Elena Martínez es una mujer que ha construido su vida alrededor de mentiras y secretos. Tras la trágica muerte de su hermano, se ha visto obligada a asumir una identidad falsa para infiltrarse en el círculo más íntimo del enigmático y poderoso Alejandro Montenegro, un empresario con un oscuro pasado. Alejandro, conocido por su frialdad y su habilidad para descubrir la verdad, comienza a sospechar de la nueva integrante de su equipo.
Lo que Elena no esperaba era que sus corazones comenzaran a entrelazarse en un juego peligroso de seducción y engaño. Mientras más se adentra en el mundo de Alejandro, más difícil se vuelve mantener su fachada. Las tensiones aumentan y los secretos que ambos ocultan amenazan con destruirlos.
A medida que la línea entre la verdad y la mentira se desdibuja, Elena deberá decidir entre revelar su verdadera identidad y arriesgarlo todo por amor, o seguir detrás de la máscara que ha creado para protegerse.
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Capitulo 11: Doble Identidad
Elena se había adaptado a su nueva vida al lado de Alejandro, pero no podía dejar de sentir que algo estaba aún sin resolver. Su instinto le decía que había más secretos enterrados, y un inquietante descubrimiento pronto confirmaría sus sospechas.
Un lunes por la mañana, al llegar temprano a la oficina, Elena se encontró con un sobre sin remitente en su escritorio. Al abrirlo, encontró documentos que revelaban una serie de transacciones financieras sospechosas que no había visto antes. Entre los nombres implicados, uno destacaba: "Clara Gómez".
Elena se quedó helada. "Clara Gómez" era el alias que había utilizado para infiltrarse en Montenegro Enterprises. ¿Cómo era posible que su nombre apareciera en esos documentos?
Decidida a descubrir la verdad, comenzó a investigar más a fondo. Pasó noches enteras revisando archivos y registros, hasta que finalmente encontró un patrón. Las transacciones estaban conectadas a una identidad falsa creada por alguien dentro de la empresa.
Un nombre comenzó a aparecer repetidamente: Laura. Elena recordó que Laura había sido una de las implicadas en la red de corrupción, pero parecía que su implicación iba más allá de lo que habían descubierto inicialmente.
Esa tarde, Elena decidió confrontar a Laura. La encontró en su oficina, revisando unos documentos.
—Necesito hablar contigo, Laura —dijo Elena, entrando sin preámbulos.
Laura la miró con sorpresa y algo de desdén.
—¿Qué quieres, Clara?
Elena cerró la puerta tras de sí y se acercó a Laura.
—Sé que estuviste involucrada en las transacciones fraudulentas, pero hay algo más. ¿Por qué utilizaste mi alias, "Clara Gómez"?
Laura esbozó una sonrisa fría.
—Eres más lista de lo que pensé, Elena. Sí, utilicé tu alias. Fue la manera perfecta de desviar la atención de mí misma mientras seguía sacando provecho de la empresa.
Elena sintió una oleada de ira, pero se mantuvo firme.
—¿Por qué? ¿Qué ganabas con todo esto?
Laura se levantó y la miró directamente a los ojos.
—Poder. Dinero. Venganza. Siempre fui la sombra de todos aquí. Nadie me tomaba en serio. Hasta que tú llegaste y empezaste a hurgar donde no debías.
Elena sintió que cada palabra de Laura era como una puñalada.
—Te delataré. Tengo pruebas suficientes para implicarte nuevamente.
Laura soltó una risa amarga.
—Hazlo. Pero recuerda que en este juego, nadie es completamente inocente. Incluso tú tienes tus secretos.
Elena salió de la oficina de Laura con una mezcla de emociones. Sabía que tenía que actuar rápido. Esa noche, se reunió con Javier para planear el siguiente paso.
—Necesitamos entregar estas nuevas pruebas a las autoridades —dijo Elena, mostrando los documentos—. Laura ha estado manipulando todo desde el principio.
Javier asintió, serio.
—Lo haremos. Pero ten cuidado, Elena. Laura no se detendrá ante nada.
Al día siguiente, Elena y Javier entregaron las pruebas a la policía, y las investigaciones comenzaron de inmediato. Laura fue arrestada nuevamente, y esta vez, las pruebas eran irrefutables.
Alejandro, al enterarse de la situación, se acercó a Elena.
—No puedo creer que Laura estuviera detrás de todo esto. Gracias por descubrir la verdad, Clara. Eres increíble.
Elena sintió una mezcla de alivio y agotamiento.
—Solo hice lo que debía, Alejandro. Pero hay algo más que necesito decirte.
Alejandro la miró, expectante.
—He estado viviendo con una doble identidad desde que llegué aquí. Clara Gómez es solo un alias que usé para infiltrarme en la empresa. Mi verdadero nombre es Elena García.
Alejandro la miró con sorpresa, pero sin juicio.
—Elena, lo que importa es quién eres ahora y lo que has hecho. Has demostrado ser una persona íntegra y valiente. Tu nombre real no cambia eso.
Elena sintió una oleada de alivio. Alejandro la aceptaba por lo que era, sin importar las circunstancias.
Con Laura tras las rejas y la verdad finalmente revelada, Elena y Alejandro pudieron empezar a construir su futuro juntos con una base sólida de confianza y amor. Elena sabía que aún habría desafíos por delante, pero estaba lista para enfrentarlos, sin más secretos ni dobles identidades. Estaba preparada para vivir plenamente, siendo ella misma, junto al hombre que amaba.