Enamorado Del Héroe Olvidado
...
El día era lluvioso, lo suficiente para hacer que los alumnos de la prestigiosa Academia Evisine —quienes solían apreciar las reuniones sociales por sobre todo lo demás—, se quedaran en el interior de sus habitaciones luego de clases.
No obstante, aún con la lluvia que caía, un chico delgado y pelinegro se dispuso a aventurarse en el exterior. El pobre tenía el uniforme empapado de pies a cabeza, y su coleta se había desordenado ligeramente, pero la sonrisa en sus labios no disminuyó.
Por el contrario, con la energía desbordando su cuerpo, corrió por los bonitos jardines de la escuela, pasó entre los edificios, y luego de lo que le pareció una eternidad, por fin llegó al lugar en que había acordado reunirse con él.
Le daba vergüenza admitirlo, pero una parte de su corazón estaba ansiosa por lo que podría escuchar dentro de poco.
Astor había dicho que tenía algo importante que decirle, y le dio una hora y lugar para hablar. Él no quería sobrepasar la línea, sin embargo, era difícil no emocionarse al ser llamado en esa clase de encuentro, ¿cierto?
Con la respiración entrecortada y las mejillas sonrojadas por la carrera, él ni siquiera sintió el frío de la lluvia. En su lugar, miró en todas direcciones, buscando a Astor. No obstante, luego de dar un par de vueltas por aquella zona, no encontró ni su sombra.
—¿Todavía no llega? —Se preguntó.
Estaba por buscarlo nuevamente, cuando de la nada un chico alto y fornido —cuya imagen lo hizo sentir más pequeño de lo que ya era—, le sujetó con fuerza del brazo, y le obligó a dirigirse a un callejón.
Al ver el rostro de esta persona, reconoció quién era de inmediato. Y se dejó guiar, aunque estaba más que confundido.
—¿Rainer? —llamó sorprendido. —¿Qué estás haciendo aquí?
Este chico era el mejor amigo de Astor, y muchos decían que sería su mano derecha cuando subiera al trono. Por ello, al comprobar su identidad, se dejó conducir al interior del callejón.
Demasiado tarde cayó en cuenta que la situación no parecía ser la correcta. ¿Por qué apareció Rainer, y no Astor en su cita?
—¿Qué sucede? —preguntó. Pero Rainer no era conocido por responder preguntas. Al menos no las suyas. —¿Qué hacemos aquí? ¿Dónde se encuentra Astor?
Sabía que era inútil seguir preguntando, aunque no podía evitarlo. Estaba comenzando a sentirse nervioso. Más cuando notó que no parecían ser los únicos ahí. Los estaban esperando cuatro chicos. Todos seguidores de Astor.
—Vaya, vaya. Ahora incluso llamas directamente el nombre de su Alteza —exclamó con burla uno de ellos.
—El príncipe me dio permiso —respondió. —¿Qué planean hacer?
Forcejeó un poco, y Rainer le sujetó con fuerza el brazo en cuanto se alejó. Así que le miró en busca de respuestas, claro que este chico se limitó a arrastrarlo hasta el final del callejón. Y fue entonces que se percató del sucio lugar al que había sido traído.
Aún con la lluvia se podía escuchar el ruido de las ratas royendo la basura, y el olor del ambiente era tan desagradable que las náuseas atacarían a cualquiera.
Le desconcertó encontrar esa inmundicia en uno de los rincones de la renombrada Academia Evisine. Sin embargo, no tenía tiempo para preocuparse por pequeñeces, pues su atención estaba concentrada en los cinco chicos que ya le rodeaban. Además, aún con el desagrado, presentía que no era una opción solicitar un cambio de ubicación.
—¿Qué hacemos en este lugar? —Tuvo que preguntar.
—¿No lo imaginas?
Uno creería que en la Academia no existía la típica división de clases sociales, pero vaya que lo hacía. Y ahora él se había convertido en un objetivo al parecer.
