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LA JOYA DEL CAPÓ

LA JOYA DEL CAPÓ

Status: En proceso
Genre:Matrimonio contratado / Intrigante / Mafia / Casada con el millonario
Popularitas:3k
Nilai: 5
nombre de autor: Nene R

Bianca solo tiene un deseo: poder y respeto. Dante se lo concederá. La convertirá en su esposa y lo que en un inicio fue por conveniencia se transformará en algo mucho más fuerte.

NovelToon tiene autorización de Nene R para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Tres Meses.

BIANCA

Tres meses.

Tres meses han pasado desde que hui de la Ndrangheta y de la Cosa Nostra. Nadie, absolutamente nadie me ha encontrado y en lo único que he llegado a concluir es que les he importado tan poco. A papá lo sé, pero Dante. Con los días la colera se me paso y pensé que él vendría a buscarme, me tomaría sobre su hombro y me llevaría de nuevo a casa.

¿Eso quería? Creo que sí, no estoy segura. Quiero creer que había una explicación a ese beso con la tal Luna, resolveríamos todo y trataríamos de seguir, pero nada de eso ha sucedido.

—Bianca—le sonrió a Lorena quien entra en la habitación—.Tu solo, maldición fue uno de los mejores en todos los siglos.

—Gracias por esta oportunidad—le sonrió.

—No es nada. De hecho, ya no tendrás un puesto como suplente, el directorio está considerando tenerte como pianista fija.

—Gracias.

Esa es la mejor noticia. Junto a ella llega Alexandra y trae un gran ramo de rosas rojas.

—Hola chicas. Bianca, un admirador te manda este ramo.

Ella camina a mí y deja el enorme ramo sobre el buro. Son hermosas. Las acerco a mí y disfruto de ese aroma fresco.

—Él quiere verte. Quiere presentarse personalmente—dice—¿Qué quieres que le diga?

—¿Acaso será tu esposo? ¿Ya llego de viaje?

Me muerdo el labio inferior al recordar eso. Ellas preguntaron sobre mi vida en una noche de copas y les dije que estaba casada con un hombre italiano, con mucho dinero, atractivo y atento y ellas jamás lo han olvidado. Creo que son las únicas amigas que he hecho este tiempo en el teatro.

Siempre preguntan por él, pero simplemente contesto un "está en viaje de negocios, ya llegará". Mis mentiras, incluso yo las he creído. Que él en algún momento llegará, porque... iCarajo! Lo quiero aquí. Quiero a ese hombre que vio algo más en mí que una simple bastarda de la Cosa Nostra. Quiero al hombre que me ha tratado con respeto y protección.

—Bianca.

Salgo de mis pensamientos al verlas. Termino por asentir y Lorena al instante sale. Tomo la pequeña nota entre las rosas y la leo en mi mente: "Estoy aquí, principessa".

¿Qué?

Me mire frente al espejo y después él entro.

Es él.

Me ha encontrado.

—Señor Adriano, ella es Bianca Anderson. Es la pianista del elenco.

¿Adriano? ¿Qué carajos le pasa?

Volteé y no supe cómo actuar ¿Debo fingir demencia? ¿O solo saludarlo y pedirle perdón por huir?

—Un gusto, señorita Anderson—sonríe ampliamente—.Me ha gusto mucho su talento con el piano. Hace mucho no oia un solo como el suyo.

—Gracias señor.

Miro a las chicas y ellas salen de la habitación y cierran la puerta. Por primera vez estamos juntos, en un pequeño espacio, cerrado y hace calor. Él camina por la habitación y me desespera su comportamiento tranquilo y normal.

—Dante.

—¿Te gusta estar aquí?—es lo primero que dice—Dime ¿Te gusta?

—Si.

—¿Por qué?—cuestiona—Quise darte todo.

—Te besaste con otra—le recuerdo—.Me escape porque rompiste con tu palabra. No fuiste leal y ese beso... quien más sabe si hiciste algo más con ella o con otras putas.

Él se acerca a mí y me toma desde la cintura. Maldición. Parezco la misma chiquilla de 18 que estaba hormonal por conocerlo. Siento la desesperación en su agarre y yo no me separo.

¿Qué ha hecho conmigo?

—Dante...

—Cállate—espeta—.Ni siquiera has dejado que te explique cómo sucedieron las cosas y tuviste que huir. Esa puta... Luna, la heche de la organización hace mucho y quiso volver. Antes de ti, tuve un pasado Bianca, uno donde ella estuvo involucrada e intento asesinarme por dinero. Eso es traición al capo, y la desterré.

—¿Por qué te beso?

—Porque quería el mismo lugar. El de amante dentro de la Ndrangheta—sube su mano a mi mejilla—.Mi respuesta fue un retundo no, porque eres mi esposa.

Saco un celular de su bolsillo y lo dejo sobre el buro, este mostraba un video. Conozco el espacio, es la oficina del padre de Dante y confirma todo lo que dice. Él está ahí parado y ella se acerca, conversan un rato y cuando lo besa, él la empuja. Maldición, uso fuerza suficiente para que ella cayera sobre los libros.

