En "En las profundidades de este mar oscuro," la protagonista, una exitosa pianista y escritora, se despierta desorientada en una cama con un hombre mirándola con desprecio. Al intentar recordar cómo llegó allí, se desvela una cadena de eventos espantosos: huía de su prometido, Ian, quien planeaba asesinarla. Tras descubrir una conspiración entre Ian y su amante para sacrificarla, es apuñalada y apenas logra escapar del edificio donde sucedió el ataque. Durante su huida, llama a su madre para alertarla sobre la traición de Ian y pedirle que investigue. Finalmente, gravemente herida, es rescatada por paramédicos y se enfrenta a una enigmática figura de otro mundo, aceptando una nueva vida para proteger a sus seres queridos.
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Revelaciones Inesperadas y Viejos Amigos
En total, eran cuatro videos en esa carpeta. Al principio, no entendía por qué razón me habían dado esta información sobre ella, por lo que me detuve a analizar la situación. Mientras intentaba comprender, escuché unos golpes en la puerta.
—Mi señor... Soy Jack, tengo algo que informarle —dijo mi guardaespaldas desde afuera.
—Adelante —le dije, dándole permiso de pasar—. ¿Qué pasa?
—Una señorita solicita verlo —dijo mientras observaba su tableta de trabajo—. Dice ser una amiga de infancia de mi señor.
¿Amiga de infancia? Ansel nunca mencionó nada de eso, pero si alguien vino hasta aquí diciendo ser una íntima amiga, debía tener algo importante que decirme.
—¿Cómo es ella? —pregunté, guardando todo con contraseña—. ¿Te dijo su nombre?
—Está identificada como Lara Mancini —al mencionar el nombre, recordé que el apellido de Roger es Mancini—. Es algo alta, tiene el cabello negro y es delgada.
A pesar de la breve descripción, pude adivinar que era la hija de Roger. Si tanto quería verme, que así sea.
—Hazla pasar —dije mientras preparaba algo de té para recibirla.
Antes de terminar de servir el té, escuché unos pasos en el pasillo. Al darme la vuelta, me encontré con la figura de una mujer que me recordaba a mi mejor amiga de mi otra vida. Me quedé un instante observándola y enseguida le ofrecí sentarse. Mientras disfrutábamos del té, empecé a hablar de lo que me interesaba.
—Si no me equivoco... la señorita y yo nunca nos hemos encontrado, ¿no es así? —le mencioné, bajando mi taza para ver con claridad su expresión.
La expresión que puso no era la que esperaba. Mejor dicho, ni siquiera era la respuesta que esperaba.
—Qué mal que no me reconozcas —dijo acercándose a mi oído—. ¿Qué pretendes?
—¿No recuerdas a Hannah? —me quedé congelado por unos instantes.
Solté una risa antes de levantarme y darle un golpe a esta chica.
—¿Nombre de mi primera araña mascota? —le pregunté, sabiendo que ella iba a saber la respuesta—. ¿Y por qué Hannah?
—Antes que nada, jamás tendrías una ni siquiera a diez pasos tuyo —dijo mientras se acomodaba el cabello—. Y saqué el nombre Hannah por una serie de vampiros cuando éramos infantes... ¿Y mi abrazo? —dijo, extendiendo los brazos.
Le di un fuerte abrazo. Extrañaba mucho a esta tonta, si hubiera sido más inteligente en ese momento...
—Tonta, no debiste tomar tan literal lo de seguirme hasta la muerte —dije mientras le daba un pequeño golpe—. Cuéntame, ¿cómo llegaste aquí?
Me empezó a contar que, después de mi intento de asesinato, él trató de asesinar a todos, pero mis padres descubrieron sus planes. Obviamente, mi padre quería matarlo con sus propias manos, pero en el momento que lo querían apresar, como Hannah estaba a cargo de la misión, iba por delante y ese idiota la mató con un explosivo. Cuando abrió los ojos, estaba frente a mi antiguo cuerpo. Ella inmediatamente supo que algo era diferente, así que Ansel le explicó brevemente y la guió a esta línea actual.
—¿Puedes creerlo? Estamos en una novela BL de las más tristes. Por cierto, creo que el protagonista se llama Ansel Winston —reflexionó unos momentos—. Espera un momento... ese eres tú... Tonto... ¡Tenemos que huir! —intentaba arrastrarme hacia la salida.
—¿Es en serio? —solté una risa—. ¿Apenas te das cuenta? Siempre cometes estos errores —dije mientras la cargaba a mi silla de trabajo—. No te preocupes por eso.
Entonces, la información fue dada por Roger. No había duda. Algo me faltaba por descubrir que ni siquiera Ansel sabía.
—Disculpe, mi señor, por interrumpir... pero es la hora de su fusión —dijo Jack, tocando la puerta.
—Déjalo en el escritorio —dije, mientras veía unos documentos—. Puedes retirarte.
