Destino A Todo Color

En dos mentes se gestaban planes.

Una mente privilegiada unida a otras tres de igual forma, formaban la estrategia perfecta para que Elvira sea libre.

Otra maquiavélica y retorcida planeaba llevar a cabo un plan que consideraba infalible para lograr sus objetivos.

Por un lado, se debatía la bondad, el amor, el compañerismo y la lealtad que encerraba esa hermosa amistad, de tonos verdes, rosa y azul.

Por otro la lujuria, el egoísmo, la ambición y el egocentrismo hacían de las suyas en el despreciable Jacob.

Era más lógico que los tonos grisáceos se convirtieran en negro, pero extrañamente el tono vinotinto de Jacob se volvía más oscuro conforme planificaba su perverso plan.

Ela amiga sé que es riesgoso, pero es la única forma de que puedas huir, dijo Mia

No sé, es muy difícil que esto pueda darsé sin que ustedes salgan perjudicados en el proceso respondí con tristeza, la sola idea de que mis amigos sufran por mi culpa me duele.

Asumiremos las consecuencias, que tan malo puede ser, seremos sancionados un par de días cuando mucho, pero contrario a eso tú serás libre dijo Pablo con convicción para luego abrazarme.

Basta Elvira Anne tú nunca has sido una cobarde y no comenzarás hacerlo ahora, hablamos de tú libertad no de cualquier tontería, Sophi muy molesta me reprendió.

Sé que tienen razón, pero temo por ustedes, se lo duro y hasta peligroso que puede ser mi padre, dije con pánico.

Ya te lo dijimos asumiremos las consecuencias, además la ley nos ampara Elvira, primero como ciudadanos de este país, también como menores de edad.

Aunque tu familia quiera dañarnos no podrían sin ir a prisión, Pablo hablo con su típica serenidad.

Eso me aterra mucho más dije con aflicción.

Ya está bueno, Elvira piensa en ti, deja de pensar en tu familia, llevas casi dos meses arreglando sus problemas y ni te agradecen, tú mereces ser feliz, esta vez Mía me regaño admito que me sorprendió en gran manera ella siempre tan dulce y tímida.

Bien, pero si no resulta, me echaré toda la culpa sola dije no muy convencida.

No llames las cosas malas, piensa en positivo dijo Mía tomando mis manos.

Va a funcionar tiene que funcionar o dejo de llamarme Sophia Amelia Anderson.

Te llamas Amelia dijimos los tres al unísono.

Si y no quiero comentario alguno de mi nombre nos advirtió molesta.

Los tres nos miramos y decidimos callar, Sophi es un amor, pero no quieres verla enojada, en verdad da más miedo que mi mamá.

No hemos dicho nada, hablamos al mismo tiempo asustados levantando las manos en señal de paz.

Bien eso espero, ahora a clase o si no van a sospechar.

Caminamos por el pasillo hablando de la práctica de laboratorio, nadie sospecharía jamás nuestros planes.

El día avanzo entre una clase y otra.

En otro lugar, Jacob en su habitación movía los hilos en su mente, para llevar a cabo su plan.

En su pensamiento ya tenía todo listo.

Invitaría a Elvira por una malteada, su hermano Johan era un impedimento, pero él ya tenía perfectamente planificado como hacer para que no estorbara.

Había vigilado muy bien estos días a los dos, no noto nada extraño, Elvira se la pasaba con sus dos amigas y ese chico flacucho al que tanto detestaba.

Pero algo llamo la atención, su cuñado estaba fascinado con la capitana de las porristas.

Una chica atrevida y sexy, que adoraba el lujo y la extravagancia, pero era una zorra de primera, una que con un par de joyas ya había tenido en su cama un par de veces, conociendo la debilidad de su cuñado y la ambición de la niña estúpida, sabía como distraerlo.

Con determinación espero pacientemente que llegara el sábado y poder llevar a cabo su plan.

Antes de ir a casa de Elvira paso por una joyería y mando a elaborar dos anillos de matrimonio.

Su suegra le dio las medidas para el anillo de compromiso y el conocía cuál era el tamaño correcto para la argolla de Elvira.

Sin percatarse que era seguido, compro también unos aretes de diamante para la sexy porrista quien le ayudaría a distraer a Johan mientras él se lleva a Elvira.

No muy convencida acepto, pero en el fondo no desea ayudarlo, Elvira es una chica dulce que la a tratado muy bien, hasta la ayudo en más de una ocasión con alguna tarea.

Decide enviarle un mensaje a Pablo.

📨 No sé que planea el prometido de Elvira hacerle, pero no creo sea nada bueno.

El mensaje solo podía leerse una vez, pero pablo comprendió de inmediato.

Llamo al hombre que se encargaba de seguir a Jacob y este le dijo lo que ha estado haciendo.

En este momento va a casa de la señorita Elvira.

Regresa y averigua que compro en la joyería fue la orden de Pablo, el hombre hizo lo ordenado y descubrió que eran anillos de boda con las iniciales de ambos.

Pablo se alarmó e intento comunicarse con Elvira sin éxito alguno.

Llamo a Mía y Sophi quienes también la llamaban pero no contestaba.

Algo debemos hacer dijo tomando su chaqueta de jeans y saliendo de su habitación.

Protegé a Elvira no importa como, no permitas que Jacob la dañe le dijo al hombre que lo vigilaba.

Claro señor afirmó con calma.

El hombre tomó su arma, reviso si estaba cargada y la guardo en su espalda.

Como ex policía sabía como lidiar con ese tipo de situaciones.

Elvira ajena a los planes de Jacob y muy nerviosa por los planes del lunes, dejo los audífonos conectados y no oyó el celular, dejándolo olvidado.

Debía salir con Jacob por última vez y simular que todo estaba igual.

Un poco nerviosa para que no sospechen, bajo las escaleras y lo saludo con un hola Jacob que gusto verte, aunque por dentro decía no sabes cuanto te odio.

Noto que el color vinotinto era muy oscuro y lo miro asustada, al notar una mirada peligrosa y perturbadora que anteriormente no tenía.

Algo malo planeas, debo tener cuidado se dijo a sí misma.

Johan interrumpió al notar la cercanía de Jacob.

Ahora de irnos, en una hora regresamos, tenemos deberes escolares que cumplir dijo apartando a Elvira.

Jacob maldijo en su interior la intromisión hasta ese punto no había tenido el placer de probar esos rosados y lindos labios, pero se imaginaba su dulzura.

Pronto muy pronto serás mía princesa decía en su interior y sonrió maliciosamente.

Su color aumentaba, pero en lugar de resplandecer se volvía opaco.

Algo no anda nada bien, Elvira toco su pequeño bolso y no sintió el celular, recordó que lo dejo sobre la cómoda con los audífonos conectados.

Vaya que soy tonta se dijo, pero no podía devolverse, estaría muy alerta y si veía algo raro lo golpearía.

De algo debían servir las clases de defensa personal que tomo con su tía Louis.