Él se acercó, se arrodillo y le dijo algo al oído. Luna con dificultad se levantó y salió del despacho.

—Ok

—¿Ok? ¿Solo eso me dirás?—ríe cerca de mis labios—Me has dejado 3 meses, soltaste tu puto anillo y solo dices ok.

—¿Por qué no me lo dijiste? Si fueras sincero... nada de esto hubiese sucedido.

—No le di mucha importancia.

Me alejé de él y volví a sentarme. Se torno un silencio entre nosotros. Unos segundos después, él vino y se colocó de rodillas. Su rostro quedo entre mis piernas y me tomo de la mano. Su boca empezó a dejar un camino de besos que me hicieron jadear.

—¿Eres feliz aquí? no has respondido.

Sus ojos azules se quedan en mí. Disfruto de ese color oceánico que había extrañado en este tiempo.

—¿Te importa?

—Si. Si eres feliz aquí, soy capaz de irme y dejar que sigas con lo que sea que has hecho—se levanta—.Dime Bianca ¿Me quieres lejos de ti?

Solo permanezco en silencio.

Aún recuerdo cuando llegue a Florencia. Estefan me llevo a una casa en ese pequeño pueblo que había descrito en mi diario, rento una habitación y vivo con una chica que casi nunca está ahí. La propiedad es costosa ahora y subirá en un futuro, es por eso que no la vendía aún. Pero el hecho de estar unas 5 horas del centro de Florencia y no hay carreteras para que un auto llegue a donde vivimos no le gustaba. De hecho, solo hay autobuses que te llevan hasta la entrada del pueblo y de ahí para llegar a casa se puede caminar o tomar uno de los botes.

Tengo un jardín que he arreglado, me dedique a plantar una rosa por cada día que pasaba y me prometí a mí misma que lo dejaría de hacer el día que Dante llegará.

También conozco a los vecinos y tengo un empleo, aunque no es fijo, consigo lo suficiente para mis gastos ¿Quiero despedirme de esta vida? No, no quiero hacerlo y quisiera siempre vivir de esta manera, pero con Dante.

Él no escucha mi respuesta y toma un sí, se mueve, sujeta su móvil y está por salir de la habitación. Abre la puerta y antes que pueda salir, lo tomo de la mano.

—No te quiero lejos—conteste.

Él sonrió levemente y volvió a cerrar la puerta.

—Bésame—pedí—Bésame con esa misma desesperación con la que me tomaste al inicio. Mierda, quiero que me beses.

Dante disfruto de mis palabras y me beso. Su boca como la mía y sentir su lengua entrar en mi boca. Tocaba su cuerpo y disfrutaba tenerlo tan cerca y ahora tan mío.

Sus manos fueron por mi cintura y bajo por mis glúteos. Es la primera vez que me toca de una manera tan sucia, puedo sentir como las mejillas se me enrojecen por la vergüenza y antes que me vea oculte mi rostro en su cuello.

Dante me sentó sobre el buro y volvió a tomarme del rostro para besarme.

—¿Tanto me extrañaste, principessa?

Solo asentí.

—Dímelo, quiero oír esa dulce voz.

—Sí, te he extrañado.

Sus dedos tomaron mi mejilla izquierda y la apretó. Gemí por ello y él soltó una risa.

—¿Por qué Adriano?—le pregunte—Así te han llamado las chicas...

—Una larga historia—suspira—.Prometo que después te lo contaré.

Antes de que pueda seguir besándome, unos golpes en la puerta nos detuvieron. Él se acercó y abre la puerta dejando entrar a Gus, él me miró en el buro con las piernas un poco abiertas y a un Dante con cabello alborotado.

—Disculpen...—dice con vergüenza—.Bianca, te estamos esperando.

—En un momento vamos—habla Dante y extiende la mano—Soy Adriano, el esposo de Bianca.

—Oh, ya llego tu esposo—sonríe—.Un gusto, señor Anderson. Su esposa nos ha hablado mucho de usted.

Él volteó a verme y yo solo me alcé los hombros y me hice la loca. Gus salió y Dante vino y se acomodó el pelo antes de volver a acariciarme.

Me bajé y volví a tomar mi blazer. Acomode mi cabello y mi vestido y cuando estoy por salir, él me tomó de la mano.

—¿Qué has hablado de mí?

—Solo dije que mi esposo es un hombre enorme, atractivo y dueño de una granja—él abrió los ojos como plato—Disculpa, es lo único que se me ocurrió.

Dante soltó una risa y asintió. Sujeto mi mano y ambos salimos de la habitación. Ese momento me gusto, un Dante riendo. Lo lleve con mi elenco y lo presente. Todos se acercaron y ninguno dejo de lado el “ya llegaste".

Estuvimos un rato más, celebrando con algo de champán y después salimos del teatro. Al final de las escaleras vi a los guardias y a Alfredo, el consigliere. Me detuve en seco y Dante lo noto.

—¿Sucede algo?

—¿A dónde vamos?—le pregunte.

