En La Trampa De Un Mafioso

Dominik colgó la llamada y miró a Osiris quien seguía diciendo que ella la había matado.Dominik se sintió como si hubiera sido golpeado por un rayo. No podía creer lo que estaba escuchando. Miró a Osiris con una mezcla de horror y rabia.

— ¿Qué estás diciendo? —preguntó Dominik, su voz baja y amenazante.

Osiris miró hacia arriba, con lágrimas en los ojos.

— Yo la maté —repitió—. Yo maté a mi hermana.

Dominik se sintió como si hubiera perdido el control. Se acercó a Osiris y la golpeó en la cara.

— ¡Mentira! —gritó Dominik—. ¡Tú no podrías haber matado a Iris!

Osiris se cayó al suelo, con la cara dolorida y los ojos llenos de lágrimas. Miró hacia arriba y vio a Dominik de pie sobre ella, con la cara llena de rabia y dolor.

— ¡Dime la verdad! —gritó Dominik—. ¡Dime qué pasó con Iris!

Osiris se levantó lentamente, con la cara dolorida y los ojos llenos de lágrimas. Miró a Dominik con una expresión de tristeza y dolor.

— Yo la maté —repitió—.Recuerdo como paso todo,con exactitud, solo eso recuerdo.

Dominik se sintió como si hubiera sido golpeado por un rayo. No podía creer lo que estaba escuchando. Miró a Osiris con una mezcla de horror y rabia.

— Que tonto fui al quererte a mi lado — Dijo Dominik.

Osiris sobre sus rodillas solo le quedaba implorar por una sola cosa: Morir.

— Mátame, así puedes vengarla— dijo Osiris tomando la foto de Dominik y poniendola sobre su cuello.

Dominik comenzó a apretar el cuello de Osiris tumbandola al suelo, el aire se acababa para Osiris y su rostro se hacía rojo. Dominik estaba perdido en su mente, estaba dispuesto a matar a Osiris. La lucha de Osiris por respirar se intensificaba mientras la presión de las manos de Dominik se cerraba a su alrededor. Su visión se tornaba borrosa, y en medio de la desesperación, recordó el rostro de su hermana, la última mirada que compartieron. La imagen la atravesó como un rayo, y en ese instante, comprendió que la vida de su hermana no era el único sacrificio que había hecho.

— ¡Dominik, por favor! —logró murmurar con voz entrecortada, su cuerpo luchando contra la asfixia—

Dominik, cegado por la ira y el dolor, sintió que su corazón se desmoronaba. Las palabras de Osiris resonaban en su mente

—Gracias por hacerme recordar el por qué no debía ser feliz— dijo Osiris mientras su cuerpo cada vez se debilitaba más.

Dominik dejo de asfixiarla pero le colocó una soga en las manos.

— Voy a torturarte hasta que mi corazón decida perdonarte— dijo Dominik— Después te mataré partiendote en pedazos, quemaré los pedazos y tus cenizas estaran en mi chimenea.

Osiris miró a Dominik con una mezcla estaráno y resignación. Sabía que no podía escapar de la situación en la que se encontraba. La soga que Dominik le había colocado en las manos era un recordatorio constante de su suerte.

— Haz lo que quieras —dijo Osiris, su voz baja y derrotada—. No me importa. Solo quiero que me mates rápido.

Dominik la miró con una expresión de dolor y rabia. No podía creer que la persona que intento amar fuera capaz de matar a Iris su propia hermana a quien alguna vez amo con su alma.

— No te mataré rápido —dijo Dominik, su voz baja y amenazante—. Te haré sufrir. Te haré pagar por lo que hiciste quiero que llores implorando que te maté.

Osiris cerró los ojos y se preparó para lo peor. Sabía que no podía escapar de la ira de Dominik. Solo podía esperar que la muerte llegara pronto y pusiera fin a su sufrimiento.

Mientras tanto, Dominik subió a Osiris a un auto y condujo hasta el edificio donde estaba su penthouse comenzó a arrastrar a Osiris hacia una habitación. La habitación estaba vacía.

— Aquí es donde pasarás tus últimos días —dijo Dominik, su voz baja y amenazante—.

Dominik cerro la puerta tras de si, con llave.

Osiris abrió los ojos y miró a su alrededor. La habitación era un lugar de pesadilla. Se mantenia en silencio en una de las esquinas frías de la habitación.

Dominik entro en la habitación después de varias horas, para observar por qué Osiris se mantenia inmovil.

—¿Cuando comenzaras a inflingirme dolor?—dijo Osiris mirandolo a los ojos.

Dominik se sintió sorprendido por la pregunta de Osiris. No esperaba que ella estuviera tan dispuesta a aceptar su sufrimiento.

—Pronto —respondió Dominik, su voz baja y amenazante—. Pero primero, quiero que me digas algo.

Osiris lo miró con curiosidad, esperando a que Dominik continuara.

—¿Por qué lo hiciste? —preguntó Dominik—. ¿Por qué mataste a tu hermana cuando tus padres fueron los que te vendieron.

—Yo no sabía que ella estaba en el maletero—respondió Osiris, su voz baja y temblorosa.

Dominik se llenó de rabia y golpeo a Osiris con su propia mano, reventando nuevamente el labio de Osiris. De repente se abalanzó sobre ella ahorcandola de nuevo hasta que René interrumpió a Dominik entregándole una hoja.

— Los huesos no corresponden a alguien de 17 años— decía la hoja que traía en sus manos.

Osiris miró a Dominik, él observaba a la hoja con una expresión de inquietud.

—¿Que edad tenía tu hermana?— preguntó Dominik a Osiris.

— No recuerdo nada aparte del accidente — dijo Osiris con voz entrecortada.

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