La italiana y el CEO americano. Una Navidad muy diferente. Monalisa, una italiana fuerte, cariñosa, trabajadora, supertorpe o desastrosa, divertida y muy dispuesta, está pasando por un momento muy difícil. Se siente traicionada por las personas que más apoyó y amó, su familia y la de su exmarido. Cuando su matrimonio terminó, fue juzgada y culpada por todo, incluso por la infidelidad de su ex. Cansada de todo y de todos, incluidos sus parientes, y con la Navidad acercándose, decide visitar a su hija y ayudar a una antigua amiga que vive en Nueva York, para despejar su mente.
Abraham es un importante estadounidense, polémico en su vida personal, guapo y muy poderoso. Suele aparecer en público con mujeres bellísimas. Estuvo casado con una famosa actriz durante cinco años y tiene un hijo con ella. Tras la separación, comenzó una relación igualmente polémica, llena de infidelidades de su parte y altibajos con su antigua entrenadora personal, de la cual también tiene otro hijo. Como empresario, es muy respetado, pero su vida personal es bastante cuestionable. A pesar de tener 36 años, sigue disfrutando de fiestas y clubes nocturnos.
Surge un gran negocio, pero el lado personal de Abraham resulta ser clave para sus socios, y su reputación personal es un desastre. Esto puede convertirse en un gran problema, y Abraham necesita urgentemente ayuda en ese aspecto, ya que está interfiriendo en un trato que ha estado buscando por años. Necesita una mujer que lo ayude a mejorar su imagen.
Monalisa, por su parte, quiere un nuevo comienzo, una nueva vida y un nuevo rumbo. Sus destinos se cruzan y...
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Capítulo 12
Monalisa
El día pasó volando y ¡Dios mío! Solo de pensar que mañana es conmigo, tengo tantas, pero tantas cosas que recordar, que ya casi me está dando amnesia, señor, qué hombre tan complicado.
¿Por qué no puede ser sencillo? Que grite "¡quiero café!", que mande a entrar, que mande a salir... ¡No! Tiene que ser todo silencioso, parece un hospital. Pensando fríamente, creo que debería ser médico, no, pensándolo mejor, mataría a todos los pacientes.
Imagina que llegaran llorando, él diría "silencio, necesito ver su herida". No, no... ¿Y por qué estoy pensando en el Señor Abraham? Uy, porque cuando digo "señor" me viene él sin esa camisa, eso no es normal, ¡como decía la novena! Creo que necesito rezar el rosario de rodillas todavía....
Valentina entra en la sala, estaba duchándose.
Valentina - Mamá, ¿estás en la luna?
Monalisa - Sí, querida, estaba pensando si voy a ser capaz de con tantas cosas,
sabes que trabajaba con tu abuelo y tu padre, pero los italianos somos muy expresivos y diferentes a los americanos.
Valentina - Tranquila, todo va a salir bien,
cuando vine a vivir aquí, mamá, también me sentía perdida, los encontraba fríos, distantes y muy diferentes.
En realidad lo son, solo que tienen muchas cosas buenas y hoy me siento como en casa.
Quién sabe, a lo mejor te acostumbras y te vienes a vivir conmigo.
Monalisa - Muy difícil, hija, no es mi mundo. Soy de hablar alto, andar por la calle, saludar a la gente, hablar tocando a la gente, haciendo gestos y estaba leyendo que si tocas a la gente aquí pueden considerarlo acoso.
Valentina riendo - Sí, es verdad, tienes que tener cuidado.
Pero mamá, la gente cambia, tú tienes que cambiar.
Monalisa - Lo sé, querida, pero es complicado y difícil, todavía estoy tratando de entender todo lo que me ha pasado.
Valentina - Disculpa, necesito preguntarte algo.
Monalisa sonriendo - Puedes preguntarme lo que quieras, hija mía.
Valentina - ¿Cómo va a ser ahora que tú y papá se han separado?
Monalisa - No sé muy bien qué hacer, todos los que pensé que me apoyarían se han vuelto contra mí, incluso tu abuelo.
Valentina - Es ridículo, mamá, todavía no me lo creo, papá la lía y tú eres la culpable.
