Un encuentro con un salvador desconocido provoca que Jaden recuerde su primer vida. Y se da cuenta de que en realidad es un carne de cañón, quien es sacrificado por el villano en la historia original.
No solo eso, sino que su salvador resulta ser su personaje favorito del libro, quien también muere traicionado por sus amigos.
Con esta nueva información Jaden toma una decisión, ¡destrozar la trama del libro!
¿Lo logrará? O, antes de que pueda hacer un movimiento, ¿será arrastrado de nuevo a lado del villano para ser sacrificado?
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Intenciones
...
En todo el camino hacia la cafetería, Jaden se la pasó mirando a Fegan. En su propio punto de vista, era la discreción personificada y nadie sería capaz de notar sus intenciones. No tenía forma de saber que todos en el grupo sí que habían notado el indiscutible brillo en sus ojos cada que veía al pelirrojo. Esto los llevó a preguntarse cómo se habían conocido.
El único que parecía desconocer su atención extra era el mismo Fegan.
Pero esto último no decepcionó al pelinegro. Ya sabía gracias a la novela que su favorito podía ser un poco despistado en cuanto a temas románticos se refería. Tanto era así que nunca se percató de la evidente atracción entre Bel y Dathan, cosa que de cierta manera lo conduciría a la muerte.
Sin embargo, aunque el pelirrojo se hubiese dado cuenta ahora de su muy discreta mirada, no le habría afectado, ni habría apartado los ojos. Después de todo, ¿cuántas veces se tiene la oportunidad de estar junto a tu personaje favorito? Desde luego que no era algo que sucedía todos los días, y por ello Jaden no quería desaprovechar ni un minuto de ese precioso regalo.
Más adelante podría complicarse la vida con temas como tramas, romances, terceros en discordia… pero por ahora, tan solo estar lado a lado y mantener una charla sin dobles intenciones con Fegan le era suficiente.
Fue así que con una atmósfera relajada —al menos entre el pelirrojo y él— llegaron a la cafetería.
Y en medio del gentío, se sentaron a almorzar en una banca del exterior cuando tuvieron su charola de alimentos.
El primero en sentarse fue Fegan, y Jaden no perdió la oportunidad de ir a su lado, igual que un cachorro que sigue a su amo sin descanso.
Resultaba casi una broma que los cuatro restantes se miraron unos a otros, y procedieron a apiñarse en la banca contraria, dejando libre el espacio a lado del pelinegro. Él no era quien la estaba pasando mal, además, ya estaba acostumbrado a ser evitado así, por lo que no le importó ser rechazado de manera tan directa.
Por el contrario, al ver a cuatro chicos grandes sentados lado a lado tuvo que reconocer que lucían un poco graciosos. Y la escena empeoraba cuando se notaba que Bel, al ser más pequeño, mostraba una gran discordancia con el resto. Ni siquiera sus rostros atractivos los salvaban del ridículo.
Fegan los miró empujándose unos a otros en la diminuta banca y no comprendió su acción. Al ser cuestionados, los chicos desviaron sus rostros, avergonzados por lo que estaban haciendo, pero sin saber cómo retroceder.
Ninguno dijo nada, así que el tema se dejó pasar.
Mientras Jaden disfrutaba de un insulso sándwich y conversaba sobre cosas sin importancia con su favorito, se dio cuenta de que alguien le miraba intensamente.
“¿Qué es lo que quiere este chico?”, se quejó al sentir la mirada vehemente de Bel.
Pensó que el almuerzo terminaría y ese chico nunca diría nada. Pero vaya que lo hizo. Poco antes de terminar el sándwich en su mano, por fin le habló. O bueno, más o menos.
—Y, ¿cómo es que ustedes se conocieron, Fegan? —preguntó Bel, con una delicada sonrisa en el rostro. En sus facciones no había nada más que amabilidad. Y para el momento en que el pelinegro cruzó miradas con él, sintió un toque de disgusto navegando por su corazón. Claro que tuvo la gentileza de ocultarlo.
“¿Qué le interesa? Debería preocuparse por acercarse al protagonista. ¿Qué no lo tiene a su derecha?”, pensó con apatía. “Además, ¿lo normal no sería preguntar mi nombre primero? O mínimo, fingir un gramo de cortesía.”
A pesar de la tormenta que se estaba desatando en su interior, Jaden sonrió. Más aún cuando se dio cuenta de que Fegan le estaba mirando. Parecía preguntarle cuánto era aceptable revelar de todo lo que había sucedido el viernes pasado.
¿Cómo no sentirse alegre, cuando su favorito se preocupaba por no incomodarle? Su sonrisa se hizo más evidente.
Giró el rostro, y vio a los chicos.
