Un Amor Misterioso

Después del baile todos se preparan para regresar, Lemira está con su padre quien le pregunto que ha decidido.

-Yo... yo quiero ir a Thaslis, la baronesa Sandra me ha dicho que puedo vivir con ella.

El duque saca de una caja un medallón, es el medallón del padre de Lemira.

-Tu padre fue mi amigo, jamás fue un traidor, sé feliz, quiero que lo seas, hazlo por ellos, gracias, le escribiré a la Duquesa.

-Te extrañaremos.

Lemira ha decidido ir con la baronesa, ahí tal vez encuentre lo que busca, un lugar donde no le recuerde lo que paso, un lugar donde puede ser ella misma.

-Lemira estás lista?

-Si baronesa.

-Viajarás con mis hijos, él barón se adelantó, ya que él es el capitán del barco y debe supervisar que todo esté en orden.

-Esta bien.

Lemira prepara sus cosas, ahora deberá hacer lo que dijo el duque, ser feliz.

Edward se despide de los duques, quienes lo despiden, aunque algunos nobles pidieron que se quedará fue inútil pues Diana les dejo claro que él seguirá estudiando en Thaslis

Todos salen hacia el puerto dónde el Barón Noah los espera, el viaje es un poco caótico para Lemira, Hunter intenta que esté calmada para que no se maree, la única solución que funcionó fue que esté en forma de lobo, así no se marea, ella está junto a Hunter viendo el mar, como ambos pueden entender lo que dicen solo son observados por los Emperadores.

-Dunkan quieres quitar esa cara

-No, esto parece un chiste, vamos a Thaslis y regresamos con una niña que lo más probable es que sea la esposa de mi hijo.

-Ja, ja, ja bueno eso si, su conexión fue inmediata y mira, se llevan bien, no estés enojado, mejor vamos a dormir un poco.

-A dormir?

-Tú dirás.

Ambos se retiran, los niños de la baronesa están jugando en el barco, juegan con Lemira y Hunter.

Edward está con Lisa que tampoco está muy contenta con Lemira.

-Es mi prima no estés enojada.

-La mantendré vigilada.

Al llegar a puerto solo descansan dos días, después regresan a la capital a excepción de Lemira que se despide de Hunter, le agradece su amistad y espera verlo pronto.

Edward también se despide de Lemira, le pide que no deje de entrenar, ella le dice que la baronesa le dijo que la entrenaría.

Así Lemira llega a un nuevo hogar, Hunter, Edward y lisa regresan a la capital, en Terán también Joseph regresa al Oeste con su madre, quien ya se encuentra un poco mejor.

-Madre! Ya regresamos.

-Mi niño hermoso, te divertiste?

-Si.

-Joseph, ve a bañarte para cenar. -Decia su abuelo -

-Si abuelo, mami nos vemos en la cena.

-Paso algo?

-Si, debemos hablar.

Su padre le cuenta todo lo que pasó con el marqués, sobre Lemira y la coronación.

-Ese maldito marqués.

-Debes hablar con Joseph, él tarde o temprano se va a enterar.

-Lo haré, solo dame tiempo, deja que crezca un poco más, la doctora que me mandaron me ha tratado bien, incluso he podido salir.

-Hay cura?

-No, solo me está dando tiempo y eso para mí es suficiente.

-Ya verás que estarás mejor, fue mucho tu sacrificio.

-Él perdió el rumbo, si tan solo... No tiene caso, él ya no está, tomo su decisión y yo la mía, el orden debe ser restaurado, Edward debe reinar, si la princesa de Thaslis será su reina, los conflictos de siglos por fin se terminarán.

-Eso esperamos.

Joseph pasa unos días en el Ducado y después viaja con su abuelo a la frontera, ahí llega y Mime está en el bosque, solo corre hacia ella, ella lo ve y abre sus brazos para saludarlo.

-Donde estabas? Max quieres galletas?

-*Siii*

Ellos pasan la tarde juntos, la vida de aquellos niños día a día cambia, cada uno hace lo que le corresponde, Lemira en la baronia está feliz y juega con los mellizos de la baronesa, Hunter y Edward llevan sus estudios, Lisa en el palacio ha recibido la instrucción de llevar clases adicionales, ella acepta sin decir nada.

Joseph, entrena con los caballeros y su abuelo, de vez en cuando como Jonh va con Mime y platican por horas, como max también pasa tiempo con ella, cada día es mejor con sus dagas, su ballesta y la espada.

Con los años pasando, ahora aquellos niños han crecido, Lemira, lisa y Hunter tienen 16 años, Edward, Joseph y mime tienen 15 años, ellos ahora son adolescentes que conviven juntos en ocasiones especiales.

-Mime, leíste el libro que te traje?

-Pense que era una novela y resultó ser uno de administración, por qué quieres que aprenda eso?

-Entonces no lo leíste

-No, oye yo seré guardia de la Emperatriz, la emperatriz Diana de Thaslis, me han criado para eso, estar a lado de ella, ser su sombra.

-Que? Entonces te vas a ir?

-Si, así como tú, los caballeros como tú han sido entrenados para cuando sea rey sea coronado ustedes sean sus caballeros, te pasa algo?

-Tu, tu... Yo que soy para ti?

-John, eres mi mejor amigo, por qué?

John (Joseph) Sentía que Mime no compartía los mismos sentimientos, el todo este tiempo la ha cuidado como Max, Pero que le diga eso hace que su corazon duela.

Solo se sienta a su lado y le toma la mano, ella también la toma y pone su cabeza en su hombro.

-Que pasa? Te noto triste.

-Nada, no pasa nada, tú me sigues viendo como un niño y ya no somos esos dos niños.

-Ven conmigo, claro que no somos niños, o por cierto me han dado una cabaña para ami sola, quieres conocerla.

-Heee? **Pero que** Acaso estás loca, como le dices a un hombre eso?

-Eres mi amigo, vamos ven deja de estar triste, así podemos comer los postres de la cocina y ya no será a escondidas.

-Dios, o eres muy inocente o muy confiada, vamos.

Ambos caminan más al bosque, Mime confía en él así que no le ve ningún problema.

En el sur, Tres jinetes llegan a la Baronia, junto con un montón de guardias.

En la puerta Lemira llega corriendo.

Hunter la ha visitado en vacaciones y su conexión es igual incluso más poderosa.

-Hunter...Lemira es bonita.

-Edward, es tu prima y Lisa te va a escuchar.

-Pero solo dije que es bonita, tienes suerte.

-Ya lo escuché, vamos, par de tontos.

-Oye! -le dice Hunter-

-Marquesa, buenas tardes.

-Lisa, que hermosa estás.

-Gracias

Lisa saluda a su maestra, al barón, a los mellizos y a Lemira, en estos años también ella ha venido un par de veces, se ha llevado bien con Lemira, pues ella ahora es otra Lemira, una que probablemente sea su cuñada.