Reencarne: En Mi Primera Vida

Había días, que la curiosidad de Boa iba más allá que de costumbre, constantemente iba en secreto al bosque porque sabía que allí encontraría plantas, para funciones futuras.

Pero ese día era diferente, estaba tan sumergida en un hallazgo que había encontrado en una planta, una planta a la cual ni siquiera en su otra vida había podido encontrar, y se había dado cuenta que allí en esa parte del Riachuelo se daban ese tipo de plantas.

Era tarde y ya estaba cayendo la noche cuando ella se dio cuenta, que ya debía de regresar pues su familia podría preocuparse.

Pero cuando estaba a punto de montarse en su caballo, escuchó a lo lejos un estruendo, por un momento pensó en retirarse, pero... ¿Y si realmente alguien necesitaba ayuda? Ella decidió amarrar su caballo en una parte escondida donde nadie lo podría ver, y con sigilo a oscuras se dirigió al lugar de donde venía todo ese alboroto.

Al ser el bosque tan silencioso, parecía que estaba cerca pero en realidad tuvo que caminar muchos minutos para poder llegar.

Y allí lo vio, un joven de cabello blanco quien se veía claramente debilitado por alguna razón, peleaba con todas sus fuerzas contra un grupo de hombres armados, quienes portaban un collar, que llamó la atención de Boa, parecía que tenían algo en vez de un dije, pero no sabía distinguir que era, lo que claramente estaba sus ojos era que el joven quien se había quedado sin sus guardias, estaba acorralado.

El carruaje de donde seguramente el joven venía estaba destrozado, era fácil darse cuenta que este joven no era un joven cualquiera era un noble, más no sabía de quien se trataba.

El joven albino peleaba con todas sus fuerzas pero cada vez estaba más doblegado, hasta que por la espalda con un puñal traicionero, uno de los hombres clavos de espada, haciendo que este cayera muerto... O eso ellos creían.

El joven había acabado con la mayoría de los hombres, los cuales estaban tirados moribundos o muertos y solo quedaba un grupo reducido de tres personas quienes intentaban, con lo que le quedaba de fuerzas levantar al joven...

A lo que ella intervino no permitiría que se lo llevasen, por una razón a pesar que ya lo habían herido de muerte y quizás el joven esté muerto, pero se lo querían llevar, y eso no le daba una buena espina ni un buen presentimiento... Nisiquiera sabía porque lo hacía, fue más como un impulso, debía ayudarlo, debía evitar que se lo llevaran.

Así que sin vacilarlo más, salió de si escondite.

_ ¿Ustedes, que creen que hacen?... Les dijo ella para llamar su atención, con voz autoritaria.

Los hombres automáticamente voltearon a verla, y una risa burlona salió de su garganta. El que parecía que era el líder del grupo, dio un paso adelante: Qué cree que hace, una dulce y pequeña señorita por este inmenso bosque, sola y con un cuerpo tan... Apetecible... Dijo el asqueroso hombre lamiéndose el labio, mirando con morbo a Boa.

_ Eso no es de tu incumbencia, ¡Patético!... Dijo esta para molestarlo.

El hombre alterado le respondió: Maldita perra, ya verás lo que voy a hacer contigo. Vas a desear no haber dicho nada por esa sucia boquita tuya, te voy a enseñar a ser mujer.

La risa sádica de los otros tipos hizo que el estómago de Boa se revolviera de asco.

_ Tú creas que un hombre tan patético y asqueroso y mediocre como tú, va a lograr hacerme mujer o simplemente soñar con tocarme aunquesea un solo pelo, ¿Tú que no eres más que un cobarde, pretendes intimidarme a mí?, ¡No eres más que una basura traicionera, porque te vi, apuñalaste a ese joven por la espalda, eso solo los traidores lo hacen, y los traidores no valen nada y como no vales nada voy a acabar contigo!...

