Bruno Vólkov, un hombre completamente distinto a sus hermanos. Reservado, un poco timido y distraído.
Con el trabaja una bella mujer de delicadas facciones y de carácter extrovertido. La cual pondrá su mundo de cabeza y se apoderará de su corazón.
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Capítulo 14
Inca
El día de hoy, no me había levantado de muy buen humor que digamos. Desde que llegué ayer en la tarde a mi apartamento, me encerré en mi habitación y no salí a no ser para cenar.
Ni siquiera tenía deseos de hablar con mi mejor amiga porque sentía que el corazón se me comprimía en el pecho y las ganas de gritar me estaban consumiendo.
Todo lo que había pasado ayer con esa tipa en la oficina, me dejo sin ánimos de ningún tipo. Ni siquiera tenía deseos de arreglarme o vestirme, así que me pongo lo primero que encuentro en mi clóset.
Me pongo un vestido color verde pastel bastante pegado al cuerpo, el cual viene acompañado de una chaqueta del mismo color. Dejé mi pelo suelto y me hice solamente un delineado en los ojos para decir que me maquillé.
Al salir de mi habitación, Cara me ve y se que quiere preguntarme que me pasa. Sin embargo, no dice nada porque sabe que si lo hace, puedo explotar y arremeter en su contra. Ella sabe como reacciono cuando estoy molesta, por eso me da mi espacio y yo el de ella.
Luego de desayunar, nos vamos juntas a la oficina como siempre hemos hecho hasta ahora. Al llegar, las miradas que ayer me parecían incómodas, hoy simplemente me dan lo mismo. Solamente espero que alguien tenga el valor de decirme algo para poder contestarle como se merece.
Llego al piso que me corresponde y dejo mis cosas sobre mi escritorio. Ni siquiera me pienso molestar el día de hoy en preparar el café para "mí jefe", ya que no quiero entrar en esa oficina luego de ver cómo él entró ahí con ella. Simplemente me siento y dejo que el tiempo transcurra solo.
Luego de trenta minutos de yo estar aquí, siento las puertas del ascensor abriéndose no obstante no despego la vista de mi celular. Ya que no tengo ninguna intención de ver quién es el que ha llegado, pero como en la vida no todo es como uno quiere. Saco la vista de mi celular y al sentir unos tacones acercarse a mi.
Cuando levanto la vista, tengo a la misma idiota de ayer justo enfrente de mí, ella me ve con una sonrisa en el rostro. La cual si no cambia en poco tiempo, se la borraré de un tirón.
_ Buen día, que bueno que ya estás aquí. Ayer pensé que esperarías a tu jefe, ya que el te dijo que no te fueras. Sin embargo, eso ahora ya no importa porque en este momento soy yo la que necesita hablar contigo.
_ Mire señorita, no se cual es su maldito problema conmigo porque usted y yo no nos conocemos de nada. Sin embargo, desde que usted llegó ayer no ha hecho más que insultarme y digamos que hoy no amanecí de muy buen humor para aguantar sus estupideces.
_ ¡Vaya! Es bueno saberlo y ver que tienes carácter, las mujeres que no tienen carácter para mí son una completa pérdida de tiempo.
_ Y para mí las mujeres que se comportan como tú, falsas, hipócritas y que agreden a los demás sin ninguna justificación. Me ponen de los nervios, puede ser que tú tengas mucho dinero porque eso se ve en la ropa que traes puesta. No obstante, los modales y la educación no se compran ni con todo el dinero del mundo, eso es algo que yo tengo de sobra.
Ella me miraba como si me retara, como si me estuviera midiendo de alguna manera. En sus ojos no había esa misma falsedad que había ayer, hoy era algo totalmente diferente. Tanto así que sus ojos me transmitieron la misma sensación que me transmitieron los ojos de Izan, el amigo de Bruno.
Creo que ambas queríamos seguir con nuestra disputa, pero el ascensor se volvió a abrir y esta vez sí era Bruno el que había llegado.
_ ¿Buenos días? ¿Qué está pasando aquí? _ Preguntó él al vernos una frente a la otra.
_ No a pasado nada Bruno, relajante hombre. Esta vez no le estaba diciendo nada a tu secretaria, solamente me estaba midiendo con ella.
_ ¿Qué te dije ayer sobre eso Olivia? Por dios, ya no eres una niña.
_ Sí, si ya se lo que me dijiste ayer y también se lo que yo dije. Es por eso que estoy aquí hoy Inca, vengo a ofrecerte una disculpa por mi comportamiento de ayer. También quiero borrar la mala imagen que debes tener de mí.
_ !A ver! Que alguien me explique que es lo que está pasando aquí.
Miro a Bruno y a la tal Olivia que se miran mutuamente. Veo como Bruno camina hacia mi escritorio y deja su maletín sobre este para luego mirarme. Lo que me deja más confundida de lo que ya estoy en este momento.
_ Cuando te pedí que no te fueras ayer, lo hice porque quería explicarte lo que pasaba. Olivia es la hermana de Izan, mi amigo y ella digamos que tiene una manera particular de cuidarnos.
_ ¿Como así? _ Pregunté y la miré a ella.
_ Bueno, yo soy menor que Bruno y que mi hermano por dos años. Siempre fui la princesa de la casa al estar rodeada de tantos niños, ya que también estaban Santiago, Michele y Darío. Cuando a estos locos se les acercaban mujeres interesadas en su dinero, yo era la que me encargaba de hacerles la vida imposible hasta que se iban. Si ayer me comporté así contigo, fue precisamente porque no quería que lastimaras a Bruno. Ya que ahí donde lo vez todo fuerte y sexy. En el fondo es un romántico de lo peor y ya le han roto el corazón una vez, no quiero que le vuelva a pasar.
No sabía si lanzarme por una de las ventanas de este gran edificio o simplemente sentarme en mi silla para procesar todo lo que me habían dicho ¿Entonces toda la película que me hice ayer en mi cabeza fue parte de mi imaginación? Dejo escapar una carcajada y no puedo parar de reír por lo idiota que fui, al parecer mis celos me cegaron.
_ Mujer para de reír, te va a dar algo _ Me dijo Olivia y pasó su mano por mi espalda para ayudar a que me calmara.
_ Es que no puedo parar _ Dije casi sin aire.
_ Si no paras de reír ahora, yo también me pondré igual que tú. Solamente había visto antes estas crisis de riza en mi mamá, debes respirar profundo varias veces y parará.
Hago lo que Olivia me dice, respiro varias veces y logro calmarme de apoco.
_ ¿Mejor? _ Me pregunta Bruno.
_ Si perdón, creo que los nervios me traicionaron. Entre el enojo de ayer por las palabras de Olivia y el ver que llegó hoy con esa actitud. Creo que eso desató mi risa al saber ahora la verdad.
_ Te comprendo, tranquila. Pero lo de las disculpas si va en serio, Bruno me contó todo y lamento que hayas tenido que pasar una mala experiencia con ese viejo rabo verde.
_ Eso ya quedó atrás, solamente no vuelvas a querer probarme porque puede que la reacción que obtengas no te guste.
_ Bien ahora que todo está aclarado y que está loquita ya no dará más problemas, mejor vamos a trabajar.
_ Eso es, ustedes a lo vuestro y yo a lo mío. La feliz pareja debe trabajar y yo estoy estorbando, Inca espero que cuando vayas a casa este domingo podamos hablar mejor. Me gustaría conocerte y tal vez podamos llegar a ser amigas.
_ Me parece perfecto.