Ainara Marie Young, así es mi nombre, soy una joven políglota, día a día me esfuerzo mucho por salir adelante, pero parece que la vida se ha ensañado conmigo.
Tal parece que me odia.
Una vida llena de sufrimiento y lágrimas, un trabajo exitoso, pero con una cruz grande encima.
Vi la muerte pasar muy cerca de mi.
No soy perfecta y no siempre tomo las mejores decisiones, así que decido vivir en la tranquilidad, hasta que lo vi.
Amargado, autoritario, irritante, con un carácter de los mil demonios y vive estresado.
No es mi tipo de hombre, lo acepto, pero él desprende hombría, belleza con su carácter y autoridad sin imaginarlo, está ajeno a todo lo que él provoca en mi, es un hombre demasiado varonil, demasiado excitante.
No sé en qué momento me he podido enamorar de él.
Hemos comenzado con la mejor diversión, con el mejor goce, pero ya todo es insostenible, todo se está saliendo de control.
¡¿Qué hago ahora?!
NovelToon tiene autorización de Jaivelis Sthormes para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 11.
...Tacones Rojos— Sebastián Yatra....
—Hola Ainara— saluda.
—Pensé que vendría Joseph por mi— digo confundida.
—He decidido venir yo— dice un poco autoritario.
—Joseph tuvo que haberme informado— niego un poco molesta.
No me dice nada y yo decido no seguir hablando, siento que esto fue planeado, ojalá Joseph no haya abierto su bocota, porque ahí si conocería mi furia total y es una suerte que hayamos venido a comer, porque no estoy para darle explicaciones a nadie y menos a un desconocido.
Veo que la ruta en la que vamos no es precisamente a mi casa, ¿a dónde cree que puede llevarme?.
—Hoy tengo el día libre, ¿podrías llevarme a mi casa?, por favor— pido siendo amable.
Joseph te voy a matar, por Dios que si.
—Pensé que podíamos tomar algo, porque se que ya comiste— dice pensativo.
—¿Y preguntaste si quería?— pregunté siendo obvia— solo asumiste que si y las cosas conmigo no funcionan así— niego.
—Lo siento Ainara— se disculpa— si quieres podemos ir otro día— dice.
—Mejor, quiero descansar—digo mirando el paisaje.
James da la vuelta y retoma otro camino para llevarme a casa, me molestó el atrevimiento, pero siendo sincera me hubiese gustado tomarme algo con él, pero tampoco quiero verme demasiado fácil y menos cuando él decidió por mi.
Estoy sintiendo los nervios emerger, porque ya no siento tanto enojo y me permito verlo de reojo y ¡Dios santo! Es tan hermoso y tan varonil, su barba recortada y sus labios finos.
Jodida estoy.
—Gracias por traerme— digo abriendo la puerta del auto.
—Ainara, ¿puedo escribirte?— pregunta.
—Si, puedes hacerlo— asiento lentamente.
Asiente, bajo del auto y entro al conjunto residencial, mis manos tiemblan tanto que no se cómo logro abrir la puerta de mi departamento.
Esto no puede ser cierto.
Estrellita iré a verte.
Vale, ya le informaré al portero para que te deje subir.
Mi hermano muy poco viene a visitarme y el portero no lo recuerda, pero a mí madre si, es por ello que aquella vez la dejo subir sin yo dar la autorización.
Le informo al portero y regreso a mi habitación para colocarme algo cómodo para recibir a mi hermano, sé que su visita es para largo, porque nunca viene por poco tiempo, siempre conseguimos de qué hablar o qué hacer, me gusta tenerlo aquí en casa.
Escucho el timbre y me apresuro a abrir la puerta, nos abrazamos al vernos, no nos vemos desde el sepelio de nuestro abuelo y eso ha hace casi dos semanas.
—¿Cómo estás?— pregunta aún teniendome presa entre sus brazos.
—Estoy bien— susurro —¿y tú?— pregunto.
—¡Excelente!— sonríe—queria una noche con mi hermanita— dice y sonrío.
—Bienvenido eres— lo hago pasar.
Mi departamento posee dos habitaciones, no es tan amplio, pero tiene lo necesario y es acogedor, cuando me mudé pagaba renta y con el tiempo mi ex me ayudó a comprarlo, la señora se mudaba de ciudad y no quería conservarlo, está en una buena zona y es seguro.
Me gusta mi refugio.
—Hoy fui al chequeo médico— confieso— voy cada dos meses desde que salí de la clínica— digo sin mirarlo, saco la comida que trajo mientras le doy la espalda.
—¿Fuiste sola?— pregunta.
