Destinos Entrelazados.

**** Julián ****

Observar su rostro sonrojado de la vergüenza, es una vista única y espectacular, me gustaría seguir molestándola, pero solo conseguiría enojarla y lo último que quiero es tocar su carácter. De primera mano sé que es algo explosivo y directo, no quiero salir herido.

- Ja, ja, ja, no te alteres, no pienso burlarme de ti. - intento tranquilizarla.- Estás muy guapa hoy.- se me escapa por la emoción del momento.

Teniendo presente mi equivocación me recrimino, no puedo creer que cometa error tras error, que me esta sucediendo, mi imprudencia puede jugar a mi contra

- ¿Perdón?.- me responde con clara cara de confusión. Creo que no escucho muy bien mis palabras, cosa que es un alivio para mi.

- Nada, solo hablé por hablar.- trato de cambiar el tema, cosas que no parece desapercibida por ella. Es más perspicaz de lo imaginado.

- Entiendo.- dice aún incómoda.

Sin saber como entablar una conversación más allá de estas tres palabras la miro fijamente. Tengo muy claro que esta mujer no está interesada en mí y hasta cierto punto es relajante, pero abrumador. Tengo una sensación de inconformidad, provocando que ni yo mismo me entienda. Lo único claro es que quiero seguir viéndola, observarla me hace sentir que aun esta a mi lado.

- ¿Por qué quería conocerme tu hermana?.- Me arrincona antes de poder salir de mi dilema existencial.- Te escucho.- vuelve a atacar.

Nervioso muevo mis manos, que le puedo decir, que Maria quería conocerla y comprobar con sus propios ojos mis palabras. Al igual, de verificar si esta merece la pena de ser vista, son tantas afirmaciones, que esconde un trasfondo oscuro, que es imposible hablar.

- Curiosidad.- invento una excusa estúpida, sabiendo perfectamente que no se lo creerá.

- En serio?, pero porque siente esa curiosidad, me lo podría explicar señor Santos.- posa su barbilla en sus dos manos, dejando claro que no se rendirá hasta escuchar una respuesta convincente.

Con pocas salidas y resistiéndome a decir mi tormentoso dolor, miento. Esto es lo más sano para los dos.

- Porque te mencione, hablé de todo lo que ha ocurrido desde que te conocí, como haz colocado mi vida de cabeza.- digo evitando su mirada, la cual siento muy clavada en mí.

- Lo siento Julián, pero creo que estas malinterpretando la cosas, yo solo tengo sentimientos de gratitud hacia ti, lo ultimo que quiero es verme envuelta en alguna relación, no puedo negar que te estoy agradecida, pero en este momento quiero tomar nuevos horizontes y salir adelante, quiero superarme.- dice muy segura de eso.

Observando que he metido la pata y lo más probable que esta sea la última vez que nos veamos, utilizo el último recurso que me queda, no creo que pueda suceder algo malo, si digo una mentira sobre lo otra.

- No me malentiendas, como te lo dije anteriormente no eres mi tipo y lo último que se me ocurría es establecer una relación contigo, solo se lo dije en un momento de desespero, espero que comprendas.- rápidamente trato de enmendar la situación.

- ¿Desepero?.- dice incrédula, es como si todo lo pareciera una locura.

- Si, mi familia quiere que me case y forme una familia, pero aún no me siento preparado para eso, asi que afirme que estaba conociendo a una chica, pero que vamos a nuestro paso. lo que no contaba es que mi hermana desearla conocerla, tu fuiste mi unica salvación.- sigo con la mentira, ahora tengo que llevarla hasta las últimas instancias.

- Complicado tu caso, pero no sé porque me tienes que incluirme, yo no quiero involucrarme en temas externos y menos si son de caracter romantico, por amor he sufrido demasiado y lo que menos deseo es sufrir mas, por eso no cuentes conmigo para este juego- intenta levantarse y marcharse, pero la detengo.

Este momento es decisivo, es todo o nada.

- Te propongo un trato, actúa como si fueras mi pareja por un tiempo, solo para cabar con el interés de mi familia y te daré a cambio lo que quieras, por favor.- me aferro esa mínima esperanza.

Abatida me dirige una mirada de desconcierto, sé que debe parecer absurdo mi propuesta, pero es lo único que me queda para poder justificar nuestros encuentros.

- No y es mi palabra definitiva. - rompe todas mis esperanzas con esas cuatro palabras.

Absurdo en una crisis, me cuestiono; simplemente todo terminará así, resistiéndome a esa posibilidad contraatacó.

- Si es tu decisión, la respetaré, pero tan solo bríndame la oportunidad de ser tu amigo, no pido más. Considero que me lo merezco, ya has comprobado por ti misma que no tengo malas intenciones, ¿no crees, Aurora?.- sonrió para aliviar el agresivo ambiente que se ha establecido.

Dudosa entrecierra los ojos, es como si estuviera analizando mis palabras. Abatido la miro, temiendo recibir una negativa respuesta por su parte, creo que eso sería lo peor. No se como permití que Maria viniera, solo complico las cosas.

- Tal vez, eso lo dirá el tiempo. Si es todo me retiro. Nos vemos Julián.- aunque no es la respuesta que esta esperando, me motiva a seguir.

Al menos no corto los lazos de inmediato, va a ver que me ganaré su amistad y le demostraré que no tengo malas intenciones.

- Nos vemos, Aurora.- digo antes de verla desaparecer.

Un tanto contrariado me subo al auto, solo para observar un rostro de desaprobación de mi hermana, la cual solo sabe sacar mis casillas y llevarme al límite.

- Tenías razón, pero sus personalidades ni se topan. No lo sé, pero me agrado.- habla sin parar

- Que forma de demostrarlo, ella piensa todo lo contrario. Por tu culpa casi se aleja de mi, por eso te lo diré una última vez, quiero que te alejes de mis asuntos, es mi vida y yo mismo decidiré como vivirla, agradezco su preocupación, pero ya soy un hombre adulto y se perfectamente lo que estoy haciendo.- declaró un tanto molesto.

- Entendido, solo que me preocupas, pero no interfiere más, eres libre de hacer lo que quiera, solo te pido que no la lastimes ni a ella ni a ti, porque lastimosamente he comprobado que no tienes intenciones de dejarla ir y por lo visto ella no se ha dado cuenta de la encrucijada que está envuelta, promételo Julián.- afirma sabiendo la fuerza de sus palabras.

Queriendo refutarla, intento hablar, pero simplemente no puedo, soy consciente que no todo lo que dice es mentira, pero tampoco verdad, porque mi vida debe ser así.