Un chico solitario, incrédulo de lo fantástico, ve su vida tranquila y aislada tras tocada por un encuentro inesperado con lo desconocido.
Ese momento cambiará todo: su corazón, antes apagado, latirá con fuerza, y la soledad que lo envolvía comenzará a desvanecerse poco a poco.
Ahora deberá enfrentarse a una decisión que definirá su destino:
¿Elegirá la luz o se rendirá ante la oscuridad?
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¿Otra ves?
28/01/2019
Desperté en la habitación oscura, con el corazón acelerado y una sensación de miedo que no lograba disipar. Estaba asustado, y una confusión densa nublaba mi mente.
Mis pensamientos estaban dispersos, como fragmentos de algo que no lograba entender. La última vez que estuve en este lugar, una voz habló conmigo, una voz que resonó en lo más profundo de mi ser, diciendo que no soportaba el dolor de no saber qué es el amor.
Voz: (Se posa frente a mí, pero la oscuridad es tan densa que apenas puedo distinguir su forma) ¿Cómo permitiste que esto sucediera? (Dice con enojo, pero algo de desilusión en su tono) Pensé que habíamos aclarado lo que sentimos por Elizabeth.
Losert: (Apenado, me pongo de rodillas, el peso de la culpa me aplasta) Lo sé... pero no pude hacer nada. A pesar de ser un híbrido, sus fuerzas superan las mías, y sus decisiones no son algo que pueda controlar. No podía arruinar el plan de Eli, ni ponerla en peligro.
(Me quedo en silencio por un momento, mirando hacia la nada, reflexionando sobre todo lo que ha pasado, preguntándome si he hecho lo correcto, si realmente estoy haciendo lo que debería.)
Voz: (La tensión en su tono se calma ligeramente, pero se nota el sufrimiento detrás de sus palabras) No soporto este dolor... la sensación de no tener control. Pero algo cambió cuando escuchamos ese apodo, algo en mi interior se alteró.
Losert: (La voz de Elizabeth resuena en mi mente, el eco de su apodo golpea mis pensamientos) Lost.
(Las palabras me calan hondo, trayendo consigo una mezcla de ternura y miedo. Ese nombre, ese vínculo, se siente más real, más profundo que nunca. Y al mismo tiempo, siento la carga de la responsabilidad que llevo sobre mis hombros.)
Voz: (La voz se vuelve más grave, más urgente) Escúchame, Losert. Con la llegada de Elena, las sombras que nos rodean se estrechan. Tenemos menos de dos años para saber qué hacer con todo esto. El tiempo no está de nuestro lado.
Losert: (Me levanto lentamente, la decisión en mis ojos ahora más clara que nunca, aunque aún hay dudas que me atormentan) Lo sé. Pero al menos ahora, sabemos que lo primero es proteger a Eli. Si hay algo que puedo hacer, es eso. Ella es mi prioridad.
(Mi mente se llena de imágenes de ella, de su rostro, de su risa... y de los momentos en los que me he sentido completamente perdido. ¿Realmente soy capaz de protegerla?)
Voz: (La oscuridad que me rodea empieza a ceder, pero algo en ella se siente más densa, como si estuviera a punto de colapsar sobre mí) Te lo encargo, Losert.
(Un extraño sentimiento de pesar se apodera de mí. El peso de las palabras no es solo un encargo, es un recordatorio de lo que está en juego. La oscuridad parece latir con una intensidad palpable, como si ya estuviera esperando mi decisión.)
Murmullos: (La risa se escucha, suave y burlona, desde las sombras. Los murmullos retumban, haciendo que todo a mi alrededor se sienta aún más irreal, más opresivo) Tendrás que elegir entre la luz o la oscuridad. (La voz se va volviendo más distorsionada, más amenazante, hasta que se convierte en un susurro casi inaudible) Y yo estaré allí, en cualquiera de las dos decisiones... Jejeje...
