Contigo

-Yo no me voy a ir.

-Si te irás- digo y lo jalo del brazo metiéndolo en el ascensor no lo suelto hasta que ya estamos fuera de este, salimos del hospital y hace mucho frío está serenando.- Te iras de aquí y espero no volverte a ver más, imbécil.

Digo y subo en mi coche y él también hace lo mismo.

-Pues tendrás que llevarme porque ningún taxi pasara ahora- dice en un tono que me da más rabia.

-Pablo, no te voy a llevar- digo ya tratando de controlarme.

-Tendras que llevarme tu me sacaste del hospital.- dice y tine razón, voy a llevarlo a su casa por que ya me quiero deshacer de él.

-Te llevaré...

-Sé que aceptarías, pues arranca que yo te digo donde me dejaras.

Manejo y al cabo de unos minutos que parecen eternidades con el silencioso tan incómodo que llevábamos en el auto, lo dejo en el mismo edificio que yo vivo, que casualidad.

-¿Aquí vives?- pregunto

-Sí

-Lo que faltaba- digo y le doy mi auto a un chico y me adentro al edificio.

-¿Tú también?

-Sí, vivo aquí para tu información- digo y él hace mala cara.

-Uy que mal- dice, pero yo no le respondo y subo en ascensor él hace lo mismo, pero sin decir ni una palabra, marco mi piso y veo que él también va para el mismo piso que yo.

Uy, de tantos hombres en el mundo me vengo a encontrar con este imbécil lindísimo.

Veo la hora y ya es súper tardé y ni siquiera le dije a Lena que me iría del hospital, así que optó por llamarla.

Llamada

-Lena, me tuve que salir de hospital mañana te cuento el porqué- digo al momento que ella contesta

-Dale, no pasa nada ya yo estaba dormida- dice y si se le oye la voz ronca.

-Pues te dejaré descansar, cuídate mañana a primera hora estaré allá- digo y cuelgo.

Trato de dormir, pero no tengo sueño así que me levanto y tomo mi laptop, busco el nombre de pablo en Internet para ver que se dice de él, sé que dirán, pero porque buscas eso, lo buscó porque si quiero saber todo de él además me pareció lindo.

Pablo Caper, 30 años de edad, empresario y heredero de la fortuna de los Caper, casanova, el amigo más cercano de Ryan, soltero, sin hijos, de París.

Pablo Caper, visto en un bar con una modelo latina después de la ruptura con su novia la señorita Alejandra.

Pablo Caper, unos de los empresarios y modelos mas famosos visto con la actriz Andrea Marín en las playas de Hawai.

Y un montón de cosas más de él y sus mujeres, sí que le gustan las mujeres a montón.

Después de pasar un rato leyendo y viendo fotos de Pablo, me gana el sueño y me acuesto.

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Al la mañana siguiente...

Lena

Despierto y las enfermeras ya se encuentran en la habitación, me quitan el líquido que me habían puesto y firmo mi autorización para que me den de alta, pregunto por Ryan y me dicen que esta bien, solo que no se ha despertado todavía así que yo aprovecho y voy a su habitación, está vendado en casi todo el cuerpo, tiene una venda en el brazo y otra en la pierna, creo que no podrá caminar durante tres meses, el doctor me dijo que tendría que cuidarla durante los tres meses de reposo y recuperación.

Yo como su esposa tendré que cuidarlo, solo si él quiere ese sería mi último acto de amor por él, ya que después de esos tres meses me iré y jamás volveré, a quizás si pero no igual.

-Si tan solo supieras todo lo que he sufrido por ti y a pesar de todo te he amado si cesar, entenderías que no es fácil alejarse teniendo a tu sangre y la mía en mi vientre, duele alejarse y más cuando sabes que ya tiene quien te quiere y quien te ame y tú le correspondas, tendrás un hijo y pues yo no soy nadie para impedirle ser feliz a ese niño y menos si es hijo de tu primer amor, Te ame, te amó y te amaré, pero te soltaré, nunca me perteneciste y nunca me pertenecerás- callo cuando veo que está intentando moverse, me alejo de la camilla y él habré los ojos, repara el lugar para después hablar.

-¿Qué... me... pasó...?- dice en un tono muy bajo, se le nota lo agotado, el accidente fue fuerte y las lecciones que él tuvo.

-Tuviste un accidente ayer, te rompiste un brazo y una pierna, tendrás una recuperación completa en tres meses- digo y él se percata que soy yo

-¿Lena? ¿qué haces aquí?- pregunta confundido.

-Si soy yo, pues soy tu esposa y es mi deber- digo y él se ríe.

-Mi esposa, que lindo se oye- dice y ahora la confundida soy yo creo que el golpe del accidente le afecto la mente.

-Estás bien? ¿No te sientes mal?- pregunto ya que el en ningún momento de su vida diria eso ni en sueño.