—Él me ayudó… con un problema. Si no fuera por Fegan, es probable que yo no hubiese…
Fue inevitable que a su mente llegaran todos los recuerdos de lo que sucedía con “Jaden” en la novela. Si no fuera por el encuentro con su favorito, él no recordaría su primera vida para ese momento… y no estaría lejos de caer en un sacrificio…
Un escalofrío recorrió su cuerpo, y le hizo temblar. Todos notaron esto, y se preguntaron qué pudo haber pasado para que reaccionara así. Aunque ninguno preguntó nada más.
—En fin, ¡me ayudó! Eso es todo lo que importa —cortó el tema. Era evidente que no se sentía a gusto hablando de eso, o no tanto como creyó en un inicio. —Así nos conocimos.
—Pero, ¿no puedes dar más detalles? —insistió el omega. —Fegan, ¿no nos dirás nada? Nunca mencionaste a este chico. Oh, y si puedo agregar, ¿por qué cambiaste a nuestro grupo? Hasta donde sé… bueno…
—Bel… —advirtió el pelirrojo.
—No te molestes Fegan. Es normal que Bel sienta curiosidad —intervino Eder, mientras se acomodaba los lentes en el puente de la nariz. —Incluso yo tengo curiosidad.
—¡Exacto! —aceptó Bel. —Solo es curiosidad.
—Chicos…
—Todo el mundo sabe que las únicas personas en la Academia con el atributo de oscuridad estaban juntas en el mismo grupo. —Eder no dejó que Fegan continuara. —Y esos pueden ser solamente el príncipe Astor y este chico de aquí. Sin embargo, esta mañana apareció de la nada en la entrada de nuestro salón, y fue agregado a nuestra clase. Es normal querer saber un poco más, ¿no? Nos hace preguntarnos cuáles son sus intenciones…
—¿Mis intenciones? —balbuceó Jaden. Tres pares de ojos desconfiados miraron directo hacia él (Bel, Eder y Dathan). Al encontrarse de la nada en medio de algo así le hizo sentir ligeramente intimidado.
—Ya sabes. Cambiando de grupo; ahora acercándote a Dathan, el cuarto príncipe… no sabemos qué podrías tramar mañana.
—¡Vamos, Eder! No me metas en esto —pidió el príncipe con una sonrisa incómoda.
—¿Qué intenciones podría tener? —cuestionó Jaden malhumorado. —Es más, ¿cuándo intenté acercarme al príncipe Dathan?
Haciendo recuento desde la mañana hasta ese momento exacto, él podía asegurar que no hubo un solo segundo en el que intentara ganarse el favor del protagonista. Sus únicas interacciones se reducían a la pequeña guerra que tuvieron en clase.
“Yo ni siquiera he pensado realmente en acercarme al estúpido príncipe. Tan solo busco evitar la muerte de mi favorito y la mía. ¿Cuándo me fijé en ese idiota?”
—¿Tienes algún malentendido, Eder? Déjalo en paz —pidió Dathan. Era evidente que se sentía incómodo.
—Hasta donde sabemos, eras ferviente seguidor del primer príncipe. Y esto es algo que todos hemos escuchado al menos una vez. ¿Está bien que te alejes tanto de su lado?
—Eder, estás sobrepasándote —dijo Fegan mientras comenzaba a molestarse enserio.
El corazón del pelinegro estaba martilleando dentro de su pecho. Si era sincero, una parte de sí mismo se sentía avergonzado al ser cuestionado de esa manera. Sabía que si no fuera por sus recuerdos recién adquiridos, él todavía seguiría a lado de Astor. Y las preguntas de Eder eran el constante recordatorio de eso.
—Yo no tengo nada que ver con él —replicó, mientras miraba al chico de cabello verde como si quisiera masticar sus huesos.
—¡Oh! No me digas, ¿el golpe en tu frente tiene que ver con todo esto? Vaya, y yo que creí que no golpeaban a los de su propio bando.
“Recuerda, si te lanzas sobre este idiota, tu favorito podría molestarse contigo…”
La declaración de guerra fue evidente. El pelinegro apretó los puños con molestia mientras más veía la sonrisa en los labios de Bel, y la mirada recelosa de Eder. Así que para no lanzarse sobre ellos, bajó el rostro y miró sus piernas, al mismo tiempo que intentaba regular su respiración agitada.
“¿Quién se cree que es este estúpido bottom como para venir a indagar en cosas que no le incumben? Además, ahí está su segundo platillo de consolación, caminando al frente para apoyarlo”, pensó irritado. “Sigue siendo tan insoportable como en la novela. Si no hubiese abierto la boca, el idiota de Eder no habría avanzado para defenderlo.”
Jaden miró con descontento a esos dos.
“Olvidaba que este idiota también está enamorado secretamente de Bel…”, se dijo. “Solo se salva Lance, por ser su primo…”
En este grupo de amigos, Bel era el único omega. Los demás alfa. Quizás por dicho motivo siempre le protegían, al grado en que ese chico pensaba que podía salirse con la suya sin consecuencias. Y tal parecía que Eder estaba contento con seguir implementando dicho sistema. —Por cierto, mientras leía la novela, Bel era el personaje que menos le agradaba debido a esto—.
