¿Crees en las segundas oportunidades? Pues yo no, al menos eso pensaba antes de vivir o de morir, depende del punto de vista del que lo veas.
Lo que si puedo asegurar es que es una experiencia que te hace pensar que has perdido la razón, es doloroso recordar como tu vida se va a apagado, pero lo que más duele es que a nadie le importas, ya que todos piensan que eres la mala del cuento.
Espero que con esta nueva oportunidad de vida pueda limpiar mi nombre y desenmascarar a los verdaderos villanos...
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Capítulo III Una nueva oportunidad
Desperté en mi habitación sintiendo aun el sabor metálico de la sangre en mi boca y a esos sujetos profanado mi cuerpo de las mil maneras posibles, me levante rápidamente pensando que todo había sido un sueño, pero rápidamente recupere la razón y supe que nada había sido un sueño, que todo eso me paso y que estaba recibiendo una segunda oportunidad de vivir.
Recordé a mi madre y fui corriendo hasta donde ella estaba. La encontré llorando en su habitación, ya que había vuelto al día en el que mi papá la dejo, al día de mi cumpleaños número quince.
"Mamá no llores, no vale la pena". Le dije a mi mamá hablando con frialdad.
"¿De qué hablas hija? ¿A caso sabes lo que está pasando?" Preguntó mi mamá sorprendida.
"Si, lo sé. Pero eso no es lo importante, tienes que sobreponerte a esta traición y ser feliz. Alfredo no vale una sola de tus lágrimas y no quiero que arruines tu vida pensando en ese desgraciado".
"No hables así de tu padre, lo que pase con nosotros no tiene que ver contigo". Dijo Luisa molesta.
Sonreí con frialdad y salí de la habitación, después me encargaría de que mi mamá entendiera las cosas, por ahora solo quería pensar en lo que haría y ya sabia quien me ayudaría.
Fui hasta las empresas Materano y desde la distancia observé al guapo hombre director y presidente de este grupo empresarial. *Serás quien me ayude a vengarme de Sandra y Carolina*, pensé.
Regrese a mi casa donde mi mamá recibía la visita de los padres de Lissandro. "¿Cómo pude olvidar que hoy conocería al imbécil de Lissandro?", susurre para mi misma.
Entre a la casa y ahí estaban ellos, los desgraciados que me humillaron hasta el cansancio.
"Hija, ven te quiero presentar a unos amigos de la familia". Tenía muchas lagunas, solo esperaba irías despejando antes de que algo se saliera de control.
"No tengo tiempo para conocer a gente desagradable". Dije con frialdad.
"¡Alexa!" Exclamo mi madre avergonzada. "No seas grosera y ven a saludar". Ordenó con firmeza en su voz.
Entre a la sala y mire a la familia sentada en los muebles de mi sala con desdén. En el pasado me había comportado con amabilidad.
Flashback
"Señores Mendoza un gusto conocerlos". Dije educadamente.
"El gusto es nuestro Alexa". Respondió la bruja de Luisa: mamá de Lissandro. "El es mi esposo George y mi guapo hijo Lissandro".
Quede impresionada por lo guapo que era Lissandro, su sonrisa me dejo hipnotizada haciéndome pensar que se había fijado en mi.
Fin del Flashback
Lissandro era algo mayor que yo, el tenia veinte años cuando lo conocí, era muy ingenua en aquella vida, nunca vi sus verdaderas intenciones, pues un adulto no debería fijarse en una adolescente, pero yo no entendía eso.
"Diaculpen a mi hija, esta pasando un mal momento por la separación". Trato de explicar Luisa siendo tan complaciente con esas personas.
"Un gusto conocerlos, ahora si me disculpan tengo cosas realmente importantes que hacer". Me dispuse a marcharme, pero la voz de Lissandro me detuvo.
"Tam hermosa como mal educada".
No perdí el tiempo y camine hasta mi habitación, había pasado por muchas cosas en tan poco tiempo que mi cuerpo se sentía cansado. A lo mejor por eso había olvidado algunas cosas de mi vida anterior.
Con mis conocimientos estaba segura que conseguiría trabajo en la empresa Materano, pero no podía simplemente aparecer de la nada, soy menor de edad y así nadie me co trataría. La paciencia debía ser mi mejor arma.
Me quede dormida, trate de descansar. Pero los recuerdos de mi muerte me atormentaban, aun sentía a esos hombres sobre mí, la forma tan agonizante en la que fui perdiendo el aire en mis pulmones. Desperté a media noche gritando con desesperación.
"Alexa, hija ¿que pasa?". Pregunto mi mamá entrando preocupada a mi habitación.
"Nada mamá solo fue una pesadilla". Expliqué calmando mi acelerado corazón.
"No me pareció una pesadilla, era como si fuera algo vivido". Comento visiblemente confundida.
"Tranquila, solo fue un mal sueño. Pero me dejarias dormir contigo". Pregunté a punto de llorar.
Sabia que mi mamá desarrollaría esa terrible enfermedad y quería pasar el mayor tiempo posible con ella.
"Claro hija, aunque ya no eres una niña".
"Un hijo nunca deja de ser un niño pequeño para sus padres". Respondi con las mismas palabras que ella siempre me decía cuando discutíamos y yo le gritaba que no se metiera en mi vida, ya que no era una niña pequeña.
"Estas muy rara, anoche te fuiste a la cama siendo una niña inmadura y hoy pareces otra, hasta tu manera de hablar a cambiado". Comento confundida.
"Es que madure madre, no quiero ser una mujer débil de la cual se burlen o hagan menos, y te prometo que de ahora en adelante trabajare duro para que no nos falte nada". Hable con determinación. Tenia una nueva oportunidad y no la desperdiciaria pensando estupideces.
Nos fuimos a dormir, el resto de la noche la pase pensando en mis próximos pasos. Tenia que buscar la manera de acercarme a Sergio Materano, la única persona que sintió pena por mí e intento ayudarme. Aunque llego un poco tarde a ese lugar en el que me quitaron la vida.
Gracias autora por actualizar.
Ojala los malos sean destruidos