela donde la astucia de la villana desafiaba los límites de la imaginación. Sin embargo, está muere a causa de los protagonistas, la autora fue cruelmente criticada pues la historia no tenía mucho sentido. En "El último acto de la villana caida", descubre cómo la mente maestra lucha por redimirse en un mundo donde la realidad y la ficción se entrelazan, desafiando las expectativas y sumergiendo al lector en un juego de venganza y astucia. ¿Te atreves a explorar las páginas de esta historia donde la autora se convierte en su propia creación?
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Me encantan los psicópatas
Draven se encontraba frente a Isabella, asustándola al instante en que lo vio, sus manos llenas de sangre daban una imagen bastante aterradora, el miro a Isabella, como un depredador mira a su presa y está a punto de atacarla, Isabella retrocedió un poco, pero estaba lista para usar sus poderes en cualquier momento.
— Tranquila, no te voy a comer, al menos no en la forma que crees. — Draven dejo de caminar hacia Isabella.
Ella lo miro y vio que su mirada había cambiado a una tranquila, ella se empezó a tranquilizar, la imagen de Draven lleno de sangre permanecía en su memoria.
— ¿Qué diablos te paso? ¿Por qué estás lleno de sangre?. —
— ¿No viste el lobo? Intento atacarme y me defendí, tuve que asesinarlo, aunque no fue tan difícil. — miro a Isabella — ¿Qué haces aquí sola y sin armas? El bosque es muy peligroso.
— Estaba caminando, y luego te Vi así que te seguí, no confío en ti para ser sincera y te lo digo para que tengas cuidado con lo que haces, yo soy capaz de lo que sea y más cuando alguien intenta perturbar mi paz. —
— Créeme que lo se, no tengo dudas de lo que eres capaz. —
Draven se acercó a Isabella, subiendo sus manos por sus brazos, un choque electrizante sintió Isabella con su toque suave, Draven llevo sus manos hasta el rostro de Isabella acomodando un mechón negro de su cabello detrás de su oreja. acercando su boca a su oído le dijo.
— Estoy seguro de que morir en tus manos sería un deleite en vez de un castigo —
— Lo que eres es un psicópata, un encantador y cruel psicópata. —
Isabella subió sus manos tocando el bien formado pecho del chico, mientras que sus respiraciones se entrecortaban y aceleraban un paso más y sus bocas se tocaría, Isabella estaba sumida por la lujuria del momento, la mirada y el olor a sangre en el cuerpo de Draven no la asustaba más bien la excitaba, las llamas de pasión estaban encendidas con la cercanía de ambos, Isabella se acercó dispuesta a probar esos labios tan encantadores que llamaban su atención, el beso fue suave, pero a medida que avanzaban se convertía en un vaivén de pasión, ambos luchaban por tener el control, el beso se hizo más fuerte más fiero, Draven tocaba el cuerpo de Isabella a su antojo, subió sus manos por su espalda y luego las bajo hasta llegar al trasero de ella, allí apretó con fuerza, Isabella al sentir el toque se apretó más a el chico sintiendo la dureza que se escondía aún entre sus pantalones.
Isabella, subía sus manos recorriendo el pecho de el y quitando cada uno de los botones de la camisa de el, mientras Draven desabrochaba el vestido de ella.
cuando de repente unas ramas se rompieron bajo el pie de alguien y la voz de Duke los saco a ambos de su atrayente posición. Ambos se quedaron quietos mirándose fijamente, en la cara de Draven se podía notar la frustración y enojo del momento.
— Isabella, por favor responde, si que estás bien —
Duke se había preocupado cuando noto que Isabella se había alejado del campamento y había dejado su espada, por eso había salido a buscarla.
Draven empezó a abotonar su camisa, mientras Isabella arreglaba su vestido y cabello.
— Ya llegó tu perrito faldero, no se te despega nunca — Isabella lo miro.
— Duke no es mi perro faldero, es mi hombre de confianza, seguro se preocupó por qué no regresaba —
— En mal momento vino a buscarte —
Draven se levantó, se acercó a Isabella y dándole un último beso camino hacia el campamento, mientras iba de regreso se topó con Duke, así que le sonrió y termino de abrochar el último botón de su camisa. Duke sigue el camino por donde había visto regresar a Draven, y allí encontró a Isabella, quien se encontraba un poco agitada.
— Deberías tener más cuidado, tu reputación está en juego — le advirtió Duke.
— Tranquilo, en realidad no pasó nada, pero a la próxima no se me escapa — Isabella le guiño un ojo.
— Si como digas, solo ten cuidado los chismes son más rápidos en correr que pararlos. —
Duke le entrego la espada a Isabella y ambos volvieron juntos al campamento, los guardias ya estaban descansando solo los que vigilarían se encontraban despiertos para avisar de cualquier peligro, Isabella ingreso a su tienda de campaña, debía descansar un poco.
A la mañana siguiente, ya se encontraba retomando su camino, Isabella iba metida en su carruaje, y Duke iba al lado de este para proteger a Isabella de cualquier peligro, Draven iba en su caballo, y miraba de vez en cuándo miraba hacia el carruaje dónde iba Isabella, pero veía a ese tal Duke siempre cerca de ella, eso le molestaba, no quería que ningún hombre fuera tan cercano a Isabella.
Al medio día ya podían ver la entrada a Astaroth, a Isabella la puso ansiosa, pues ya muy pronto la novela compensaría con su rumbo y su destino estaría prendiendo de un hilo, pero había forjado un camino que esperaba fuera suficiente para salvar su vida, Isabella sabía que no sería fácil, pues ella no era la única villana en la historia, había una que jugaba en las sombras y que además, tenía un gran poder en la sociedad. Isabella ya sabía que fichas debía mover y a quienes debía destruir, empezando por ese hombre encapuchado, que solo la quería usar para su conveniencia, Isabella sonrió, toda esa gente no sabía lo que les esperaba.
En los pensamientos de Draven solo estaban encontrar a ese asesino, lo castigaría de la peor manera, a ambos, una vez diera con los asesinos de su hermana podría estar en paz y hacer su vida, quizás entonces podría pensar en formar una familia, la imagen de Isabella se firmó en su mente, definitivamente Isabella haría parte de su vida, y si por algún motivo Isabella en el futuro no estaba con el, el iría hasta el fin del mundo y la raptaría y se la llevaría consigo, Isabella había entrado en su vida como un torbellino y el no estaba dispuesto a dejarla ir