Tras unos momentos, le expliqué a Lara que estaba seguro de que la fusión era más para ser fértil que para mi recuperación. Como toda amante del BL, soltó un grito de emoción. Negué con la cabeza; nunca permitiré tener un hijo de ese bastardo. Le recordé quién era el “protagonista” y rápidamente ella tomó la taza y tiró toda la bebida.
—Toma —le di una mini aspiradora para líquidos—. No debe quedar evidencia. Ya es tarde, debo regresar —dije mientras veía el atardecer por la ventana—. Toma, esta es mi información —le di una nota con mi información—. Si preguntan, eres mi media hermana.
—Hecho —dijo, aceptando la nota muy felizmente—. Me despido por ahora.
Tras retirarse, vino Jack para llevarme a casa. En el camino, me hizo unas preguntas, pero solo le respondí lo más brevemente posible. Espero que no se meta donde no debe. Me agrada demasiado como para deshacerme de él tan rápido...
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El sol se ocultaba cuando finalmente llegamos a casa. La conversación con Lara seguía dando vueltas en mi cabeza, y sabía que debía ser cuidadoso con cada paso que daba a partir de ahora. Al llegar, me dirigí directamente a mi despacho y me dejé caer en el sillón, sintiendo el peso de la jornada.
Encendí la computadora nuevamente y decidí revisar los otros videos del USB. Los siguientes dos videos mostraban a Leonora en diversas situaciones, siempre vigilada y siempre en lugares distintos. No había ninguna pista clara sobre su paradero actual, pero la última grabación me dejó sin aliento. Leonora, mirando directamente a la cámara, susurró algo que apenas pude descifrar.
"No confíes en nadie... excepto en Ansel."
Mi corazón latió con fuerza. ¿Sabía ella de mi identidad? ¿O era simplemente una coincidencia? No podía permitirme dudar ahora. Debía actuar con precaución, pero también con determinación. Decidí que la próxima reunión sería con Roger Mancini. Necesitaba respuestas, y él era la clave.
Esa noche, mientras trataba de dormir, los pensamientos sobre Leonora y la advertencia de los videos no me dejaban en paz. Sabía que el tiempo estaba en mi contra, y que cualquier error podría ser fatal. Debía jugar bien mis cartas y proteger a los que me importaban.
A la mañana siguiente, después de una noche inquieta, me levanté con una nueva resolución. Llamé a Jack y le di instrucciones claras.
—Hoy nos reuniremos con Roger Mancini. Quiero que prepares todo para la reunión. Y Jack... asegúrate de que nadie sepa de esto.
Jack asintió y salió a cumplir mis órdenes. Mientras tanto, me preparé para lo que sería una de las reuniones más importantes de mi vida. Sabía que estaba entrando en un juego peligroso, pero no tenía otra opción.
El día transcurrió con una calma tensa. Finalmente, cuando el sol comenzaba a descender, nos dirigimos a la villa de Roger. La opulencia del lugar era intimidante, pero no podía dejar que eso me afectara.
Roger me recibió en su elegante salón, con una sonrisa cálida que no disimulaba su astucia.
—Ansel, querido amigo, qué sorpresa verte —dijo, indicándome que tomara asiento—. ¿A qué debo el honor?
Tomé aire profundamente antes de hablar.
—Roger, necesitamos hablar sobre Leonora —dije, observando su reacción de cerca.
Su expresión se mantuvo serena, pero noté un leve cambio en su mirada.
—¿Leonora? ¿Qué hay de ella?
—He recibido información preocupante sobre su paradero —dije, sacando el USB de mi bolsillo—. Información que implica que ella está siendo vigilada y retenida contra su voluntad.
Roger miró el USB con interés antes de volver a mirarme.
—No sé de qué estás hablando, Ansel —dijo con una voz calmada—. Pero si tienes pruebas, estaré encantado de revisarlas.
Le entregué el USB, y mientras lo insertaba en su computadora, pude ver la tensión en sus ojos. Los videos comenzaron a reproducirse y, aunque trató de mantener la calma, vi cómo su expresión cambiaba.
—Esto es... preocupante —dijo finalmente, cerrando la laptop—. No tenía idea de que esto estuviera sucediendo.
—Necesito saber la verdad, Roger —dije con firmeza—. ¿Dónde está Leonora? ¿Y quién más sabe de esto?
Él suspiró y se recostó en su silla.
—Ansel, estás jugando con fuego. Pero te diré esto: Leonora está siendo protegida por una facción que desea mantenerla fuera del alcance de Lady Ross. Hay muchas fuerzas en juego aquí, y cada una tiene sus propios intereses.
La conversación se prolongó por horas, desvelando secretos y alianzas que nunca imaginé. Al salir de la villa de Roger, sabía que el camino por delante sería arduo, pero estaba más decidido que nunca.
El viaje de regreso fue silencioso. Jack, respetando mi necesidad de pensar, no hizo preguntas. Sabía que el juego apenas comenzaba