En un mundo de secretos y mentiras, Rose se enfrenta a una vida llena de incertidumbres. El pasado regresa para asecharla.
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Capítulo 12
Rose se acercó a los documentos y objetos antiguos, sintiendo una mezcla de curiosidad y miedo. Su madre la siguió, explicándole que aquellos eran los restos de una antigua civilización de vampiros.
"¿Qué significa esto?", preguntó Rose, señalando un símbolo extraño en uno de los documentos.
"Es el símbolo de la familia Valois", respondió su madre. "Una familia de vampiros que ha existido durante siglos. Y nosotros... nosotros somos parte de ella".
Rose se sintió conmocionada. No podía creer lo que estaba escuchando. "¿Qué quieres decir?", preguntó.
"Quiero decir que nosotros somos vampiros", respondió su madre. "O al menos, lo éramos. Hasta que tu padre descubrió el secreto y trató de escapar".
Rose se sintió como si hubiera recibido un golpe en el estómago. No podía creer que su familia fuera de vampiros. Y que ella misma... ella misma fuera una de ellos.
Rose se sintió como si su mundo se hubiera vuelto del revés. No podía creer que su familia fuera de vampiros. Y que ella misma... ella misma fuera una de ellos.
"¿Qué pasó con mi padre?", preguntó Rose, intentando mantener la calma.
"Tu padre trató de escapar de la familia Valois", respondió su madre. "Pero ellos no lo permitieron. Lo mataron para proteger el secreto".
Rose se sintió enojada y triste al mismo tiempo. No podía creer que su familia hubiera hecho algo tan horrible.
"Y ¿por qué me lo estás diciendo ahora?", preguntó Rose.
"Porque es hora de que sepas la verdad", respondió su madre. "Y porque es hora de que tomes tu lugar en la familia Valois".
Rose se sintió confundida. No sabía qué hacer. Pero sabía que no quería ser parte de una familia de vampiros.
"No quiero ser parte de esto", dijo Rose, mirando a su madre con desconfianza.
"Lo siento, Rose", respondió su madre. "Pero ya eres parte de esto. Y no hay vuelta atrás".
Rose se sintió atrapada. No sabía qué hacer. Pero sabía que no quería ser parte de la familia Valois.
"¿Qué debo hacer?", preguntó Rose, mirando a su madre con desesperación.
"Debes aceptar tu destino", respondió su madre. "Debes aceptar quién eres y lo que eres".
Rose se sintió enojada. No quería aceptar su destino. Quería elegir su propio camino.
"No", dijo Rose. "No voy a aceptar esto. Voy a elegir mi propio camino".
Su madre se sintió sorprendida. No esperaba que Rose se rebelara.
"¿Qué vas a hacer?", preguntó su madre.
"Voy a dejar la familia Valois", respondió Rose. "Voy a dejar todo esto atrás y empezar de nuevo".
Su madre se sintió enojada. No podía creer que Rose estuviera dispuesta a renunciar a su herencia.
"No puedes hacer eso", dijo su madre. "Eres una Valois. Eres una de nosotros".
Rose se sintió firme. Sabía que estaba tomando la decisión correcta.
"Sí puedo", dijo Rose. "Y lo voy a hacer".
Rose sabía que debía actuar rápido. No podía permitir que su madre y el resto de la familia Valois la detuvieran. Así que tomó una decisión drástica: huir.
Reunió sus cosas y salió de la mansión sin mirar atrás. No sabía hacia dónde iba, pero sabía que debía alejarse de la familia Valois.
Mientras caminaba, Rose se sintió libre. Libre de la opresión de su familia, libre de la oscuridad que la rodeaba. Pero también se sintió asustada. No sabía qué la esperaba en el exterior.
De repente, escuchó un ruido detrás de ella. Se dio la vuelta y vio a Alexander, el amigo de su infancia, corriendo hacia ella.
"Rose, espera", gritó Alexander. "No te vayas".
Rose se detuvo y miró a Alexander con sorpresa. ¿Por qué estaba allí? ¿Por qué la seguía?
"¿Qué haces aquí?", preguntó Rose.
"Te seguí", respondió Alexander. "No podía permitir que te fueras sin mí".
Rose se sintió conmovida. Nadie había estado allí para ella en mucho tiempo. Nadie había cuidado de ella.
"Gracias", dijo Rose. "Gracias por estar aquí para mí".
Alexander sonrió. "Siempre estaré aquí para ti, Rose".
Y juntos, Rose y Alexander continuaron su camino, sin saber qué les esperaba en el futuro, pero sabiendo que estaban juntos.