irem conoce a un misterioso hombre con el cual comienza a hablar a escondidas de sus padres
¿su familia podrá aceptar una relación con aquel hombre ? ¿ siendo el 6 años mayor que ella ?
Qué hará irem al saber la verdadera identidad de aquel hombre misterioso.
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verdad
Meses después, Irem intentaba seguir con su vida, pero no podía evitar sentir una profunda tristeza y vacío. La ausencia de Enzo era palpable, y aunque Santiago estaba a su lado, no podía llenar el hueco que había dejado Enzo.
Santiago, por su parte, comenzó a notar la indiferencia de Irem. Ella estaba físicamente presente, pero emocionalmente ausente. No respondía a sus besos, no sonreía cuando él la miraba, no parecía interesada en nada de lo que él decía o hacía.
Santiago se sintió confundido y frustrado. No entendía por qué Irem se había vuelto tan distante, por qué no parecía amarlo como antes. Intentó hablar con ella, intentó hacerla reír, pero nada parecía funcionar.
Un día, mientras estaban sentados en el sofá, Santiago se volvió hacia Irem y le preguntó: "¿Qué pasa, Irem? ¿Qué te pasa? No eres la misma desde que Enzo se fue. ¿Es que todavía lo amas?"
Irem se sorprendió por la pregunta. No había esperado que Santiago fuera tan directo. Se sintió incómoda, no sabía qué decir.
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Irem miró a Santiago a los ojos y le dijo la verdad: "Santiago, lo siento. No puedo evitarlo. Todavía amo a Enzo. Lo amo con todo mi corazón. He intentado olvidarlo, he intentado amarte a ti, pero no puedo. Solo te quiero, no te amo".
Santiago
No había esperado que Irem le dijera eso. Se sintió lastimado, se sintió rechazado.
"¿Por qué me quedaste conmigo entonces?", preguntó Santiago. "¿Por qué no me dejaste ir cuando supe que todavía amabas a Enzo?"
Irem se sintió culpable. No había querido lastimar a Santiago, no había querido hacerle daño. "Lo siento, Santiago. No quería lastimarte. Quería intentar olvidar a Enzo, quería intentar amarte. Pero no puedo. No puedo fingir algo que no siento".
Santiago se levantó del sofá y se alejó de Irem. Se sintió confundido, se sintió triste. No sabía qué hacer, no sabía qué decir.
"Creo que necesito tiempo para pensar", dijo Santiago. "Necesito tiempo para decidir qué hacer".
Irem asintió. Sabía que había lastimado a Santiago, sabía que había sido injusta con él. Se sintió arrepentida, se sintió sola.
Santiago se detuvo en la puerta y se volvió hacia Irem. La miró con tristeza y comprensión. "Lo sé, Irem. Sé que no querías lastimarme. Pero es que... te amo. Te amo de verdad. Y saber que nunca podré tener tu corazón completo... es difícil de aceptar".
Irem se sintió conmovida por las palabras de Santiago. Se dio cuenta de que había sido egoísta, que había estado tan enfocada en su propio dolor que no había considerado los sentimientos de Santiago.
"Santiago, lo siento", dijo Irem, con lágrimas en los ojos. "No mereces esto. Mereces alguien que te ame con todo su corazón. Y yo no puedo ser esa persona".
Santiago asintió, con una sonrisa triste. "Lo sé. Lo sé. Pero gracias por ser honesta conmigo, Irem. Gracias por no mentirme".
Irem se levantó y se acercó a Santiago. Lo abrazó, intentando transmitirle su gratitud y su respeto. "Eres un hombre increíble, Santiago. No te rindas. Encontrarás a alguien que te ame como mereces".
Santiago la abrazó también, y por un momento, se quedaron así, en silencio, sabiendo que su relación había llegado a su fin.
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Karina se sentó en el sofá de Irem, escuchando atentamente mientras su amiga le contaba todo lo que había pasado con Santiago y Enzo. Su expresión cambió de sorpresa a tristeza, y finalmente a comprensión.
"Lo siento, Irem", dijo Karina, abrazando a su amiga. "Lo siento mucho. No sabía que las cosas habían llegado tan lejos con Santiago".
Irem se encogió de hombros. "No es su culpa. Es mía. No pude dejar ir a Enzo, y eso lastimó a Santiago".
Karina asintió. "Pero también es comprensible. Amaste a Enzo con todo tu corazón. No puedes simplemente dejar de amar a alguien así".
Irem suspiró. "Sí, pero eso no justifica que lastimara a Santiago. Él se merecía mejor".
Karina sonrió suavemente. "Santiago es un hombre fuerte, Irem. Se recuperará. Y tú... tú necesitas tiempo para sanar. Para olvidar a Enzo y encontrar tu propio camino".
Irem se rió amargamente. "Olvidar a Enzo. Eso es fácil de decir, pero difícil de hacer".
Karina la miró con seriedad. "No digo que sea fácil, pero es necesario. No puedes quedarte estancada en el pasado para siempre".
Irem asintió, sabiendo que Karina tenía razón. Pero no podía evitar sentir una punzada de dolor cada vez que pensaba en Enzo.