El hombre bufo de rabia, y ordenó a sus otros dos hombres que se fueran contra ella, pero para su sorpresa en un movimiento ágil y rápido, Boa hirió de muerte a los dos hombres en un abrir y cerrar de ojos, parecía como si de una danza se tratase, y con un movimiento elegante dejó sin vida a esos dos hombres... Y caminó hacia el que apuñaló al joven.

_ ¿Quién eres?, le dijo este asustado... Como es posible que una mujer pelee como tú, eres un monstruo.

_ No estoy aquí para ser interrogada por ti, ¡Cretino!, solo quiero saber quien eres y por qué mataste a estos hombres.

Ella caminó con lentitud hacia el hombre quien temblaba como una gallina... De un momento a otro el hombre quiso correr, pero fue alcanzado, por una pequeña daga que se clavó, en su talón de Aquiles, imposibilitando así que este pueda seguir caminando jamás.

_ ¡Te lo acabo de preguntar!, quién eres y ¿Por qué atacaste a estos hombres?

El hombre asustado, quería hablar, pero cuando estuvo a punto de decir de que se trataba, su piel empezó a burbujear y un grito desgarrador salió de su garganta, parecía como que si su propia carne estuviese llena de ácido, y empezaba a evaporarse y solamente quedó un charco de sangre en el lugar, entre todo lo que quedó solo su collar quedó intacto, ella cogió el collar, tenía un interés en él, al parecer cuando el hombre falleció por completo el brillo blanquecino que emanaba del collar dejó de iluminar.

Ella lo guardo en su bolsillo pues andaba en pantalones así solía andar cuando estaba en el bosque.

Estaba a punto de retirarse pero escuchó como un quejido, y se dio cuenta que el joven albino todavía estaba vivo. Era más bien con un milagro pues los demás hombres yacían muertos ella podía sentirlo.

Así que se acercó al hombre, y le arrancó de un solo halon la espada que aún estaba incrustada en su cuerpo, y rápidamente como diciendo una oración empezó a  murmurar cosas casi inaudibles y un brillo salió de la herida del joven, cuando logró curar su herida y se dio cuenta de que estaba a salvo, decidió llevárselo  hasta donde su mentor: El médico de la Familia "Alexey" sabía que él no se negaría, el joven necesitaba recomponer sus fuerzas ya que estaba al borde de la muerte.

Tuvo que cargar al joven en sus brazos, y no era por nada pero pesaba mucho, pues el joven era más alto que ella, y de cuerpo bien entrenado, debía tener algunos dieciséis o diecisiete años por fin cuando llegó hasta el caballo, con lo poco que le quedaba de fuerza colocó al joven encima y se dispuso a partir.

A Alexey le sorprendió ver a esa hora a Boa, pero sabía que la chica era muy escurridiza, accedió rápidamente a dejar al chico en su casa, y lo recostó en una habitación de invitados. El médico le dio una pequeña revisión al joven, le abrió los ojos para ver su estado, y se dio cuenta de que solamente estaba desmayado, probablemente por el cansancio y la batalla, pero estaba bien... Boa se marchó del hogar del médico, pues ya era muy tarde, se fue prometiendo volver mañana muy temprano, pues intrigaba mucho ese joven, quería saber quién era y porque lo estaban atacando, también quería estar segura de que salvó a una persona buena, (eso espero).

[Después del suceso que había pasado con la Marquesa Lavoie, el médico, quien se había quedado fascinado por la tremenda habilidad curativa e inteligencia que había demostrado Boa, decidió ser su mentor, pero más que eso quería saber y entender como una niña tan pequeña podría poseer tanto potencial, a lo largo de los años se había dado cuenta de que probablemente nació con ese Don, y cuando desarrolló el don divino de los dioses, sabía que había elegido a la persona perfecta, y más que su mentor era su amigo, y guardaría su secreto celestial, y la ayudaría en lo que fuese].

(Alexey)