La Desendecia De Los YANKELEVICH

Nain volteó al cielo y mira que era una noche limpia, se podían ver las hermosas estrellas y una luna llena.

Suspiró profundamente mientras pensaba en lo que le había dicho y en ese momento escucha que alguien salía de la casa, voltea a toda prisa.

Mira como toda la familia sale de la casa, junto con Xiao, algunos la despedían antes de subir a la camioneta.

Por un momento pensó en ir y detenerla, gritarle que se quedara con él, pero en el momento que iba a dar el primer paso, Pole toma su mano, hace que voltee a verla a sus ojos.

Mientras sus miradas se encontraban ella le dice, con tristeza. – si no estás seguro de lo que sientes solo déjala ir, porque si vas ahí y haces que se quede sin saber que es lo que realmente sientes por ella, terminarás lastimándola, harás de tu vida un infierno.

Piensa un poco en ella, creo que suficiente ha sufrido con tus indecisiones, no es justo que la lastimes más, eso la mataría y es algo literal; recuérdalo, en el pasado tenía a sus padres que la levantaban, pero ahora ya no están, no creo que alguien más la pueda animar si tú le haces ese daño.

Nain no entendió lo que pasó, pero fue algo extraño lo que miró en sus ojos, parecía que lo miraba con dureza, como si lo quisiera golpear, como si algo la hubiera molestado, a pesar de que el tono de su voz sonaba triste, hasta parecía que le dolía decir lo que le había dicho.

Pole al ver que él no le contestaba, terminó diciéndole. – será mejor que me vaya, el maestro Nasir esta ahí, necesito entregarle esto.

Tú piensa bien lo que quieres hacer, recuerda que no solo serás tú el lastimado y sí puedes hacer mucho daño, si no estás seguro de lo que verdaderamente sientes.

Pole lo soltó, y empezó a caminar a donde estaba Nasir, estaba parado del lado de donde ellos estaban, cerca de la camioneta donde se iba a subir Xiao.

Ella le entregó la flor que le había encargado, Nasir la tomó, aprovechando que ya se había despedido de Xiao, se fue con Pole adentro de la casa.

Estando ahí le pidió que cuidara de Nain, que lo ayudara a no estar solo, estaba preocupado ya que sabía lo que había hablado con su padre y Harry.

Él no quería que nada le pasara y realmente quería ayudarlo a que no estuviera solo, para que no tomara decisiones que terminaran lastimándolo.

A Pole no le gustó nada lo que le pidió, pero como negarle algo a Nasir, si era la persona que más admiraba y su jefe inmediato, aunque lo que le estaba pidiendo era algo personal, terminó aceptándolo.

Nasir una vez que la escuchó decir que cuidaría de Nain, decide ir a su habitación, estaba emocionado, quería darle una sorpresa a su esposa, hacer algo especial con ella, ya que tenía bastantes días que no había podido atenderla, estar con ella por todo el trabajo.

Nasir aprovechando que Janet estaba despidiendo a Xiao y a su hija; él ya lo habia hecho y no quiso quedarse a ver como partía su pequeña, sentía que si lo miraba no la dejaría ir, por eso prefirió despedirse primero.

Aprovechó que Pole estaba ahí para poder retirarse y no quedarse a ver como su pequeña se marchaba, era más fácil si no la miraba.

Terminó subiendo las escaleras casi corriendo para ir al despacho, ahí habia escondido una caja de regalo, era algo grande, la toma y se apresura a salir de ahí, corre por ese pasillo, hasta llegar a su habitación, era de las últimas.

Al entrar cierra la puerta, se va hasta la cama y deja el regalo sobre ella, después se esconde en el closet, quería sorprenderla, estaba emocionado de poder estar con Janet, de poder hacerle el amor.

Toda la familia se despidió de Xiao, de Ilazki, Arturo, Adriel, Aisha y Bruno; fue un momento triste, pero al mismo tiempo sentían que iba ser lo mejor para ella.

Kim los llevó a donde estaba la pista de aviones, no llevó a nadie más de la familia, para no hacer ese momento más difícil para Xiao.

Nain se quedó parado mirándola desde lejos, pensando en lo que tendría que hacer, realmente deseaba ir ahí y detenerla, pero también pensó en lo que Pole le dijo sobre los sentimientos, sobre lo que sentía y realmente no había nada de eso.

Se sentía tan confundido que prefirió dejarla ir, no quería hacerle más daño, sin antes saber que era lo que sentía.

Cuando la camioneta se fue, mira como toda la familia entra a la casa, realmente se sintió aliviado de que nadie lo viera, eso pensaba, hasta que escuchó a Adal que le dijo. – me alegra que tomaras esta decisión y no la hayas detenido, fue lo mejor que pudiste hacer, dejarla ir.

