La Hija Fea

Robert solo está nervioso al tenerla ahí, quisiera cerrar el despacho y no dejarla salir.

-Eleo...

-No me llames asi, dime Zafiro, nadie debe saber que soy yo, mi padre no quiere chismes.

-Bien entiendo, entonces estarás a cargo de los nuevos, si no puedes venir yo puedo ir.

-Jaja tienes trabajo deja de buscar pretextos para salir.

-Que mala

El se acerca a ella y solo ve sus ojos.

-Si?

-Dejame ver tu rostro... puedo...-Le dice poniendo sus dedos es la máscara -

-Solo un momento.

Él la retira lentamente y ve su rostro, pasa sus dedos por su rostro

-Tan hermosa...

-Ya es suficiente...

-No, un poco más, es solo que... -Se acerca y pone su frente con la de ella.

-Robert, eres un coqueto, solo hazlo.

Robert entendió a qué se refería y la beso tiernamente, el no pudo resistir la tentación, la besa lentamente y con amor, algo que jamás había sentido, sus labios son suaves, su aliento es como una droga para el

Eleonor también corresponde el beso, está vez es tierno y el se controla muy bien, ella solo siente que es un sueño pues jamás creyó que podría sentirse así.

Ambos se separan por falta de aire ella se levanta y se pone la máscara, él solo la abraza.

-Tu asistente puede regresar.

-Tocara la puerta, no entrara así, ese rato lo hizo porque no sabía que estaba aquí, siéntate y dime cómo será lo del entrenamiento, tenemos trabajo.

Ambos revisan la lista de los reclutas, el asistente regresa y toca la puerta, Robert le dice que pase y los ve en el escritorio trabajando.

-Ricardo mañana iré con la capitana al cuartel, que preparen todo.

El asistente sale nuevamente.

-No es necesario...

-Zafiro déjame ir, solo te veré poco al menos déjame estar cuando tengo el pretexto perfecto.

-Bien, ahora voy al campamento

-Te puedo dar un cuarto... Junto al mío.

Eleonor le avienta una almohada, Robert solo ríe y ella sale, ambos saben que ella no puede quedarse en la mansión, todos sospecharían en por qué una rosa está en la casa.

Eleonor sale del despacho, se despide del asistente Pero al salir una joven casi choca con ella, lleva una bolsa grande de ropa.

-Fijate por dónde vas, llevo un traje muy caro

Eleonor no le contesta y solo se hace a un lado.

-Ustedes son unas groseras, como puedes llevar es ropa, esas armas, no es para una dama.

Eleonor solo alza una ceja, Robert también salía y lo escucho, vio como la mirada de Eleonor cambiaba, Eleonor se da la vuelta y se la queda mirando fríamente.

-Pero que?, señorita por favor no la provoque o se quedará sin cabeza.

-Marquez, le traje sus trajes...

-Zafiro vamos, señorita deje los trajes con mi asistente, el se encargará de pagarle.

Robert solo la ignoraba y se fue con Zafiro, la joven solo arruga su vestido al verlos juntos

-Quien es ella?

-Es la capitana de los nuevos reclutas, su maestra es la baronesa Rogers.

Le decía el asistente que escucho cuando Robert hablo.

-Son todas iguales, como una noble puede hacer eso, tienen todo y aun así quieren cargar una espada.

-Le recibo los trajes, cuánto es para pagarle.

-Esta es la nota.

-Bien, aquí tiene.

-Gracias.

La joven se va, el asistente no le sigue la conversación, ella es plebeya y no sabe por qué es así, sabe que fue amante de Robert, solo espera que no de problemas.

Robert acompaña a Zafiro al campamento.

-Conoces a la joven?

-No...

-Mentiroso, bueno no es de mi incumbencia

-Espera...

-No en serio no hay problema, tengo trabajo, nos vemos luego.

Robert solo regresa pues Zafiro se veía bien y no enojada.

Ella supervisa el campamento y el día de partir ella va junto a Robert, ambos platican sobre los reclutas y como es su entrenamiento, al caer la noche acampan y ella hace guardia en la fogata.