(El aire se vuelve denso, los murmullos resuenan en mi cabeza, como si todo estuviera al borde de una verdad demasiado oscura para entender. Cada palabra, cada sonido, es un recordatorio de que el tiempo se está agotando. Y yo, atrapado en esta oscuridad, no sé si podré escapar a tiempo.)
Después de que la risa se desvaneciera, desperté de golpe, empapado en sudor y con el corazón acelerado. Miré a mi alrededor, aún alterado, pero al ver que estaba en mi habitación, mi cuerpo comenzó a relajarse. En la cama, Eli descansaba tranquila. Miré la hora: apenas eran las 7:00. Decidí no despertarla, así que me levanté y bajé a la cocina.
Tomé dos platos, la leche, y preparé cereal mientras mi mente seguía revuelta. (No dejaré que Eli se ponga en peligro una vez más...), pensaba, aunque sabía que era más fácil decirlo que hacerlo. Ella es tan terca... (Pensé con una ligera frustración). No me dejaría cargar todo el peso yo solo.
A los pocos minutos, Eli bajó. Su mirada cálida me envolvió, y por un momento me perdí en ella, olvidando todo lo demás.
Elizabeth: (Lo mira y se acerca a él con una sonrisa) Buenos días, Lost.
Losert: (Reacciona rápidamente al escucharla) Ah... buenos días. (Le extiende un plato y un cubierto) Toma, por favor, desayuna.
Elizabeth: (Se sienta, algo animada) Muchas gracias. La verdad, después de lo de ayer, tengo muchísima hambre.
Losert: (La mira y sonríe, aliviado) Me alegra que ya te sientas mejor.
Elizabeth: (Lo observa con cierta culpa) Perdóname, hice que te preocuparas.
Losert: (Con una voz suave y tranquilizadora) No le des importancia. Mejor come.
Elizabeth: (Mientras empieza a comer, lo mira de reojo) No iré a la escuela por un tiempo.
Losert: (Más aliviado que sorprendido) Pensé que dirías lo contrario. No es buena idea que salgas... esa loba casi te mata.
Elizabeth: (A pesar de su reciente derrota, responde confiada y con un dejo de soberbia) No peleé en serio, de lo contrario habría ganado, jejeje.
Losert: (La observa incrédulo, arqueando una ceja) ¿Y cuándo pensabas contarme lo de la sangre?
Elizabeth: (Evita su mirada, centrando la atención en su plato) Ya te lo dije, solo bebo para salir al sol, no para hacerme más fuerte.
Losert: (Se pone de pie, golpeando la mesa con una mano, sus palabras cargadas de frustración) Casi te matan, Elizabeth.
Elizabeth: (Se levanta de golpe, enfrentándolo con una mezcla de orgullo y dolor) ¿Y qué? Así te librarías antes de los dos años, ¿no?
Losert: (Queda en silencio, sus palabras se le atoraron en la garganta al recordar lo que dijo aquel día. Finalmente, murmura, arrepentido) Eso era antes... Pero ahora eres mi amiga, y no voy a dejar que te pase nada.
Elizabeth: (Baja la mirada y se sienta nuevamente, su tono más suave) No mides tus palabras, ¿verdad? (Hace una pausa antes de añadir, casi en un susurro) Gracias por decir eso.
Losert: (Se acerca a ella, inclinándose ligeramente hacia adelante, decidido) ¿Cuánta sangre?
Elizabeth: (Sorprendida, lo empuja suavemente hacia su silla) Olvídalo, no lo necesitas saber.
Losert: (Se levanta, camina hacia su lado, y se arrodilla frente a ella, mirándola directamente a los ojos) Por favor, dime cuánto necesitas.
Elizabeth: (Se queda boquiabierta por un momento, sorprendida por su gesto. Finalmente, suspira) No hagas eso. Está bien, te lo diré, pero déjame acabar el cereal primero.
CONTINUARA...