Irem se dirigió a la habitación de su padre, que estaba sentado en su silla favorita, leyendo un libro. Cuando la vio entrar, sonrió y cerró el libro.
"Hola, mi amor", dijo su padre, extendiendo los brazos para abrazarla. "¿Cómo estás?"
Irem se sentó en su regazo, como solía hacer cuando era niña, y se abrazó a él. "Estoy bien, papá", dijo, aunque su voz temblaba un poco.
Su padre la miró con preocupación. "¿Qué pasa, mi amor? ¿Qué te pasa?"
Irem suspiró y se apoyó en su hombro. "Es solo que... echo de menos a Enzo, papá. Y también me siento mal por lo que le hice a Santiago".
Su padre la abrazó más fuerte. "Lo sé, mi amor. Lo sé. Pero recuerda que siempre estaré aquí para ti, no importa lo que pase. Y que siempre te amo, sin importar tus errores".
Irem sonrió débilmente, sintiendo una sensación de paz y seguridad en los brazos de su padre. "Gracias, papá", dijo. "Te quiero".
Su padre la besó en la frente. "Yo también te quiero, mi amor. Ahora, ¿qué te parece si nos quedamos aquí y hablamos un rato? O podemos ver una película juntos, si quieres".
Irem asintió, sintiendo que necesitaba pasar tiempo con su padre, sentir su amor y su apoyo. "Me gustaría", dijo.
Irem se sorprendió al ver el mensaje de Sofía en su teléfono. No había hablado con ella desde que Enzo se fue, y no sabía qué esperar. Se sintió nerviosa y curiosa al mismo tiempo.
"¿Qué querrá Sofía?", se preguntó Irem. "¿Por qué me invita a comer?"
Se sentó en la cama, con el teléfono en la mano, pensando en qué hacer. Podría ignorar el mensaje, pero algo en su interior le decía que debía ir. Tal vez Sofía tenía noticias sobre Enzo, o tal vez simplemente quería hablar con ella.
Después de un momento de duda, Irem decidió responder al mensaje. "Sí, Sofía, me encantaría ir a comer contigo mañana. ¿A qué hora y dónde?"
Envió el mensaje y se levantó para preparar su baño relajante. Mientras se sumergía en el agua caliente, no podía dejar de pensar en lo que Sofía podría querer decirle. ¿Sería algo bueno o algo malo?
Al salir del baño, Irem se sintió más relajada, pero su mente seguía en Sofía y Enzo. Se acostó en la cama, intentando dormir, pero su cerebro no paraba de dar vueltas.
Irem se miró en el espejo y se sintió satisfecha con su apariencia. El vestido sencillo pero elegante que había elegido le quedaba perfecto, y su cabello y maquillaje estaban impecables. Se sintió confiada y preparada para enfrentar lo que fuera que Sofía tuviera que decirle.
Se dirigió a la cocina para desayunar algo ligero antes de salir, y mientras comía, no podía evitar pensar en lo que Sofía podría querer hablar con ella. ¿Sería algo sobre Enzo? ¿Habría noticias sobre su paradero?
Después de desayunar, Irem se puso sus zapatos y su bolso, y salió de la casa. El día estaba soleado y cálido, y se sintió agradecida por el buen clima.
Llegó a la casa de Sofía a la hora acordada, y la encontró esperándola en la puerta. Sofía la abrazó cálidamente y la invitó a entrar.
"Estás muy bonita, Irem", dijo Sofía, sonriendo. "Me alegra verte".
Irem sonrió a su vez y siguió a Sofía al comedor, donde ya estaba preparada la mesa para la comida.
Mientras se sentaban a comer, Irem no podía evitar sentir una sensación de nerviosismo. ¿Qué quería Sofía decirle? ¿Por qué la había invitado a comer?
Sofía comenzó a hablar, y su voz fue suave y cálida. "Irem, quería hablar contigo sobre Enzo. Sé que las cosas terminaron mal entre ustedes dos, pero..."
Irem se sintió sorprendida y emocionada al escuchar las palabras de Sofía. No había esperado que ella quisiera que se reconciliaran con Enzo.
"Sofía, no sé si eso es posible", dijo Irem, con una mezcla de esperanza y duda. "Las cosas terminaron muy mal entre nosotros. No sé si Enzo querría hablar conmigo de nuevo".
Sofía sonrió y puso su mano sobre la de Irem. "Mi hijo te ama, Irem. Siempre te ha amado. Y yo sé que tú también lo amas. Los dos cometieron errores, pero eso no significa que no puedan intentar de nuevo".
Irem se sintió conmovida por las palabras de Sofía. ¿Sería posible que Enzo la perdonara y que pudieran empezar de nuevo? ¿O era demasiado tarde para eso?
"¿Dónde está Enzo?", preguntó Irem, sintiendo una repentina curiosidad. "¿Por qué no ha vuelto a buscarme?"
Sofía suspiró y miró hacia abajo. "Enzo se fue porque se sintió herido y confundido. Pero yo sé que él sigue pensando en ti. Y yo creo que si tú lo buscas, él estará dispuesto a escucharte".
Irem se sintió emocionada y nerviosa al mismo tiempo. ¿Debería buscar a Enzo? ¿Debería intentar arreglar las cosas con él?