Aurora Parisi es una joven de 20 años, recién egresada de la universidad a su corta edad, estudio negocios y administración, es dulce, amable y muy correcta, ella es hija adoptiva de los Parisi.
Perla Parisi tiene 20 años y es la hermana de Aurora, es egoísta, caprichosa, manipuladora y odia a su hermana, le ha hecho la vida imposible y le ha quitado todo lo que puede.
Aurora siempre se ha negado en trabajar en el negocio familiar, en la mafia, pues, es muy correcta, a pesar de todo adora a su hermana, pero todo cambia cuando Perla se queda con el prometido de Aurora, allí es cuando ella se olvida de sus principios y aceptara la propuesta de su abuelo entrando a un mundo oscuro donde lo conocerá a él y se dejara llevar por la pasión y lo prohibido.
Él, Massimo Caruso un Mafioso cruel, frío, despiadado, sexy y ajeno, hará que la dulce Aurora caiga en la red de lo prohibido.
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Terapia.
Aurora.
Despierto abrazada a alguien, primero me asusto, pero luego el olor de su perfume entra por mis fosas nasales y mi cuerpo reacciona tal y como lo hace cuando lo tengo cerca, me besa y me pregunta cómo estoy.
— Buenos días, mía Regina, ¿cómo te sientes, como dormiste, te duele algo?— dice y lo abrazo, me duelen hasta las uñas, pero solo me río.
— Mi amor dormí bien y no te voy a mentir si me duele un poco mi zona.— digo y me besa, luego me lleva a la bañera y sé que está haciendo un esfuerzo sobrehumano para no hacerme suya de nuevo puedo ver el bulto que trae, nos bañamos y trato de aligerar su carga un poco dándole un poquito de atención a su amigo con mi boca.
Luego de un rato me lleva a la cama y prepara el desayuno mientras me estoy vistiendo, al bajar él está terminando con el desayuno y lo termino de ayudar para después de desayunar y terminarnos de arreglar irnos juntos, me puse un pantalón alto y un top de encaje, una chaqueta y unos tacones altos, al salir me abrió la puerta del coche fuimos a ver a una psicóloga entramos y enseguida comenzó la primera terapia ese mismo día, él no se salió en ningún momento siempre estuvo a lo largo de toda la terapia conmigo sujetando mi mano, no tenía ganas de relatar de nuevo lo sucedido, pero lo tuve que hacer Massimo estuvo allí conmigo tomando mi mano, salimos y quedé en venir a cada terapia, la doctora dijo que intentaría una terapia un poco agresiva, pero que pronto estaría muy bien.
Salimos de la mano y ya era casi medio día me llevo por un helado y mientras lo hacía su teléfono sonó.
— Aló mi amor, Massimo tuve una recaída, estoy en casa, por favor ven rápido.— dijo la víbora y Massimo pago la cuenta y dijo que no teníamos que ir, ya me sentí un poco decepcionada que siguiera cayendo en su juego.
Massimo y yo subimos al auto aunque le dije que me iría en taxi y que él fuese a hacer sus cosas, pero se negó, pensé que me llevaría a mi casa, pero no, fuimos a una mansión muy bonita, enorme, tenía una hermosa fuente y se veía el maravilloso jardín, él me dijo que lo esperara que no se tardaba nada.
Massimo entró al lugar y yo empecé a preocuparme cuando la idea de que me trajera a ver a su mujer me abordó la mente.
Veo a los guardias entrar corriendo y frunzo el ceño, pasa casi media hora y ya estoy a punto de irme, mi teléfono suena y son las chicas, me preguntan como sigo y les hago un mini resumen de lo ocurrido, cuando les comento de la mansión me piden que la describa y lo hago, dicen al unísono.
— ¡Maldito bastardo! Te vienes ya mismo y dejas a ese maldito con su esposa, seguro está preparándole una sopa para sus malestares y tú de boba esperándolo— dice Alanna.
— tranquila amiga en lo que llegues a tu departamento, cambiamos la cerradura o lo vendemos, que sé yo ese idiota no te vuelve a dañar.— esa fue Gia muy molesta.
Mis ojos se me cristalizan al pensar en la posibilidad de que ellas tengan razón y me siento estúpida, cuelgo y trato de salir del auto cuando veo a esa mujer como lo que es una víbora arrastrada en el suelo, es empujada por un guardia y le tiran muchas maletas a la calle, estoy sorprendida, qué carajos pasó.
Massimo sale de la mansión y está se aferra llorando a sus pies no entiendo qué sucede, pero que es lo que veo.
Él se suelta y le grita, él sigue caminando y ella se levanta y lo abraza por detrás, Massimo se vuelve a soltar, se voltea y le apunta con su arma en la cabeza, no escucho lo que dicen, pero ella queda paralizada del miedo, luego retrocede y él se sacude su traje y camina hasta donde estoy abre el auto y me mira los ojos cristalizados.
— Que ocurre mía Regina, por qué lloras— pregunta y niego, me besa y arranca el auto, mientras maneja toma mi mano de a ratos y la besa.
— Mía Regina perdón por llevarte a esa casa, pero no te quiero dejar sola y que pienses tonterías, capaz cuando terminara ya te hubieses ido al otro lado del mundo.— dice y sonrió por su comentario, me mata la curiosidad por saber que paso, pero no sé lo voy a preguntar.
Su teléfono suena y su cara pasa de sonriente y dulce, a seria y con mirada oscura.
— Ya lo tienen... está bien, necesito que hable y que entregué cualquier prueba que tenga, no me sirve solo su confesión.— dice y cuelga, entonces me animo a preguntar.
— Que ocurre mi amor...— pregunto y su sonrisa vuelve, puede ser perturbador para cualquiera verlo pasar de feliz y cariñoso a un engendro despiadado, pero a mí me encanta ver qué su enojo se esfuma cuando lo llamo amor.
— Mi Regina mandé a las bodegas al médico que participó en la farsa, necesito pruebas para que el divorcio salga rápido.— dijo y asiento mientras lo veo detenerse en una joyería.
Massimo entra y me vuelve a dejar en el auto, luego sale y se gira para hablar con un guardaespaldas, le entrega una caja un poco grande y entra al auto.
— terminaste amor, si tienes algo que hacer, por favor deja que vaya a casa no te quiero molestar, además quiero reunirme con el proveedor de la empresa de Leandro, así comenzaré a destruirlo.— digo y me besa, un beso que me deja sin aire.
— Hoy no será, y te dije que yo me encargaría de asesinarlo y será doloroso, aunque arruinarlo primero me gusta... Hoy te quiero consentir nada, nos devolverá el tiempo perdido, pero de alguna manera quiero compensarte mi amor, mía Regina — dice y lo beso, el beso se sale de control y subo a su regazo mientras maldigo el no haberme puesto un vestido.
Trato de quitar mi pantalón y niega mientras me sigue besando.
— Mía Regina quiero estar dentro de ti las 24 horas del día, pero usted tuvo una noche movida para ser la primera vez y te he visto como sientes molestias todo el día, así que no, te amo …— dice y sella eso con un beso.
Vamos rumbo a mi apartamento y nos esperan mis amigas, mis amigos y Nico, ahora sí se prendió esto, por qué le conté a mis amigas.