Su hermano comete un gran error al robarle a un mafioso, y solo ella puede salvarlo de la cárcel. Solo que no espera lo que un malvado mafioso tiene pensado para ella y termina cayendo en un laberinto sin salida.
NovelToon tiene autorización de Jaqueline Nicole para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 13
Apenas entro a su casa, pudo ver a su padrastro sentado junto a la mesa y bebiendo cerveza.
-Que bueno que has llegado... Esperaba por ti.-Dijo el hombre mientras se levantaba de la silla.- Quiero mi dinero. -Mientras estiraba su mano.
-¿Tu dinero? -Pregunto confundida.
-¡Si! Mi dinero. ¿O crees que espere durante todo el mes por nada?- Contestó arrogantemente, Julieta sacó un rollo de dinero y se lo dio. -¿Esto has cobrado? -Pregunto mientras observaba el dinero enojado.
-La otra parte se lo di al señor del mercado, le debía la comida del mes. -Contestó temerosa.
-Mm OK... Deberás esmerarte más el siguiente mes o vuelve a la calle, allí ganabas más.
-Está bien... -Suspiro mientras bajaba la mirada.
-Bueno, ve, ve... Ya no quiero verte. -La echó y Julieta fue rápido hacia su habitación lo único que había hecho bien, fue separar el dinero antes de entrar, como si no lo conociera a su padrastro, sabía que apenas cruce esa puerta le quitaría el dinero y así fue.
En la mañana levantó a los niños y a Tomás y comenzaron a desayunar, su padrastro continuaba durmiendo luego de haberse gastado en una noche todo el dinero que le saco a Julieta.
-Quiero decirles algo chicos.-Comenzó Julieta.
-¿Qué? ¿Qué pasó? -Pregunto Tomás temeroso.
- Anoche cobre mi primer sueldo.-Contesto con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿En serio?? -Se sorprendió.
-¡Si!! Y quiero que salgamos a almorzar a un local de comidas rápidas.
-¡Wow! -Exclamaron los pequeños. -¿De hamburguesas? -Pregunto uno de ellos.
-Si, de hamburguesas, de lo que quieran.
-¡Ay no puedo creerlo! No recuerdo la última vez que fuimos. -Contestó su hermanito.
-Yo ni siquiera recuerdo su sabor. - dijo el otro.
-Bueno, niños, si todo continúa así podremos ir al menos una vez al mes.
-¡Ehhh! -Festejaban los niños.
-Yo también quiero decirte algo.-Interrumpió Tomás la celebración.
-Dime...
-La directora llamó y la próxima semana puedo volver a la escuela.
-¡Ay que bueno hermanito! ¿Has visto como todo va mejorando?-Se acercó Julieta y abrazo a Tomás.
-Todo gracias a ti... Tú te esfuerzas mucho por nosotros y prometo que esta vez no cometeré ningún error.
- Que bueno que quieras enmendar tus actos hermano, espero que nunca más vuelvas a hacer algo así.
-Prometo que nunca más lo haré. - Contestó Tomás con una mano en frente en señal de promesa.
-Bueno niños, vamos a alistarnos para irnos a almorzar.
-¡Ehhh!-Festejaban los niños yendo a su habitación a cambiarse.
Tiempo después, ya listos, salieron rumbo al restaurante, los niños estaban muy felices e iban caminando dando saltitos por todo el camino.
Al llegar al restaurante, los niños fueron rápidamente hacia el mostrador y se quedaron sorprendidos al ver tantas comidas deliciosas.
-¡Yo quiero una hamburguesa supergigante!-Exclamo uno.
-Y yo quiero una con juguete. -Contestaba el otro mientras Julieta sonreía.
Luego de elegir innumerables hamburguesas, finalmente se decidieron y eligieron una mesa donde sentarse, todo estaba tan bien, los niños reían, Julieta y Tomás reían, era tanta su felicidad que no miraban hacia su alrededor, pero poco después Julieta noto que alguien los observaba. Para su sorpresa Lucas estaba sentado frente a ellos, también comiendo una hamburguesa, observando la feliz escena.
-¡Señor Lucas! -Exclamo Julieta con una sonrisa mientras movía su mano saludando, por su parte Lucas levantó su mano y correspondió al saludo con una sonrisa.
-¿Quién es? -Pregunto uno de los niños.
-Es mi jefe. -Aseguro Julieta.
-Invítalo a comer con nosotros. -Sugirió Tomás.
-No creo que quiera...