El pelirrojo dudó un poco, pero negó con la cabeza en cuanto vio que el tema parecía estar escalando a un punto de inflexión.
—Es tal como él dijo, lo ayudé con algo. Así nos conocimos. No hay nada más que agregar.
—¿Qué? Pero…
—No insistan, por favor. Están incomodando a Jaden, y a todos los demás. —Bel no esperaba que Fegan se negara a alguna de sus peticiones directas. Era la primera vez que algo así sucedía. Y no solo él, quien además se sintió avergonzado, sino que el resto también se sorprendió. —Él tiene sus motivos para cambiarse de grupo. No debemos de intervenir con algo así. Eder, Bel… están siendo unos cretinos.
—Yo… lo lamento —asintió el omega con la mejillas sonrojadas. —Ja-Jaden, me disculpo si te incomodé. Solo tenía curiosidad.
El pelinegro le miró abatido, y forzó una sonrisa. Desde luego que no lo disculpaba, pero el bottom tampoco le importaba, por lo que asintió sin mayor interés.
—No hay problema. También he tenido ocasiones en las que no sé cuando cerrar la boca y me comporto como un… cretino —dijo con el mejor tono piadoso que tenía. No le importaba qué, debido a sus palabras, la atmósfera en la mesa hubiese caído a un punto de congelación, y procedió a concentrarse en lo último de su almuerzo.
De pronto, el sándwich insulso, ya no lo era tanto. E incluso, sabía un poco dulce.
Se suponía que el tema terminaría ahí, pero el pelinegro no contaba con que alguien estallaría en risas cuando la incomodidad estaba escalando a un punto sin retorno.
Levantó el rostro y se encontró con la siguiente escena: Bel sonrojado a más no poder; Eder mirándole con disgusto; la mirada de Fegan y Dathan un poco conflictuada, aunque no le reprendieron; pero quien le sorprendió fue Lance. Él comenzó a reírse como si hubiese escuchado la cosa más divertida del mundo.
El chico incluso tuvo la osadía de mirar directamente a Bel, y reír con mayor ahínco.
—Por fin alguien lo dice —exclamó cuando pudo contenerse un poco. —Ah, Fegan. Debiste ayudar a este chico desde antes, y convencerlo de cambiarse de grupo. ¡Nunca imaginé que alguien con un rostro tan lindo tuviese respuestas tan directas!
Jaden se encontró con los ojos azules de Lance.
“No esperaba que el alfa, quien es precisamente familiar del bottom, se reiría de él en su cara. ¿Algo así sucedía en la novela?”
El chico hizo memoria, pero no recordaba cómo era la relación de estos dos primos con exactitud… ¿quizás agridulce?
Tuvo que atribuir la reciente reacción de Lance a la familiaridad.
“Solo un pariente cercano se burla de ti… frente a ti… ¿no?”
Ajeno a sus pensamientos confundidos, Fegan giró el rostro y le miró directo a los ojos.
—Hmm. Yo tampoco lo esperaba. Pero es bueno que pueda defenderse solo.
Al ser mirado tan intensamente por su favorito, era evidente que las mejillas de Jaden se sonrojarían en menos de un segundo. Por cierto, la sensación en su corazón también fue dulce cuando se percató de que Fegan no se había molestado con él por decirle un par de cosas a Eder y Bel.
“¿Es probable que mi favorito no esté tan enamorado de Bel como creía?”, pensó. Aunque no hubo respuesta. Solo un silencioso optimismo.
—Ah… —suspiró Lance con satisfacción. —Eso debería enseñarles a cerrar la boca a tiempo. Sobre todo tú, Eder. Cuando sigues a Bel, puedes convertirte en un verdadero idiota.
Al ser reprendido directamente, Eder apretó los puños, pero no se atrevió a replicar nada.
“¡Oh! Lo olvidaba”, se dijo el pelinegro. “Estos dos son prometidos.”
Con una nueva perspectiva, Jaden miró a Lance y Eder. En la novela, su relación era un poco complicada. Estos alfas eran amigos de la infancia, y prometidos… las cosas no iban mal entre ellos, pero luego de que los padres de Bel murieran y fuera acogido por los Watercrag, Eder se enamoró de él apenas lo vio. Fue así como terminaron en un extraño triángulo amoroso, en el que ninguno era correspondido.
Lance enamorado de Eder; Eder enamorado de Bel; y Bel enamorado de Dathan…
“Ah… tal vez deba complicarme la vida pensando en tramas y romances antes de lo estimado…”, concluyó Jaden.
...
Perdón por no actualizar antes, pero he estado muriendo de gripe y tos!
Así que para compensar, les traigo al resto de los personajes, según yo:
posdata autora mira seirei gensouki je
me encanta tu historia espero con ansias más capítulos /Smile/