Robert llega con una manta y la tapa.

-Gracias

-Quieres té.

-Sí.

Él le da un poco y unas galletas.

-Vaya, son de naranja

-Si, mi mamá las hacía, me gustan estas.

-Ella está con tu hermana y tu padre.

-Si, mi hermana se casara, Zafiro, dime cómo te dejo venir tu padre.

-Lo convencí.

-Tú quieres un futuro así?

-A que te refieres?

-A ser una rosa.

-Mis planes eran esos...

-Que paso.

-Tuve la mala suerte de conocerte.

-He? Que?

-Jaja, cuando era niña, tenía una niñera que me quería mucho, mi caballero y ella me acompañaban a todos lados, yo soñaba con una familia como la mía, me gustaba que mi madre me vistiera con vestidos de colores, me enseñaba a bailar, a tocar el piano, la etiqueta, para que un día un caballero pidiera mi mano.

-Que paso.

-Un día iba con mi hermana y mi madre a una fiesta de té, me había puesto mi mejor vestido, mi nana peino mi cabello y la lleno de flores.

En el camino unos ladrones nos bajaron, nuestros guardias no fueron suficientes y mi caballero junto con él de mi madre lucharon hasta el final, mi Nana me defendió hasta donde sus fuerzas fueron posibles, me subieron a un carruaje, uno de los ladrones me dijo que era la niña más hermosa que había visto... Me tocó la cara y me dijo...

-Calma no es necesario, no quise que recordarás.

-Lo se quiero que sepas.

-Entonces continúa.

-Me dijo que sería buena en un burdel, que la belleza que tendría sería perfecta para los hombres, mi madre le gritaba que me soltará, mi hermana era más pequeña y la abrazaba.

Me sentía tan mal que solo cerré los ojos cuando otro se subió al carruaje, quitaba las flores de mi cabello, no podía moverme, no podía gritar, tenía tanto miedo que pude defenderme.

-Eras una niña, no tenías la fuerza

Robert tomaba su mano y entrelazaban sus dedos

-Cuando quiso quitar mi ropa, la puerta se abrió y una mujer hermosa de cabello castaño, sacaba a aquel tipo, lo tiró al suelo y empezó a golpearlo, se veía tan perfecta en ese traje, otros ladrones querían atacarla, Pero ella sacaba sus espadas y uno a uno terminaba con ellos.

-Espera, rubia y muy bonita? Era mi madre?

-Sí, era ella, desde entonces quise ser como ella, quise defender a quienes no podían defenderse, cuando supe de ellas le rogué a mi padre, obviamente no me dejó, así que deje de vestir como una dama, deje de salir, mi madre casi se muere después se acostumbró.

-Pero siempre pareces estar de luto.

-Es para que nadie me notará, que nadie volviera a verme, no soportaba que me tocaran…

Ella ve sus manos y el se extraña pues sí que la ha tocado.

-Yo te he tocado y no solo eso...

Ella pone una galleta en su boca.

-Cállate! Te van a oír

-jajaja bien, bien.

-Para que seas más presumido, sinceramente no me había pasado antes, solo por ti he sentido el deseo de un beso.

-Entonces puedo seguir haciéndolo.

-Jaja, si Pero sin que nos vean, una sola cosa me pidió mi padre.

-Que?

-No quiere escándalos entre nosotros, así que suelta mi mano.

Robert ríe y la suelta.

-No te preocupes, yo tampoco quiero chismes, en serio quiero una relación contigo, quiero estar contigo como nunca antes he querido estar con alguien.

-Lo dices en serio?

-Si, sé que querías una vida como una rosa, yo quiero que seas feliz.

-Si bien quería esa vida, también están los sueños de aquella niña, solo que tenía miedo, miedo a no ser aceptada, aquel otro hombre me juzgará, no me entendiera.

-Me dejas ser ese hombre.

-Ya no tendrás más aventuras?

-No, te lo jutú, tu eres la única a quien quiero.

-Entonces estamos juntos.

-Estamos juntos.