El Omega Del Dragón.

La reunión terminaba, todos comenzaban a irse, pero Alison se apresuró para estar cerca de Beryl, pidiendo hablar con él un momento, pero puede observar que el dragón permanece cerca, así que le pide a Beryl que la platica sea privada. Beryl le pide a Frederick esperarlo, que estará bien, aunque Frederick apenas se aleja un poco, esa mujer no le inspira confianza.

— bien, ¿que tiene que decirme la princesa heredera con tanta urgencia?— pregunta cruzando los brazos.

— quería pedirte que por favor pares los rumores sobre mi y nuestros padres.— pide con preocupación.

—¿rumores?, lo que se dice en el pueblo, solo es la verdad, según tú, no merecía ser maltratado por ser tu hermano, pero como creía que era un sirviente eso no importaba, ¿cierto?— pregunta curioso.

— ¿por qué me juzgan por algo así?, son solo sirvientes, plebeyos...yo soy una noble y nadie me había juzgado por tratarlos como merecen, empezaron porque todos creen en lo que dices...no es justo...—

— bueno, gracias a mi abrieron los ojos, incluso el príncipe ahora esta viendo lo que realmente eres.— se burla.

Alison aprieta los puños debido al enojo por lo que Beryl dijo.

— mi compromiso esta arruinado, por tu culpa no podré casarme...he deseado tanto ser reina y por ti, ese tonto príncipe ha cancelado la fiesta...— grita.

Dicho esto, Alison levanta las manos concentrando su magia de agua y lanza un ataque contra el chico empujándolo hasta el acantilado y causando que caiga, Beryl grita al sentir como su cuerpo cae por el acantilado, jamás creyó que moriría tan rápido. Frederick reacciona de inmediato y corre, golpeando a Alison en la cara al pasar cerca de ella y se apresura para saltar tras el omega.

—¡Beryl!— grita con desesperación.

Alison se queja por el golpe y al notar que alguien se acerco a ella, levanta la vista notando que se trata de Harris, quien la mira con enojó.

— arresten a la señora Alison, por empujar al elegido de la diosa por el acantilado.— ordena Harris.

— ¿que?, n-no, yo no fui...alteza...no crea en esas mentiras...— suplica mientras le atan las manos.

— lo vi todo, y por su bien, ruegue porque el dragón haya salvado al joven o el templo la quemara viva.— le informa.

Los del templo estaba molestos por lo que hizo ya que pese a estar lejos, al escuchar el grito del omega, todos observaron que era la única que estaba cerca y que el dragón se lanzó al acantilado tras el omega.

Frederick logra alcanzarlo, abrazándolo contra su pecho al momento de impactar contra los árboles y aunque el dragón extendió sus alas, no pudo elevarse debido a que estaban tan cerca de las copas de estos. Ambos caen contra las ramas, hasta llegar al suelo rodando un par de veces, Frederick en ningún momento soltó al pequeño omega. Tan pronto se detuvo, se reincorporo observando a Beryl, quien tenía los ojos cerrados y algunos raspones. Frederick pasa su mano en la mejilla del omega, observando con preocupación al notar que no reacciona.

— Beryl...abre los ojos...Beryl.— la angustia comenzaban a hacerse presente en su expresión.

Beryl abre los ojos llevando su mano a su cabeza al quejarse.

— e-estoy adolorido...como si cayera de un acantilado...— se queja.

Frederick deja salir un suspiro de alivio al verlo abrir los ojos y sin pensarlo, le sujeto de la nuca atrayendolo para dejar un suave beso en los labios de Beryl. El omega abre los ojos ante ese beso, pero, ambos se miran fijamente, Beryl levanta ambos manos tocando las mejillas del dragón, quien entrecierra los ojos, hasta que siente como Beryl ha unido sus labios a los suyos, eso le tomo por sorpresa, pero no demora en corresponder el beso, profundizando este.

Beryl estaba sobre el regazo del dragón, abrazado a su cuello, mientras saborean sus labios entre si, sus lenguas de movían una contra otra y las manos de Frederick abrazaban la cintura del omega, hasta que ambos sintieron la falta de aire y se apartaron.

— creo que debería lanzarme de acantilados más seguidos, así ganaré besos del dragón.— bromea.

— no, jamás te expongas de nuevo de esa manera. Creí que te perdería.— le abraza contra su pecho.

— no te desharas de mí tan fácilmente.— responde con el rostro contra el pecho del dragón.

Beryl puede escuchar los latidos acelerados del corazón del dragón y de alguna manera, eso le hace sentir tranquilo, además, era la primera vez que alguien lo veía con tanta preocupación. Mientras caía, pudo ver la expresión de tristeza en el rostro de Frederick, como si temiera perder algo valioso y saber que eso era para el dragón, alguien valioso, le gustaba.

.

.

.

Al volver al templo, Frederick llevó a Beryl a su habitación y pidió un médico para que lo revisará, por si se había fracturado algo. Mientras que Harris estaba con el cardenal, este le informa que Alison fue llevada a los calabozos y que él no piensa interferir si desean hacerle un juicio, Harris vio todo, Alison actuó con malicia, cometió un crimen intentando matar al omega, así que, él no la defenderá. Una doncella llega para decir que el dragón y Beryl volvieron a salvo, y que el dragón manda decir que Beryl estaba bien, pero que necesitaba descansar por ahora.

En la habitación, Beryl ya llevaba puesta su pijama, un médico se había asegurado de que el omega no tuviera nada roto o una herida profunda, así que tan pronto este se retiro de la habitación, Beryl se acosto y Frederick le abraza estando ya a su lado, no quería dejarlo solo, aunque sabe que Alison fue encerrada, Frederick no quiere que el omega se quede solo.

.

.

.

A la mañana siguiente, Harris y el cardenal llegaron a la habitación de Beryl, quien estaba en el sofá descansando, su cuerpo aún estaba un poco adolorido y Frederick aun dormía en la otra habitación, Beryl supone que se debe al golpe que se llevo ayer por protegerlo, seguramente estaba adolorido también.

— lamento lo que la señorita Alison hizo y como ya le he dicho al cardenal, si deben juzgarla por un crimen, no protestare por eso.— menciona Harris.

—¿no?, yo creí que su alteza estaba completamente enamorado de ella.— menciona Beryl.

— así era, pero, ahora que estoy viendo otro lado de ella, me siento decepcionado y aunque me duele, no puedo permitir una injusticia.—

— no es tan tonto, alteza, al menos no como Alison creía...—

— lo escuche, estaba lo suficientemente cerca para escuchar sus palabras.— agacha la mirada con preocupación.

— bien, que se quede en el calabozo unos días, en lo que deciden que hacer con ella.— responde Beryl.

Después esto, el cardenal le hace saber que tan pronto se decida, se lo informaran.

***