Realmente no me gustaba la idea de pensar en que tú terminaras dañándola y yo matándote; porque realmente, un daño más no te lo podría perdonar.

Nain voltea hacia atrás y lo mira parado a unos pasos de él, no entendía como había llegado ahí, si la última vez que lo miró estaba despidiéndose de Xiao, enfrente de él, había pensado que se había metido a la casa.

Pero en ese momento lo mira con un botón de flor en sus manos de color amarillo, era extraño verlo con algo así y más que asustado por las palabras que le dijo, estaba curioso, sin querer terminó preguntando. – Adal, ¿cómo llegaste hasta ahí? ¿Por qué traes ese botón de flor?

Adal se acerca y con esa tranquilidad de siempre, con esa voz dulce que lo caracterizaba le responde. – miré que Pole le dio una flor a mi tío Nasir, le pregunté por qué lo hizo y ella me contestó que era para darle una sorpresa a Janet.

Yo la verdad no entendí que sentido tenía eso, pero ella sin que le preguntara me dijo, que era un bonito regalo para su esposa, que a las mujeres les gusta eso.

Entonces pensé hacer lo mismo para Dasha, nunca he hecho algo especial para ella, espero le guste, porque realmente no sé mucho sobre regalos o sorpresas especiales para una esposa y yo también deseo que tenga todo eso especial que otras mujeres tienen de sus parejas.

Nain se le hizo algo lindo de su parte, pero sentía que ese color no era el indicado para Dasha y algo inseguro le dice. – Adal, por favor no te molestes, pero creo que ese color no es el indicado para tu esposa, por que no cortas una de color rojo, creo que sería mucho mejor.

Adal le sonríe y con una tranquilidad le dice. – lo que pasa es que a Dasha le gusta el color amarillo y estaba viendo las flores del jardín de mi abuelita, me gustó esta para ella, creo que es la indicada.

Nain entendió que era porque le gustaba a Dasha, pero no entendía por qué decía la indicada, inseguro le pregunta. - ¿la indicada? ¿a qué te refieres exactamente?

Adal mira la flor y con una tranquilidad le contesta. – yo miré muchas flores en ese jardín, unas abiertas y de muchos colores, pero esta me recuerda a mi esposa, es como cuando la conocí, era pequeña ante mis manos y lo sigue siendo, pero también era inocente, pura.

Si me pongo a pensar en ella y las flores, es así como la miro; discúlpame Nain, pero es algo difícil de explicarte, es un sentimiento extraño que te hace hacer cosas que no tienen lógica, pero lo más raro es que todo lo haces pensando en la mujer que te gustaría ver sonreír, a la que quieres hacer feliz, no importa si es algo vergonzoso.

Nain, creo que si te quedan dudas tendrás que preguntarle a mi tío Nasir, te podrá explicar mejor que yo; ahora me voy con mi esposa, me gustaría llegar mientras aún está despierta.

Antes de irme, quiero darte las gracias, por pensar mejor en lo de Xiao y dejarla que se fuera; no sé lo que pasó en su habitación, pero quiero creer que tú fuiste un caballero con ella, no me gustaría saber que te aprovechaste de su vulnerabilidad.

Porque sabes muy bien que en este momento ella no está bien emcoionalmente, perdió a sus padres, tiene ese dolor de tu rechazo de tantos años, son emociones que hasta donde sé, hacen que las personas no sean conscientes de las decisiones que toman.

Nain no pudo seguir viéndolo a la cara, agacha su mirada y con vergüenza le contesta. – Yo realmente fui a buscarla para hablar con ella, pero al estar en su habitación no pude controlarme, realmente deseaba llegar hasta el final con ella.

Pero llegaste tú y eso nos detuvo, Xiao escuchó lo que le dijiste; no tienes que preocuparte, entre nosotros no ha pasado nada de lo que podamos sentir vergüenza o arrepentimiento.

Adal se puso serio aunque su rostro parecía calmado y sereno, sin contestar nada, empezó a caminar a la puerta, al pasar por un lado, con esa tranquilidad le dice. – No sé por qué, pero me siento desilusionado de ti Nain, realmente pensé que serías un hombre más consciente.

Pero bueno eso ya no importa, gracias por decírmelo, solo por eso no te torturaré, ya que no podría matarte, eres familia y tengo que proteger tu vida, aunque sí puedo castigarte.

Adal sigue caminando hasta entrar a la casa, pero Nain sentía que sus pies le tembaban al escuchar lo que le dijo.

Era cierto que Adal hablaba con un timbre de voz pacífico, hasta angelical se escuchaba, pero sus palabras eran realmente de dar miedo, hacían que la persona que lo escuchaba se pusiera a temblar, a suplicar por su vida cuando aún ni siquiera sabía lo que le iba hacer.

Nain se quedó parado mirando al suelo, Adal realmente le había dado el susto de su vida, sus palabras tocaron hasta su alma y eso lo hizo no poder ni mover un solo músculo del terror que sentía.

