Muchas veces creemos que el amor es condicionado, que debería ser, te amo si me complaces, te amo si me das, te amo si me haces feliz, pero Paul y Michelle nos enseñaran que el amor es una decisión que va por encima de todo y TODOS...
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En casa...
Paul...
Ver cómo el avión aterriza, me da paz. Ya mi hermosa mujer llegó. Yo llegué hace casi 2 horas. Tiempo suficiente para llamar a Gio, finalmente conocernos y que él muy amablemente me consiguiera un carro para poder movernos.
También busqué la mejor floristería del aeropuerto y compré todas las rosas que había disponibles. Una adorable señora quien es la dueña del establecimiento, me ayudó a hacer el montaje. El camino quedó divino y hasta un cartel con el nombre de mi mujer me regaló. Tenía los nervios de punta... Esperaba que al verme saliera corriendo en dirección a mi, o, por el contrario, sintiera que yo la había abandonado.
Lo sabría cuando nos viéramos. Había dejado instrucciones claras para que la gente no saliera por esa puerta y que solo ella saliera por allí. No hay nada que el dinero no pueda comprar, tengo mucho dinero y por y para ella cualquier cantidad es poca. Una sonrisa de sus labios es más que suficiente para pagar cualquier cantidad que haya gastado.
Pero cuando salió, y se agachó al verme allí, entendí que sintió que yo la había abandonado. Por eso le dije lo que le dije. Nos subimos al carro que ya Gio había enviado y nos llevó a su casa primero. Ya yo había reservado una habitación en un hotel mientras busco la casa en la cual vivir con Isabella. Mientras íbamos en el auto, la llevaba en mis piernas, mientras acariciaba su hermoso cabello. Al llegar, le dije Amor, mañana vengo por ti.
Su cara se distorsionó y con un gesto de molestia me dijo... ¿A dónde vas? La miré sin entender... Mi princesa hermosa, me voy a un hotel para que tú descanses, es tu casa, imagino que quieres dormir cómoda y tranquila... O te bajas del auto o te regresas a Estados Unidos Paul Volkov. Vine en ese maldito vuelo llorando porque creí que no me amabas y ¿ahorita me dices que te vas a ir a un hotel en vez de dormir conmigo?... ¿Sabes que? ¡Que te jodan Paul! Dijo mientras tiraba la puerta del auto.
Me bajé del auto como rayo y pedí que me bajaran el equipaje. Déjalo en la portería. Le dije al chófer mientras le tiraba un billete de 100 dólares. Salí y corrí detrás de mi hermosa mujer. La agarre y no la solté sino que, por el contrario, puse su cuerpo en mi hombro dejando así al aire su delicioso trasero. Comenzó a patalear ¡Bájame! ¡Bájame te digo! Paul Volkov... ¡Bájame! Decía con enojo. Entonces se me ocurrió una maravillosa idea. Le di una nalgada y la bajé. Me miró directo a los ojos y pude ver en su cara como se encendía la chispa del deseo. No soportó la intensidad y creo que la lujuria que estoy derrochando en este momento, así que me desvió la mirada.
Sonreí victorioso, y entonces le hablé en el oído... ¿Tú crees que de verdad prefiero irme a un hotel que a estar contigo entre mis brazos? Es solo que no sabía cómo ibas a reaccionar y si ibas a desear que yo estuviese aquí contigo, porque imagino que el vuelo fue agotador. Entonces me miró con sus preciosos ojitos y allí mismo, me sentí como la peor mierda del mundo.
¿Sabes por qué vine todo el vuelo llorando? No, por supuesto que no lo sabes... Me venía deshidratando porque me devolví a buscarte y tú ya no estabas, ahora veo por qué... No sabes lo feliz que me hace verte aquí, pero saber que estás aquí y yo debo entrar a mi departamento que es el espacio más solitario del mundo teniéndote aquí sería una absoluta mierda. Paul quiero tener un lugar al cual llegar y llamar mi casa, mi hogar, porque sé que hay alguien que me espera con ansias o a quien yo voy a esperar con ansias y ahora que estás aquí que me digas que te vas a un hotel me hiere mucho.
Sus ojos estaban ya inundados de agua y me digo a mi mismo ¡Eres un genio pendejo! Entonces la abracé y comencé a abrir mi corazón. Amor, perdóname, soy un idiota que no sabe ni cómo manejar ciertas situaciones. Yo sé que esto puede ser un poco apresurado, pero sé que no tienes a nadie más aquí. Sé que Gío es tu mejor amigo y por eso hablé con él y con tu tío para poder estar juntos bajo la bendición de las personas a quienes más amas y te aman a ti. Perdóname por las veces en las que actúo como un imbécil, pero te juro mi chiquita que solo quiero hacer lo mejor por y para ti porque TE AMO ISABELLA VOLKOV. No hay nadie en el universo entero que te pueda amar como yo lo hago y definitivamente quiero ser tu casa, tu hogar, tu refugio, tu seguridad, ser lo que tú necesites que yo sea.
Su abrazo no se hizo esperar y nos quedamos así abrazados un buen rato hasta que ella se calmó un poco y a mi se me pasaba el susto. Entonces ella dijo Amor, vayamos por tus maletas y entremos a casa. Y eso fue lo que hicimos. Bajamos por el equipaje y de inmediato subimos. Al entrar, una enorme foto de ella y su padre está en el recibidor. Me quedo asombrado porque desde muy chiquita ha sido hermosa. Sonrío e imagino una niña tan hermosa como ella pero rubia y de ojos azules. Me dan ganas de reír porque sinceramente, nunca había imaginado nada así. Pero con Isabella, TODO es diferente.
Sigo caminando y veo fotos de ella con André, con su tío y con una hermosa mujer que imagino debe ser la tía Marcela. Su gesto es de alegría. Veo otra foto con Gío, no me gustó la mirada que ella le daba, era una mirada de niña enamorada, y aunque sé que Gio es gay, de todas maneras me incomoda. Fotos de ella solita, y entonces pienso en que debo imprimir las fotos que nos tomamos este fin de semana y seguir llenando los espacios que faltan.
El primer día que estuvimos juntos, yo sin que ella se diese cuenta, tome una foto mientras dormía plácidamente en mi pecho. Me gustó la foto porque mientras ella duerme, yo la miro con ternura y tengo una sonrisa de pendejo enamorado. Esa también la voy a imprimir y enmarcarla. Ya que veo que le gusta tener momentos de su vida en casa, haré que esta sea nuestra casa, nuestro hogar y la voy a llenar de nuevos momentos y recuerdos que estamos creando juntos.
Me volteo, la miro y con una sonrisita me dijo Bienvenido a casa amor. La besé y la abracé con fuerza. Lo hice, porque quiero tenerla siempre así, protegida entre mis brazos, quiero ser eso que ella tanto desea y necesita. Quiero ser su amigo, su esposo, su amante, su lugar seguro, su confidente, quiero que cuando estemos juntos aún sin tener intimidad o estar dentro de 4 paredes, ella conmigo se sienta EN CASA.
Historia de temas muy toco tocados. Y la describes de manera excelente.