Tuvo que reconocer que en el último año jamás imaginó que llegaría un día en el que sería acorralado por los amigos más cercanos de Astor. Desde luego que un par de veces vio que algo similar sucedía con chicos nuevos, que de pronto se acercaban al príncipe… pero, nunca nadie le había volteado a ver a él. Bueno, no hasta ahora.
—¿El príncipe Astor sabe qué están aquí? Nos encontraremos fuera de este callejón. No le gustará si se entera que sus seguidores comienzan a actuar sin su permiso. Está bien si no les agrado, y no me quieren cerca de él. Sin embargo, están pasando por encima de sus deseos. Y no terminarán nada bien si continúan por este camino.
Los chicos se vieron unos a otros y hubo una evidente burla ante su advertencia. Esta acción le hizo dudar un poco. ¿No era que solo querían golpearlo porque creían que era demasiado inferior para estar cerca del príncipe?
Él tampoco era un idiota, sabía que algo andaba mal, aunque no podía asegurar qué.
“Astor…”, llamó un nombre en su mente. El de la única persona que admiraba aparte de su papá.
—De verdad crees que va a venir, ¿no es así, Jaden? —inquirió Rainer al fin. Era la primera frase que le dirigía en la semana.
Él se sorprendió por esto. No obstante, en un acto de rebeldía, apretó la mandíbula negándose a responder. Si Rainer no contestaba ninguna de sus preguntas, entonces él tampoco tenía la obligación de hablarle.
Pero ese chico desde luego que pudo leer bajo su débil máscara de indiferencia.
—No me digas, ¿piensas que el primer príncipe del imperio vendrá a rescatarte de nosotros? ¿Qué te ha dado la confianza?
El descontento que sintió al escuchar esa última pregunta hizo que no pudiese mantener la boca cerrada.
—¿Qué importa si eso es lo que espero? —replicó, haciendo que los cinco rieran con fuerza; y aún cuando Jaden se sintió avergonzado por esto, su esperanza no dimitió.
—¿No lo entiendes? —Se burló con sorna uno de ellos. Y al ver su rostro confundido, rieron con mayor ahínco.
—¡El idiota no lo ha notado todavía!
—¡Fue el príncipe quien nos envió tras de ti!
Apenas escuchar estas palabras, Jaden quizo desecharlas. Para su mala suerte, habían llegado para quedarse instaladas en su interior.
Fue entonces que por fin comenzó a sentir el frío de la lluvia, y no tardó en temblar de pies a cabeza.
—¡Mientes! —dijo con enojo. —El príncipe me pidió venir hasta aquí. Él no haría…
—¿De verdad creíste qué él vendría a este lugar para decirte algo? ¿Alguien de la familia imperial se rebajaría a poner un pie por aquí?
Su corazón comenzó a latir con rapidez, y un dolor sordo creció de a poco en su pecho.
“¡No! El príncipe dijo que soy su amigo. Me pidió que viniera para confesarme algo…”
—Claro que puedes dudar de lo que decimos —intervino Rainer sin dejar de sonreír. —Pero piensa un poco en ello, ¿quién te pidió que fueras a un lugar solitario, perfecto para ser emboscado con relativa facilidad?
Jaden apretó los puños. Eso no podía ser posible, ¿cierto?
El primer príncipe lo había rescatado de unos ladrones hace casi un año. Desde entonces, se había convertido en su seguidor. Incluso, hizo pequeñas tareas para él.
Y hace dos meses, cuando el príncipe estuvo de mal humor por perder en un duelo contra su hermano menor, fue él mismo quien estuvo a su lado. Gracias a eso, el príncipe Astor dijo que era su amigo. Y últimamente, se habían vuelto más cercanos, al grado en que pensó… que su relación cambiaría.
“¿No es así?”, se preguntó Jaden con el corazón latiendo a mil por hora. Y no se olvidó de repasar todas sus conversaciones con él. En sus recuerdos no había el menor indicio de que se desarrollaría algo como esto.
—¿Qué hice mal?
—Lo hiciste enojar con tus ridículas palabras de aliento. —Extrañamente, Rainer le dio una respuesta. —¿Querías animarlo? ¡Él no necesita tus discursos patéticos!