Pole se dio cuenta de lo que pasó, los estuvo viendo, estuvo parada muy cerca, detrás de una de las camionetas que estaba a un lado de ellos, terminó escuchando su conversación.

Pole sintió que su corazón se hacía pedazos al escuchar que había estado en la habitación de Xiao, se enojó tanto con él, que realmente deseaba golpearlo.

Por un momento pensó en obedecer la orden de Nasir, de cuidarlo, pero terminó pensando que tal vez era justo que sufriera un poco, ya que no sabía ni lo que sentía, siempre pensando en sí mismo, en lugar de las personas que lo rodeaban.

Pole no pudo soportarlo y a pesar que miró lo mal que estaba por lo que le dijo Adal, solo se dio media vuelta y se alejó de él.

Si también ella sabía el terror que Adal solía imponer ante las personas que lo molestaban, aunque sonara como un ángel, con la calma del mundo era realmente negativa la reacción que provocaba en las personas.

Era como estar en esas aguas mansas, pero que en realidad eran todo lo contrario, tranquila por encima y revueltas en lo profundo; las personas a su alrededor, cuando él estaba molesto o algo inquieto, lo que sentían era como el conejo que siente la mirada del cazador, que su instinto le grita corre.

Nain duró unos minutos parado, antes de poder controlar su miedo, cuando pudo moverse, solo pensó en regresar a casa, para poder olvidarse de ese mal rato.

Adal hizo lo que habia dicho, al entrar a la casa fue directamente a la habitación de su esposa, la encontró saliendo del baño, traía puesta solo la bata.

Se le acercó y le entregó el botón amarillo, Dasha se sorprendió mucho, tomó el botón, pero al mismo tiempo lo besó con pasión; le gustó ese detalle y solo pensó en besarlo para agradecerle.

Dasha realmente era feliz, estaba acostumbrada al carácter de Adal, sabía que no era detallista, pero también sabía que siempre se esforzaba por sorpenderla con algo, aunque lo que hacía no era en grande como lo hacía Kim con la pequeña Daila, que le regalaba enormes ramos de flores.

Tampoco era como Lian que siempre le llevaba chocolates a su esposa, siempre sus favoritos o como Derek, que siempre buscaba los mejores restaurantes a Nashira, hacía que el lugar se mirara especial y le llevaba mariachi.

Pero Dasha sabía que su Adal no era así y eso no le importaba, porque era feliz, con solo estar con él, disfrutando de ese amor, de sus momentos juntos; pero lo que más le gustaba era que siempre la apoyaba en sus decisiones, nunca le decía no a lo que ella le pedía.

Hasta en las misiones que tenían siempre se complementaban, cuidaban sus espaldas y confían en uno como en el otro, entraban sin miedo, cada uno hacía lo que le correspondía sin preocuparse porque algo les fuera a pasar.

Esa noche Dasha estaba tan feliz por ese botón amarillo, que no se ocuparon palabras, solo empezó a quitarle la ropa, a besarlo con una intensidad, que Adal no quiso detenerla.

Adal terminó sentado en la orilla de la cama desnudo, mirándola fijamente mientras se quitaba la bata de baño, para él seguía siendo la mujer mas hermosa del mundo y le encantaba hacer el amor con ella.

Dasha se le acercó, empezó a besarlo, a deslizar sus labios y lengua por su cuello, lo hizo acostarse en la cama, siguió dejando sus besos por todos sus pectorales y sus manos no dejaban de tocar su perfecto cuerpo.

Ella llegó hasta ese lugar prohibido y esa noche repitió lo que le hizo esa primera vez que estuvieron juntos.

Adal lo estaba disfrutando, sentir su boca en ese lugar realmente le gustaba; aunque estaba vez sí sabía lo que era, su hermana Paola se lo había explicado y esta vez sabía que no era algo malo, que podía disfrutarlo.

Era la segunda vez que su hermosa esposa le hacía algo así y realmente estaba encantado, tanto que terminó haciendo lo que ella queria.

Dasha esa noche hizo el amor con su guapo esposo, le gustó ser ella quien llevara el control mientras que su guapo esposo, solo disfrutaba de los movimientos que hacía mientras estaba encima de él.

Así estuvieron hasta en la madrugado, disfrutaron de su momento como siempre lo hacían, aunque con todos los problemas que se habían estado dando, ya no habían podido hacerlo.

Adal llegó tantas veces como ella y eso los dejó realmente agotados, ella terminó dormida en su pecho; a él era lo que más le gustaba de ella, que cuando todo terminaba, solo se dejaba caer en su pecho, cerraba sus ojos y rápido terminaba dormida, su momento favorito, era ese, verla dormir, sentirla en su pecho.

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Muchas gracias a todas espero que el capítulo les haya gustado ☺️

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