Carla

Mientras dormía tenía a mi hombre que me abrazaba por

detrás, yo sentía su respiración y no sé por qué?, pero me relajaba, entre

dormida, sentí que su amigo se hinchaba nuevamente, con el tiempo aprendí que

ese es un reflejo involuntario de los hombres cuando duermen, pero en este caso

sentí que su mano dejo de abrazarme y fue directo a tocar mi intimidad que

rápidamente se mojó en ese jugueteo suave y automáticamente se lió a mí y yo

sentí tanto placer que un millón de temblequeos dentro de mi estómago me

extasiaban. Esta vez fue suave, lo hizo con mucho amor, abro mis ojos y me doy

cuenta que aún es de noche, y yo no paraba de gozar, mientras me hacía el amor,

sus dedos no paraban de tocarme, así que me hace terminar en seguida, y a

continuación él lo hace también, pero en su mano, se levantó y fue rápidamente

al baño a limpiarse, de regreso se acuesta y me besa, me acaricia el pelo, me

mima y suavemente me pregunta

-¿terminaste bien?

-estoy perfectamente.

Realmente un caballero hace esa pregunta al terminar, yo

creo que lo hacen para saber si su trabajo fue bien logrado. A continuación me da un último

beso, me abraza como si fuera un oso de felpa y nos dormimos nuevamente.

Son las 10 de la mañana, yo despierto y lo veo durmiendo

plácidamente, por Dios!! Que cuerpazo tiene, me encanta pero realmente me

encanta. Carla tranquila, hay que pensar, ¿cómo salir de ahí sin que sé despierte?, nunca me había quedado hasta la mañana con alguien, pero el sexo de

anoche estuvo tan, pero tan bueno que me dejo destrozada. Hago un movimiento ínfimo

para salir y él con sus ojos aun cerrados me agarra con fuerza del brazo.

-¿ya me vas a abandonar, mi dueña?

Wow  mi hombre está

muy atento y ahora, ¿qué hago?

-solo me levantaba para ir al baño.

Abre los ojos me mira y me besa, se sube arriba de mí y

comienza a rozarme, su miembro se agranda y terminamos teniendo sexo nuevamente.

Terminamos exhaustos y empapados en sudor.

-vamos preciosa, vamos a bañarnos juntos.

-Ale, No!!, quiero tomar una ducha sola.

Él me hace puchero y me hace sonreír, me da un beso y deja

que me bañe primero. Esa ducha fue muy relajante, me dispuse a pensar cómo

salir del lugar, aunque no quiero irme, realmente me encanta estar con él, pero

me tengo que ir. Termino y  Ale entra

detrás de mí para ducharse. Yo me cambio rápidamente y me voy sin pensar pero

antes le dejo una nota.

Gracias por todo, sos muy dulce. Me encanto.

En el final agrego un corazón.

Es un lunes, por suerte no tengo que ir a trabajar, ya que es

feriado, mi jefe me hubiese matado si entraba tan tarde. Llego a mi casa me

tumbo en la cama y no dejo de pensar en él, vamos Carla, no te enamores, además

ya está no lo vas a ver más. Mi cerebro traicionero me hace pensar en esto.

Desayuno y me pongo a hacer cosas en casa, mi tarde la dedico a ver TV.

Ale muy tranquilo se duchaba, al salir se pone una toalla para tapar sus partes y sale del baño.

-Preciosa, ¿en dónde estás? ¿Vamos a desayunar algo y después salimos de paseo?

Nadie contesta, su ropa no estaba, lo único que dejo era su tanga rota como souvenir. Él se cambia

rápidamente y sale como un rayo de su casa y se dirige a la casa de ella. Al llegar estaciona y pregunta al encargado del edificio por Victoria, el hombre no entiende nada pues allí no vive ninguna victoria.

Mira a su alrededor. Héctor, que estaba en el edificio de al lado, observa al hombre de cara conocida, él es

el que estuvo con la señorita Carla, pero no dice nada. Ale se sube a su auto

muy enojado, no sabe dónde vive ella, lo engaño totalmente, no sabía si su

nombre era real, se olvidó de pedir nuevamente su teléfono, no tiene ni una

pista de quien es ella. Se burló totalmente de él, está muy desilusionado y no

puede dejar de pensar en ella, en todo el sexo que tuvieron y todo eso se perdió en una mujer fantasma.

Interrumpo mi serie en la TV, realmente no le estoy

prestando atención, solo pienso en todo lo que paso, me hago un millón de

preguntas, como lo habrá tomado el hecho de que me fui sin despedirme?, capaz le

hice un favor en irme y no quería echarme?, esta clase de hombres con el estatus que supongo que tiene, no  le debe faltar mujer alguna, así que solo quiso sexo y nada más, vuelvo a pensar

en que le hice un favor en irme, y ¿por qué carajos estoy pensando en eso?, que

forma de pagarle a mi hombre de brillante armadura que me rescato hace dos

noches atrás. Ay Carla, no sé que te pasa?. Miro por mi ventana hacia la calle

un rato largo, capaz es mi inconsciente que lo quiere volver a ver, decido

llamar a Mauro necesito hacer catarsis. Llamo y automáticamente me atiende.

-Hola amiga atrevida(se escucha reír)

-hola amigo, ¿qué estás haciendo?

-nada corazón, me disponía a no hacer nada, y vos?

-en casa.

-mmmm, ¿qué te paso?, no, no me digas nada. Prepara la merienda

ahí voy. Besitos

Y me corta, Mau se dio cuenta de que algo pasa. Preparo todo y

lo espero, minutos después aparece con facturas.

Le doy un abrazo interminable, cuando me aparto, Mauro me

mira y me dice

-Carla esa cara me dice que es un problema del corazón

Wow amigo, le atinaste en segundos. Yo muevo la cabeza

afirmando.

-no me digas que apareció el infeliz de Máximo?

-no Mau, es otra cosa

-no me digas que te enamoraste de Iván?

-No, es otro hombre.

Mi amigo se queda con la boca abierta, yo le empiezo a

contar todo con lujos de detalle, se queda en silencio y me deja que descargue

todo. Me siento aliviada, pero tengo un pequeño vacío dentro.

-amiga, realmente te flecho, pensé que en ese corazoncito

nunca iba a tener sentimientos para nadie más, pero veo que funciona. Lo que no

entiendo es, ¿por qué lo complicas tanto y no dejas esto en manos del destino?

¿Por cuánto tiempo vas a estar en esa postura? Vas a dejar

que Máximo siga triunfando en vos? Porque el autor de todo esto que estás

haciendo es él, mientras se revuelca y sigue su vida cagando a más minas.

-Mau, no quiero enamorarme, no quiero sufrir más.

- y que te pensás que esto que haces no te duele a vos

misma?

Yo no le digo nada.

-mira amiga hace lo que quieras, pero enamorarse es parte de la vida, en algún momento ese

armazón que formaste se te va a derrumbar. Si es que ya no se está cayendo.

Esas últimas palabras quedan retumbando en mí.