Esa burla fue suficiente para confirmar que —tal vez— estos chicos no estaban mintiendo.
En aquel momento, cuando intentó animar al príncipe, dijo cosas como: “su hermano no es tan poderoso como usted”, y mucho más. Sabía que eran frases cliché, pero realmente las creía. A sus ojos no había nadie tan sobresaliente como Astor.
Y solo ellos dos habían estado en el salón… así que, ¿cómo podría Rainer saber que intentó animarlo? Eso es porque el príncipe debió contarle.
—Intentaba consolarlo… —susurró, mientras apretaba los puños. El dolor que sentía en el pecho le dificultaba un poco la respiración, aunque hizo su mejor intento para mantenerse en pie.
—Si, bueno… él no lo necesita. No de ti, Jaden. —Cada palabra de Rainer era tan directa y tajante, que él no sabía cómo procesarlas.
—Pero… ¿por qué esperar hasta ahora para alejarme?
“Ël fue tan amable conmigo todos estos días… ¿solo para tirarme a un lado?”
—Entiéndelo Jaden. El príncipe ya no te quiere cerca. No importan sus motivos para hacerlo hasta ahora.
Estas palabras se sintieron como una tempestad que arrasaba todo a su paso. ¿En qué se había equivocado?
Desde que conoció a Astor, obedeció sus órdenes al pie de la letra, y fue tan leal como pudo. ¿Por qué ahora era enviado directo a un grupo de sus seguidores para ser amedrentado?
*“Es mi culpa. Debí haber dicho algo que le ofendiera aquel día…”*, pensó convencido, mientras resistía las ganas de llorar. Estaba tan ensimismado, que no se percató de lo ilógico de su razonamiento. “Si le pido perdón, quizás me deje seguir a su lado…”
El pánico a ser dejado de lado por Astor provocó que Jaden ignorara todo lo demás, incluyendo a sus acosadores. Y por supuesto, ellos no estaban contentos.
—Esto no es divertido. —Se quejó uno de los chicos.
—Es cierto —concordó otro. —Acabemos con esto de una vez. Tengo una cita con mi novia más tarde.
Sin decir más, Rainer se acercó y golpeó en el estómago a un ensimismado Jaden. Él solo volvió al presente cuando el dolor arremetió en su cuerpo.
Escupió un poco de saliva, y las lágrimas fisiológicas corrieron sin freno por su rostro, aunque estas pasaron desapercibidas gracias a la lluvia. Un solo golpe bastó para que sus piernas perdieran la fuerza y le hicieran caer al suelo.
Sus manos se cubrieron de barro, así como su uniforme. Ya imaginaba la imagen tan patética que estaba dando.
—No lo puedo creer, ¿de qué sirve que sea un mago oscuro, si ni siquiera puede mostrar un buen espectáculo? —reclamó alguien.
—¿Por qué es tan diferente del primer príncipe?
Jaden apretó los puños mientras escuchaba. Estaba confundido y adolorido, pero aún con todo eso, claro que deseaba atacarlos con la magia que mencionaban… era una lástima que le resultara casi imposible hacerlo.
—¡Idiota! El príncipe es un alfa. ¿Tal vez eso afecte en algo?
—Ah… los omega son realmente inútiles.
Él sabía que no podía pelear contra ellos porque solo perdería de forma patética, y aún así, la desgana a ser humillado se encendió en su pecho. Eso, y también quería hacerle pagar a alguien por la forma en que había sido lanzado a un lado.
A pesar del constante recordatorio de los profesores rondando en su mente, decidió mostrar un gramo de coraje. Tal vez así el príncipe reconsideraría el asunto de alejarlo.
Con el miedo a lo que sucedería a continuación, contuvo la respiración y se levantó.
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Portada:
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Comments
✨️🍡Gojo chikito🍡✨️
Esta vaina esta potente :0
2024-12-02
0
💓 Lyupi-kun 💓
Bueno autora me gusta como escribes y como va la trama.
2024-11-18
0
Valeri_Kass
Yo regreso a Noveltoon por esta autora después del pequeño extra ✨🤌🕴🏾
2024-10-01
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