La Niñera de los Hijos del Mafioso

Los días pasaron rápidamente. Esther intentó evitar a Logan todos los días. No entendía las intenciones de él. Volvieron a ir a otro evento y Esther volvió a quedar perpleja. Lo peor era que él daba órdenes, hablaba sin querer escuchar su respuesta.

Nunca respondía a sus preguntas. Simplemente decía que era una orden y así se quedaba. A Esther le encantaba cuidar a los niños. Era maravilloso escucharles llamarla "mamá". Se sentía cada vez más unida a ellos, especialmente a Ben. A veces él dormía con ella diciendo que tenía pesadillas, y se abrazaban.

Esther pensó en salir a pasear con los niños. Logan respondió de manera arrogante con un rotundo "no". Ella no insistió, pero buscaba formas de entretener a los niños.

Llegó el fin de semana. Esther preparó las cosas de los niños, sus cosas. Los guardaespaldas llevaron las bolsas al coche y se acomodaron.

Logan "ordenó" a Esther que fuera delante, ya que según él, los niños estarían más cómodos en los asientos traseros debido a las sillas de seguridad. Él conducía, los guardaespaldas iban en dos coches detrás. Esther pensó que era exagerado. Mientras tanto, ella miraba el paisaje. El viaje era un poco cansado, dos horas. Logan tuvo que parar en una estación de servicio para que Ben usara el baño, aprovechando Esther para cambiarle el pañal a Zaya.

Continuaron el camino y llegaron a una hermosa casa. Logan ayudó a bajar a los niños y caminaron por la parte trasera de la casa. Esther quedó impactada por el lugar y la casa.

O Ben estaba todo animado, Esther estaba con la Zaya en brazos y Logan con las bolsas.

Erika fue corriendo hasta ellos, los saludó y se animó al ver que Esther estaba allí.

Erika: Qué bueno que viniste, Esther.

Logan: ¿Dónde está Andrei?

Erika: Está vistiendo a Yasmin y nuestra madre está en la sala.

Esther, ven conmigo, voy a mostrarte tu habitación y la habitación de los niños.

Esther: Vale.

Esther fue con ella, le mostró la habitación de los niños, ya estaban todas decoradas, eran hermosas. Esther quedó encantada con su habitación, era hermosa, muy elegante, con un delicioso aroma y acogedora.

Dejó su bolso allí, se puso unas sandalias bajas ya que tenía puesto unos tenis, vistió una ropa liviana a Zaya, tomó sus juguetes y bajó a la sala.

Esther encontró a una elegante mujer en una silla de ruedas, pero de repente se levantó y se sentó en el sofá, dejándola confundida.

Erika: Mamá, ella es Esther, ella cuida de Ben y Zaya.

Esther: Hola, gusto en conocerla, señora.

Raquel: Hola querida, qué hermosa eres, bienvenida, soy Raquel.

Esther: Gracias, usted es preciosa.

Raquel: Gracias, y ¿cómo está esta princesita de la abuela?

Esther sostiene a Zaya en brazos y responde que está bien.

Logan estaba observando desde lejos, por algunas razones personales no suele acercarse mucho a ellas.

Ben: Mamá, quiero entrar a la piscina con mi prima.

Erika: ¿Qué dices, mamá?

Raquel: ¿Mamá?

Esther: Bueno... él necesitó que yo sea su mamá en la escuela en el día de las madres, desde entonces me llama así.

Zaya: Mamá.

Erika: Y Zaya también.

Esther: Ella aprendió a decir mamá y papá.

Pero, si ustedes quieren, puedo hablar con Ben, no quiero causar confusión ni engañarlo, supongo que a usted también le parecería incorrecto ya que el señor Logan puede querer que su prometida sea la madre de ellos y...

Raquel: Tranquila querida, primero que nada, mi hijo no tiene prometida, y segundo que tú puedes seguir siendo la madre de ellos, no me molesta, si Logan lo autorizó, entonces no puedo estar en desacuerdo.

Esther: Gracias.

Vamos a cambiar esa ropa entonces, Ben. Con permiso.

Esther fue al cuarto con Ben, le dio un traje de baño, lo ayudó a cambiarse y volvieron a la sala.