—Tengo un pent-house...

—Yo tengo una casa—lo corté—¿Podemos ir ahí?

Claro... si no interfiero en tus negocios.

Él se me quedó viendo, pero finalmente asintió y acepto. Coloque la dirección en el móvil de Dante y nos dirigimos para allá. Dante ordeno un auto para él, con una de sus maletas y dejo que los guardias y su consigliere se fueran.

Alfredo no le gusto ello e insistió que por su seguridad debían de ir, pero el capo lo contradijo y Alfredo no volvió a cuestionar. Subimos al auto y empezamos a salir del centro de Florencia.

—¿Cómo llegaste aquí?

—¿Qué?

—No hiciste esto sola.

Dante o parecía molesto, sin embargo, no podía decirle que Estefan me ayudo. Papá, Loretta y Estefan viven su vida, sin complicaciones, y después de tres meses no lo iba a arruinar.

—Lo hice sola. Soy capaz de hacer lo que sea si me lo propongo—respondí.

Él volvió la mirada hacia delante y yo miré por la ventana. No pude evitar caer dormida en medio del camino. Había despertado demasiado temprano, tuve una clase a las 11 y después salí a las 2 para llegar al centro antes de las cinco y poder practicar.

Desperté al sentir como tocaba de mi hombro. Abrí los ojos y vi que ya habíamos llegado a la entrada.

—Ya no hay camino—dice—¿Ahora?

—Debemos caminar, los botes dejan de pasar a partir de las 10. Son solo unos quince minutos.

Dante dejo estacionado el auto y empezamos a caminar hacia la casa. El camino es corto, ya que no estoy tan dentro del pueblo como los demás.

Dante sujetaba mi mano con firmeza y veía todo el lugar.

—Es el pueblo del que me hablaste.

—Sí, es hermoso y más de día—conteste—.Mañana hay una feria, pensaba en ir, pero si no quieres, no lo haremos.

—¿Un feria?—asentí—No suena mal.

Sonreí y volví a morder mi labio de manera inconsciente. Llegamos a la casa y entramos.

Dante reviso el lugar, seguro para comprobar que es seguro y cuando así fue, se quitó el abrigo y se acercó a mí.

Pasé mis manos por su brazo y lo sentí menos tenso.

—Es muy pequeño.

—Sí, pero es lo que puedo pagar.

Dije esas palabras esperando que crea que sí había huido sola y sin ayuda.

Lleve a Dante a la habitación y él tomó asiento sobre la cama. Me senté sobre su regazo y acaricié su mejilla.

—¿Puedes besarme?

Él no esperó y empezó a devorar mi boca. Me dejo en la cama y se posicionó sobre mí, continuando con su boca sobre la mía. Debo admitir que pensé que esa noche iba a ser mi primera vez, pero no fue así. Dante me acaricio y yo a él, conocí su cuerpo y él el mío y dejé que viera las cicatrices. Las vio y simplemente me atrajo más a él. Tuve miedo al inicio y pensé que llegaría a despreciarme.

—Las cicatrices solo me demuestran lo fuerte que eres, principessa.

Aunque vi el odio en sus ojos no era hacia mí, sino al responsable que las hizo, pero no le dije quién. Sin saber en qué momento, ambos nos quedamos dormidos.

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Me removí sobre la cama al sentir la vejiga llena. Dante estaba a mi lado cubierto por la sabana y yo igual. Baje de la cama, tome mi bata y salí hacia el baño que está al costado de mi habitación. Entre hice mis necesidades y empecé a desmaquillarme.

Cuando salí e iba a volver algo llamo mi atención. Su abrigo. Me acerqué y vi lo que traía con él. Su cartera, su celular, las llaves del auto y un... maldición. Decidí dejar esa última cosa en su lugar antes que saliera un tiro.

En mi cabeza rondo una loca idea. Quedarnos ¿Cuánto tiempo nos quedaríamos aquí si hago lo que pienso? Tal vez unos días, cinco, seis o una semana. Iba a ser suficiente. Tomé su celular y salí de la casa hacia el patio.

Ahí en medio de mis rosas rojas hay una pequeña laguna, es pequeña pero hermosa. Dirigí mi mirada hacia la casa y no encontré a Dante cerca así que, sin tardar más, tiré el celular al agua.

Regresé a la casa y volví a la habitación.

—¿Dónde estabas?—pregunta al verme cerrar la puerta.

—Fui al baño.

Me subo en la cama y él se recuesta sobre el respaldar.

—¿Sucede algo?

—¿Ahora me dirás quién es Adriano?

Dante no esperaba esa pregunta, pero yo no dejaría de pasar desapercibido ese tema.

—Mi gemelo—suspira—murió unas semanas después de nacer.

Yo y mi bocotá.

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Maria Guadalupe Osio Guarneros
😍😍
Ichigo Kurosaki
Me quedé con la intriga, necesito una actualización pronto.
Laqueno Sebaña
Necesito más, por favor.
Ceridwen
Los personajes están bastante buenos 💪😎
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