-Sí, es verdad. Seguro quiera almorzar solo.-Contestó Tomás, al escuchar esto, Lucas se levantó de su asiento con su bandeja y se dirigió a la mesa de Julieta, mientras todos lo observaban sorprendido.
-¿Te sentarás aquí? -Pregunto Julieta sorprendida.
-Si me invitan... -Contestó levantando sus hombros.
-¡Claro que si! Siéntate aquí.-Contestó con una sonrisa mientras hacía lugar para que él se sentara, él alegremente se sentó junto a los hermanos pequeños de Julieta mientras que ella no le quitaba los ojos de encima.
Tomas se extrañó de la actitud de Lucas, pero no quería cometer ningún error porque sabía que era el jefe de su hermana.
-¿Ellos son tus hermanos?
-¡Si! Tomas, Dylan y Noah.-Los presentó uno a uno.
-Un gusto...
-¡Un gusto! -Contestaron ellos.
-¿Usualmente comen aquí?.-Pregunto Lucas.
-No señor, es que mi hermana hoy tiene dinero y nos trajo aquí. -Contestó Dylan espontáneamente.
-¡Ay si! Igual ahora nos traerá todos los meses. -Interrumpió Noah, mientras se encontraba con la mirada de Julieta, que le daba a notar que había hablado de más.
-O sea que no vienen aquí seguido...
-Hace años ya... - Contestó el pequeño Dylan haciendo ruborizar a Julieta, quien se sentía avergonzada. Lucas observó la situación y entendió todo, sabía que no todos tenían las mismas oportunidades que él.
-Les contaré un secreto. - dijo mientras se acercaba y los niños lo miraban con atención.
-¡Dinos! ¡Dinos! -Exclamaban sin parar.
-Yo soy dueño de este restaurante y pueden ser mis invitados las veces que ustedes quieran.
-¡¿Qué?! -Se miraron ambos hermanos emocionados.
-Ay señor Lucas, no se preocupe...-Contestó apenada.
-¿Por qué debería de preocuparme? Ellos son mis amigos ahora. ¿No pequeños?
-¡Si! ¡Si! -Gritaban emocionados.
-No sabía que era dueño de este restaurante.
-Tengo muchos negocios, los restaurantes son lo mío.
-Pues es muy lindo... Lo felicito por su arduo trabajo.
-¡Muchas gracias Julieta! Se que usted también tendrá muchos éxitos en su vida.
-Si dios quiere... -Contestó mirando hacia arriba.
-Así será...Tienes unos hermanos muy tranquilos.
-Ah si, es que ellos saben que deben comportarse en la calle.
-Esta muy bien, eres una buena hermana.
-Muchas gracias Lucas. -Dijo mientras sonreia.
-De nada.- Contestó mientras ambos quedaron por unos segundos mirándose fijamente a los ojos en silencio.
-Mmm mmm -Carraspeo Tomas, haciendo que volvieran en sí. Lucas se puso nervioso y decidió retirarse por la misma incomodidad.
-Bueno ... Yo me retiro.
-¿Ya se va? -Se levantó de su asiento Julieta.
-Si, es que debo terminar con algunos pendientes. Pero nos vemos seguramente está noche en el restaurante.
-Ah si!-Afirmó con tranquilidad. -Bueno muchas gracias por acompañarnos.
-De nada, fue un placer almorzar con ustedes.-Y se despidió mientras que Julieta lo veía alejarse.
-No me digas que te gusta tu jefe. -La encaro su hermano enfadado haciendo volver su mirada hacia el.
-¿Qué?
-¿Crees que no te vi?
-Yo solo fui amable...
-"¡Ay yo solo fui amable!"-La imito.
-¡Ay por dios!-Contestó enojada.
-Se que si porque sino no te enojarias.
-No me enojo, pero dices estupideces.
-Yo solo te diré algo hermana, los hombres solo quieren una cosa y tu no eres mujer de su clase social.
-Osea que porque soy pobre nunca podría estar con un rico. ¿Eso quieres decir?-Mientras fruncia el ceño.
-No hermana, vamos a calmarnos. ¿Si? Yo solo intento cuidarte, no quiero que jueguen contigo.
-Esta bien, ya lo sé... Pero yo simplemente voy a trabajar, no quiero otra cosa.
-Esta bien. -Contestó Tomás. Julieta tomó su mano y sonrió dandole a entender que ya había pasado todo.
-Terminemos el almuerzo.-Dijo Julieta y siguieron comiendo, una vez que terminaron se levantaron y se fueron del restaurante mientras Lucas la observaba irse.