La familia Beaumont siempre ha sido sinónimo de poder, riqueza y respeto. Su legado se basa en un estricto código de honor y valores que han sido transmitidos durante generaciones. Sin embargo, la nueva generación parece haber olvidado los principios y valores.
Esta es la historia de Charles un político sin escrúpulos que utiliza su influencia para manipular y explotar a los demás; Asher un playboy que se entrega a la decadencia y el vicio; Eleonora una joven dividida entre varios hombres y Cesare a quien el pasado de su padre parece cobrarle viejas deudas.
Mientras la familia Beaumont se hunde en el escándalo y la corrupción, su legado comienza a desmoronarse. Los secuestros de mujeres, los negocios sucios y la negligencia parental se convierten en la nueva norma. ¿ Podrán los Beaumont recuperar el honor y restaurar su legado?
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Frío Beaumont.
Eleonora se subió a la pasarela, mientras caminaba intentaba imaginar cómo sería el desfile.
— Este sitio apesta exclamó Eleonora.
— Pues a mí me parece que tiene su encanto, compórtate.—Danielle observó a su prima.— A no ser que quieras terminar como Asher exclamó Danielle.
— ¿Crees que si intentará seducir a un Jeque terminaría presa?, pregunto Eleonora riéndose.
— Tal vez termines como tercera o cuarta esposa y tu padre lo agradecería exclamó una voz conocida detrás de ellas.
— ¡Olivia!, exclamó Danielle sorprendida
— Se puede saber que haces aquí, exclamó Eleonora.
— Trabajo tuve una reunión con Yassir y me dije Olivia pasa a saludar a tus primas y tu amada tía.
— Pensé que estarías en Burhan preocupada por tu hermano, exclamó Madeleyn saludándola.
— Mi padre está ahí de hecho lo veré en Raleigh, está furioso así que lo mejor es no cruzarse en su camino exclamó Olivia.
— ¿ Desde cuándo le temes al tío?, pregunto Eleonora riéndose.
— No es miedo, pero está molesto y puede acordarse de algún dolor de cabeza que le he causado dijo Olivia guiñando un ojo.— Lo mio es supervivencia...
Charles, se sentó en su silla de cuero negro, detrás de su escritorio de madera oscura, y miró por la ventana de su oficina en el piso 20 de un edificio de oficinas en Pennsylvania Avenue, frente al Capitolio de los Estados Unidos. Podía ver la cúpula del Capitolio brillando bajo la luz del sol, y los edificios de la ciudad de Washington D.C. se extendían hasta donde alcanzaba la vista.
Charles sonrió para sí mismo mientras miraba la vista. Había regresado a Estados Unidos después de varios días en el extranjero, y se sentía listo para retomar su trabajo.
Mientras se sentaba en su silla, Charles se sintió satisfecho con su reflejo en el espejo que colgaba en la pared detrás de su escritorio. Su cabello oscuro estaba perfectamente peinado, y su traje negro de alta calidad se ajustaba a la perfección a su cuerpo atlético. Era un hombre que sabía cómo presentarse, y cómo utilizar su apariencia para influir en los demás.
Pero detrás de su sonrisa y su apariencia impecable, Charles escondía un oscuro corazón lleno de ambición.
La secretaria de Charles, una mujer eficiente y organizada llamada Rachel, ingresó en su oficina con una carpeta en la mano.
—Señor Beaumont, dijo Rachel, —su próxima cita es con el senador Johnson. Está aquí para discutir la propuesta de ley que usted ha estado promoviendo.
Charles asintió, sin dejar de mirar la vista del Capitolio.
—Excelente, dijo. —Por favor, hazlo pasar.
Rachel asintió y se retiró de la oficina. Un momento después, el senador Johnson ingresó en la oficina, sonriendo y extendiendo la mano para saludar a Charles.
—Charles, dijo el senador, —es un placer verte de nuevo. He estado siguiendo tu trabajo en la promoción de esta propuesta de ley, y debo decir que estoy impresionado.
Charles sonrió y se puso de pie para saludar al senador.
—Gracias, senador, dijo. —Estoy emocionado de tener la oportunidad de discutir esta propuesta con usted. Creo que puede ser un paso importante hacia el futuro de nuestro país.
El senador Johnson asintió, y los dos hombres se sentaron para comenzar su reunión.
Mientras Charles se reunía con el senador Johnson, Rachel atendía las llamadas telefónicas en la recepción de la oficina.
Rachel conocía muy bien la personalidad de Charles, y sabía que era un hombre muy reservado respecto a su vida privada. A diferencia de sus primos y hermanos, Charles era muy reservado, no solía ser fotografíado con mujeres y cuando eventualmente lo hacia era con mujeres respetables de la sociedad, filantropas, pero jamás se lo veía en situaciones comprometidas y siempre mantenía una distancia profesional con sus empleados.
