Entre Dos Mundos

Por otro lado, Max se encontraba en su oficina cuando Rafael, su hombre de confianza, entró en la habitación.

—Buenas tardes, señor. Ya tengo lo que me pidió —anunció Rafael, entregándole a Max un paquete de documentos que contenían información sobre Jessica.

Max, acomodándose en su silla con interés, levantó la vista hacia Rafael.

—¿Qué fue lo que descubriste? —inquirió, mientras hojeaba las hojas que tenía en sus manos. Entre los documentos, se podían ver diversas fotografías de Jessica, así como todos los detalles relevantes acerca de su vida.

La señorita Jessica es una joven de veinte años que se encuentra en su último año de estudios universitarios, preparándose para obtener su título de abogada. Ha vivido una vida marcada por la ausencia de su padre, quien, al parecer, nunca se hizo responsable de su crianza. Jessica tiene un hermano menor llamado Jeremy, que todavía asiste a la escuela primaria.

En su hogar, ella vive junto a su madre y sus abuelos en una casa que aún están pagando, lo cual representa una carga económica para la familia. Su madre, que se desempeñaba como psicóloga en una escuela, se ha visto afectada por una grave enfermedad que la ha llevado a caer en coma. Esta situación ha generado una profunda preocupación en Jessica, ya que su madre necesita un trasplante de manera urgente. Sin embargo, la joven se enfrenta a la difícil realidad de no contar con los recursos financieros necesarios para costear el procedimiento que su madre tanto requiere.

Ella también tenía un novio llamado Franco el es de una familia adinerada.

Max, miró los papeles.

y cuánto tiempo lleva trabajando como novia.!?_ pregunto Max.

Muy poco señor al parecer usted es el primero, Pero la busque en la página de novias por contrato y Jessica ya no aparece en ella.!_ dijo Rafael mirando a Max.

Entonces, Jessica hace esto por su mamá.!_ dijo Max suspirando mirando una foto de Jessica.

Antes de que Max pudiera pronunciar una sola palabra, su padre, Piero, hizo su entrada en la oficina.

—Espero no interrumpir —dijo Piero, dirigiendo su mirada tanto a su hijo como a Rafael.

—Para nada, padre, ¡pasa! —respondió Max con entusiasmo, mientras Rafael se levantaba para salir de la habitación, no sin antes dedicarle un cordial saludo a Piero, que le permitió a Max y a su padre quedarse a solas.

Con una sonrisa en su rostro, Max comentó:

—Me imagino que has venido a despedirte, padre.

Sin embargo, Piero negó con la cabeza y le aclaró:

—Para nada, hijo. Solo vengo a traerte una buena noticia: tu madre y yo hemos decidido quedarnos aquí un tiempo, la casa ya está lista.

¿Pero cuánto tiempo han decidido quedarse? No entiendo, ¿acaso mi mamá no tiene trabajo en Europa? exclamó Max con una evidente alteración en su voz.

Así es, pero ella se tomará un descanso, y tanto ella como yo queremos estar cerca de ti. Además, tu hermana está interesada en hacer un curso de pintura, explicó Piero, tratando de calmar la situación.

Era palpable la tensión en el ambiente; Max no podía evitar fijar su mirada en su padre con una mezcla de incredulidad y preocupación.

No comprendo, hijo. ¿No te alegra que estemos aquí? Cualquiera pensaría que no deseas tenernos cerca, respondió Piero, mirándolo fijamente, buscando una respuesta.

No es eso, por favor, no me malinterpretes. Estoy contento de que estén aquí, padre,” insistió Max, tratando de aclarar sus sentimientos mientras la confusión y la angustia lo invadía.

Bueno, ya es hora de que me vaya. Nos encontramos más tarde para cenar. Espero que podamos contar con la presencia de Jessica y es que esa chiquilla nos cayó muy bien, dijo Piero mientras se dirigía hacia la puerta.

Max, preocupado, respondió: No lo creo, padre. Ella ahora está muy ocupada con la escuela.

Piero sonrió y dijo: No te angusties. Me alegra saber que tienes una pareja que está enfocada en su futuro, y no solo alguien que es una cara bonita que gasta dinero sin pensar en cómo conseguirlo. En esta ocasión, realmente me alegro por ti; solo te pido que no arruines esto, por favor. Con esas palabras, Piero salió de la oficina.

Max se dejó caer en su silla, preocupado por lo que le esperaba.

Tomo su teléfono y llamo a Joseph.

llamada

necesitó que vengas Ami oficina por favor dijo Max.

Fin de llamada.

En cuanto Joseph llego lo miró estaba fuera de si Max.

Que es lo que pasa por qué la urgencia.!?_ pregunto Joseph.

Mis padres no se irán y no se que hacer, mi padre está encantado con Jessica y seguramente ella no querrá volver a trabajar.!_ dijo Max desesperado.

Tranquilo, tienes que buscar la manera de que ella acepte asta que tus padres se vallan._ dijo Joseph.

Max se sentó y miró los papeles que tenía en sus manos.

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