—Si, siempre voy sola, son estudios rutinarios y paso la mañana y un tercio del medio día allá— respondo— casi todo ha salido bien a excepción de mi electrocardiograma, según Madison, mi doctora de cabecera, tengo Arritmia, pero para estar más seguros me ha remitido con un cardiólogo y tengo cita en una semana— digo— si quieres, puedes acompañarme— ofrezco.
—¡Claro que iré contigo!— exclama tomando asiento en el sofá.
—Gracias Jack— susurro.
—Oye, no me agradezcas, soy tu hermano mayor—dice— deja de pelear batallas tú sola Aina, estoy orgulloso de ti, pero quiero ayudarte— toca mi rostro— ni en un millón de años me hubiese imaginado que pasarías por algo así— niega.
—Poco a poco lo he ido superando Jackson, soy más de lo que yo misma pensaba— sonrío —pero no hablemos de cosas triste— pido— sé que tienes algo que contarme— lo miro.
—¿Cómo lo sabes?— pregunta sorprendido.
—Te conozco Jackson— afirmo— suéltalo— pido.
—Me gusta tu doctora— confiesa y comienzo a toser, me he ahogado con mi propia saliva.
—¿De dónde conoces a Madison?— pregunto sorprendida.
—La conocí en una reunión de médicos que hicieron en el Hotel Plaza, de ahí nos mantuvimos en comunicación, pero te juro que no sabía que era tu doctora de cabecera— dice dejándome más sorprendida.
—Estoy realmente sorprendida— digo.
—Lo sé, cuando me dijiste su nombre sabía que era ella, pero no podía creer la coincidencia, así que le pregunté por ti y ella quedó tan sorprendida como tú cuando le dije que eras mi hermana— dice y asiento, ingrata, hoy ni queriendo fue capaz de decirme algo.
—Hoy me reuní con ella por el chequeo y después fuimos a comer, no me hizo comentario de nada— sonrío.
—No tenemos nada formal, pero nos gustamos, hemos salidos un par de veces y de verdad quiero formalizar— dice y lo miro sorprendida— no me mires así Ainara Marie— sentencia.
—Está bien— asiento mientras río— me alegra que quieras formalizar con ella, Madison es una excelente persona y ambos merecen ser felices— le digo— ¿cómo te va en tu trabajo?— pregunto.
Jackson Young cirujano plástico, es un artista y me alegra que sea muy exitoso en su trabajo, mis padres no estudiaron, pero nos dieron la oportunidad de hacerlo nosotros y de elegir la carrera que más nos gustaba, él estudió la más costosa, pero mis padres trabajaron duro para poder costear su carrera, gracias a ello, Jackson pudo darles una villa a mis padres para que vivieran mejor, yo hace unos meses atrás pude comprarles un auto, me sentí demasiado bien poder hacer eso.
Arantza es contadora y no ejerce su carrera, su esposo es quien le provee todo, por ende solo ha podido darle a mis padres nietos, pero cada quien con su tema.
—Me ha ido bien hermanita— sonríe— para mañana tengo dos cirugías de mama— comenta— una se las va a reducir y la otra a aumentar, cosas de locos, ¿no?— dice riendo.
—Habemos mujeres con gustos muy distintos— comento— pero me alegra de que tengas mucho trabajo y seas exitoso— le digo.
—Salgamos a comer— pide.
—Vamos, muero de hambre— sonrío como niña pequeña, siempre he sido de buen comer.
Me coloco un abrigo y salimos del departamento encontrándonos a James en la puerta de la residencia, frunzo el ceño confundida, ¿qué hace aquí?.
—¿James?— pregunto confundida—¿qué haces aquí?.
—Perdon por venir sin avisar, Joseph ha tenido un accidente y me pidió que viniera por ti— dice y abro los ojos sorprendida.
—¿Está grave?— pregunto conmocionada.
—Si, tuvo un accidente automovilístico, pero llegando a la clínica pidió verte, cuando llegue la enfermera que lo recibió me dijo— dice.
—Vamos— digo apresurada— Jackson toma las llaves— le doy las llaves a mi hermano— si quieres puedes venir conmigo, pero si no yo te llamo— le digo.
—Te buscaré ropa más decente y me dices en qué hospital estás y voy en mi auto— dice y asiento, voy casi en pijama, pero la verdad estoy asustada.
Subo al auto de James y rápidamente pone en marcha, ojalá que todo esté bien con Joseph, lo que más me sorprende es que me haya mandado a llamar, somos amigos, pero no demasiado cercanos.
Algo me dice que esto se convertirá en un caos.
dedicación
felicidades Éxitos Éxitos Éxitos