A pesar de su reserva, Rachel había notado que Charles era un hombre muy inteligente y astuto. Siempre parecía estar un paso adelante de los demás, y tenía una habilidad increíble para manipular las situaciones a su favor.
Charles era un hombre que siempre mantenía el control, y nunca permitiría que nadie se acercara demasiado a su vida privada.
Tras despedirse del senador, Charles se dispuso a abandonar su oficina, le dio las instrucciones a su jefe de seguridad.
Tras despedirse del senador, Charles abandonó su oficina y se dirigió a un exclusivo ático en el barrio de Georgetown, en Washington D.C. El ático era un lugar de lujo y elegancia, con vistas impresionantes del río Potomac y la ciudad.
Charles se sintió relajado al entrar en el ático, que era su refugio personal. Se quitó el traje y se puso un par de pantalones de algodón y una camisa blanca, y se dirigió a la cocina para prepararse un whisky.
Mientras se bebía el whisky, Charles se acercó a la ventana y miró la vista del río Potomac. Se sintió satisfecho con cómo había ido su día.
Pero justo cuando estaba a punto de relajarse, se abrieron las puertas del ascensor y Charles se dio vuelta para ver quién era. Su expresión cambió al ver a su jefe de seguridad, James, que traía a una mujer hermosa. Era Louise, la amante de Charles, una modelo en ascenso rápidamente se acercó a ella con una sonrisa, James se retiro.Louise beso a Charles apasionadamente...
—No podré ir a tu fiesta -le dijo Charles a Louise que estaba recostada sobre la cama mientras se ponía la chaqueta del traje con la fluida elegancia que caracterizaba todos sus movimientos.
—Por favor... te lo ruego... -cubierta tan sólo con la sabana, Louse dio un salto y envolvió el cuello de Charles con sus brazos, usando su esbelto cuerpo de modelo como un arma letal de persuasión-. Quiero que estés allí.
—Nada de ataduras- le recordó Charles, irritado por su insistencia. Su relación tenía una naturaleza muy simple. No era exclusiva, ya que frecuentemente pasaban meses sin verse. Sólo veía a Louise cuando sus agendas coincidian en Estados Unidos. Como complemento de Louise, Charles disfrutaba también de la compañía de una pelirroja francesa en Paris y una voluptuosa modelo rusa en Londres.
-Ésta es la primera vez que te pido un favor -protestó poniendo mala cara.
Charles se encogió de hombros. La chica no tenía que habérselo pedido. Con lo que le daba, Charles ya creia que era suficientemente generoso con ella, dinero y placer. Por otro lado, Louise sabía cómo estaban las cosas tan bien como él.
—¡Tampoco pudiste venir el año pasado!
—Tengo otra cosas que hacer -su tono era frío y entrecortado. Charles entraba y salía de su vida según le venía en gana. Sin dar explicaciones ni excusas. Así había sido el acuerdo entre ambos. Charles no deseaba otra cosa. Y mucho menos la idea de que lo exhibieran como un trofeo en alguna fiesta de pacotilla. Sería una indiscreción, ya que su simple aparición en cualquier fiesta era garantía de fotos y comentario en las columnas de cotilleo en la prensa amarillista.
—La limusina está esperándote, tengo cosas que hacer dijo Charles
— Tal vez no vuelva lo amenazó Louise. Charles le dedico una sonrisa cínica.— Como quieras exclamó él sin darle importancia.
Louise se retiró furiosa, por su parte Charles se dirigió ala azotea y abordo el helicóptero de la familia dirigiéndose a casa de sus padres.
— Buenas noches, mamá dijo Charles saludando a Casandra.
— Buenas noches, cariño me alegra tanto que estés aquí exclamó Casandra.
— ¿Qué sabes de papa?, pregunto Charles.
— Está en Burhan y estará en el desierto al menos un mes, ya que debe ocuparse de los negocios.
—Asher es un irresponsable, no piensa en las consecuencias de sus actos.
— Lo sé, tu padre está furioso así que si hablas con él intenta no indisponerlo más contra tu hermano.
— Esta bien, pero a cambio me acompañaras a la cena de gala de la familia Williams exclamó Charles.
Casandra sonrió.— Tal vez deberías pensar en casarte.
— Lo estoy pensando, en cuanto encuentre a la indicada lo haré dijo Charles...
Zaid ❤️ sabrás que le pasa a la mujer que te tiene de cabeza 🗣️ por fin ❤️
Sharif ❤️eres un Rey 👑 siempre ♾️ resolviendo los desastres de tus primos por proteger a tu tío Henry!!!
Gracias 😌 querida escritora Eliza Márquez 😍 por actualizar 😌 sigamos apoyando con me gusta publicidad comentarios y 🎁💝