Maldita Sea Mi Suerte

Fátima se apartó de él, sabía que no estaba bien o al menos eso pensaba ella.

—Lo siento — dijo ella.

Julio sonrió sin decir alguna palabra se vistió y como de costumbre fue a recibir sus terapias está vez, Fátima lo acompaño el fisioterapeuta le mostró como se realizaban algunos masajes, después fue hasta su despacho acompañado de Fátima, pero fueron interceptados por su tío Genaro.

—Querido sobrino me tomé el atrevimiento de organizar una cena en la hacienda, con mi futura esposa y mis suegros, como ya sabes muy pronto me casaré con Romina Hidalgo tu cuñada —

—No hay problema, llamaré a una de las empleadas para que siga tus instrucciones,—.

—Sobrino yo también me tomé el atrevimiento de invitar a mi futura esposa y no te moleste que haya invitado a Paloma, como tú y ella fueron novios — dijo Melquiades

—No me molesta, ella quedó en el pasado ahora estoy con la mujer que realmente amó — dijo Julio mientras tomaba las manos de Fátima.

Fátima estaba muy nerviosa pues por primera vez iba a conocer la ex de su marido por lo que le había contado Mari, ellos estuvieron a punto de casarse Paloma había sido la novia oficial de Julio durante varios años, Fátima sintió temor de que Julio seguiría estando enamorado de Paloma.

Julio guardaba rencor hacia Paloma, ya que ella no estuvo en los momentos más dolorosos, ella simplemente busco al mejor postor, Julio jamás iba a dejar que ella lo viera derrotado ahora más que nunca debía mostrar que ese accidente, la perdida de la movilidad de sus piernas no se iba a rendir debía demostrarles que el era fuerte aunque por dentro había veces que sentía que estaba perdido la batalla.

Después de que sus tíos se alejaran, Julio y Fátima entraron al despacho

—Como escuchaste hoy tendremos una cena especial, quiero que uses un lindo vestido y te veas espectacular— dijo Julio.

—Si, señor—

—Pero que tú acaso no sabes decir otra cosa, no has entendido que soy tu esposo puedes decirme amor, cariño e incluso Julio, pero no señor ya te he dicho Miles de veces que soy tu esposo no tu empleador —

—Si, señor no, dijo Julio—

—Por favor dilo otra vez pero está vez quítale el señor —

—Esta bien Julio —

—Ya ves no es difícil —

Julio comenzó a trabajar mientras que Fátima estaba ahí, mientras recorría aquel despacho pudo ver la gran colección de libros de Julio, pudo ver que entre ellos estaba cien años de soledad, el libro era una edición especial, Julio al ver que ella lo observaba dijo:

—Si te gusta lo puedes tomar —

Ella comenzó a leer, mientras ella leía Julio la observaba, él aún no entendía lo que le pasaba con ella pues cada vez que la miraba tenía tantas ganas de tocarla y hacerle el amor.

Había veces que Julio pensaba que la vida era muy injusta pues por primera vez sentía algo especial por u a mujer y no podía ofrecerle todo lo que ella necesitará el se sentía un hombre incompleto.

Fátima no esperaba ver a su padre tan pronto ella aún no entendía aquel horrible trato las noches de soledad que vivió en aquel internado donde durante las vacaciones se quedaba sola, donde no había celebrado una navidad esperando recibir algún regalo o alguna tarjeta y que decir de sus cumpleaños ni si quiera y a llamada de su padre, Fátima no podía creer que su padre era tan duro con ella, Fátima siempre se había sentido sola sin ninguna protección, pero ahora se sentía protegida pues Julio le daba cierta seguridad.

Las horas fueron pasando rápidamente llegó la noche y poco a poco los invitados fueron llegando, los primeros en hacerlo fue el padre de Fátima con su respectiva esposa y su hermana Romina, después llegó Paloma, ellos se quedaron esperando a Julio y a su esposa, pero se sorprendieron al ver a la hermosa jovencita, ella se veía elegante, su rostro con un sutil maquillaje, Paloma y Romina la miraron con cierta envidia.