Monalisa - Dicen que descuidé el matrimonio, que no cumplí con mi papel de esposa y puede que tengan razón.
Valentina - ¡No! Mamá, están totalmente equivocados, deberían apoyarte, defenderte, ayudarte.
No es porque seas mi madre, pero ¡eres increíble!
Siempre te has hecho cargo de todo, has ayudado a todos, desde que murió tu madre, apoyaste a mi abuelo y a toda su familia.
Y cuando mi padre te necesitó, estuviste con él, cuando se arruinó y tuvo que volver a empezar, cuando tuvo pérdidas en la familia estuviste con él, cuando empezó a ser reconocido como un gran empresario estuviste con él. ¡Siempre a su lado!
Me criaste con amor y por mí renunciaste a muchas cosas, mamá, eres demasiado especial.
Siempre dispuesta y si hoy mi padre tiene una de las mayores distribuidoras de vinos de la región es por tu culpa, él nunca se dio cuenta ni te dio el valor que merecías.
No debes volver, mamá, colocó a su amante a su lado en la empresa que también era tuya.
Fuiste muy buena con él, aceptaste una separación sin peleas, tienes algunos alquileres, ven a vivir conmigo mamá, después pensamos en que abras algo aquí, nos informaremos de cómo puedes hacer para quedarte aquí legalmente, conozco a algunas personas en la universidad que pueden ayudarnos.
No quiero que vuelvas allí, a ese nido de víboras.
Monalisa estaba con lágrimas en los ojos, es una mujer fuerte, pero fue muy traicionada y no solo por su ex marido.
Monalisa - Lo pensaré, hija, primero vamos a pasar la Navidad y luego ya decidiré qué hacer.
Valentina abrazándola y besándola - Te quiero mucho, mamá.
Monalisa - Gracias, hija, estoy muy feliz y agradecida por tenerte.
Ahora voy a hacer una cena para las dos, ¿y tú me cuentas qué tal te ha ido hoy en la facultad?
Valentina - Vale, mamá, solo me quedan unos días de clase y a contar....
En el otro lado
Abraham
Llegué a casa y es extraño tener a Vicky, cenó muy poco, casi nada,
voy a decirle a Ruth que le pida cita a un médico para ella. Cris todavía está en mi casa, Evelyn dice que vendrá a buscarlo mañana por la tarde, preguntó si su madre no había traído los materiales, quería ir al colegio.
Cené con ellos, la señora Ruth y el señor David, él es el marido de la señora Ruth y mi chófer y ayudante....
Los niños se durmieron enseguida, hace frío y parece que les da más sueño.
La señora Ruth se fue a casa y me quedé con el monitor de bebé y dos niños durmiendo.
A veces pienso lo feliz que sería si tuviera una esposa, Evelyn podría haber sido esa persona, pero no funcionó y lo intentamos. A ella le gusta salir, ir de fiesta... a mí también, pero tengo hijos que me necesitan y ella no es mujer de renunciar a nada por nadie, ni siquiera por sus hijos, y mucho menos por un marido.
Me pierdo en mis pensamientos, me siento solo, después de perder a mi padre muchas cosas cambiaron y no para bien. Le echo de menos, creo que fue el único que me quiso de verdad....
Mejor dormir porque mañana tengo a la loca de la italiana para darme dolor de cabeza y espero no echarla a la calle.
Monalisa
Cenamos, hablamos un buen rato, lo dejamos todo arreglado y decidí hacer unos cornetos (una especie de croissant dulce) y Sfoglie ripiene (hojaldres rellenos, salados, con quesos, jamones y verduras).
No se puede estar sin comer, solo almorzar y café, si al estirado no le gusta, problema suyo.
Valentina riendo - ¿Mamá, es una empresa?
Monalisa - Sí, pero la gente tiene que comer, por eso Martina está tan delgada, no come y el estirado es terriblemente exigente.
Valentina riendo - ¿Estirado?
Monalisa - Tiene cara de estirado.
Valentina - Ay, mamá, solo tú.
El viernes por la noche vas a salir conmigo y con Lisa....
Siguen conversando.