MI NUEVA REALIDAD

Después de la exitosa visita de Dulce y sus hijos a la capital, Lorenzo se sintió más seguro y decidido que nunca sobre su futuro con Dulce. La aceptación y el entusiasmo que había experimentado tanto de la familia real como de sus propios sentimientos hacia Dulce y sus hijos le dieron la confianza necesaria para dar el siguiente paso importante en su relación. Con el deseo de formalizar su compromiso y unir sus vidas para siempre, Lorenzo decidió que era el momento adecuado para pedir la mano de Dulce en matrimonio.

Preparó su visita al ducado con mucho cuidado y consideración. Sabía que este gesto no solo era una formalidad, sino un acto de respeto hacia Dulce y su familia, y quería hacerlo de una manera que reflejara la seriedad de sus intenciones. Lorenzo organizó una delegación que incluía a algunos de los miembros más cercanos de la corte, quienes estaban allí para apoyar su propuesta y para demostrar la importancia del evento.

El viaje al ducado se realizó en un carruaje real adornado con los emblemas del reino, y Lorenzo iba acompañado de un séquito de guardias y consejeros. La anticipación era palpable, y el viaje fue cargado de emoción y nerviosismo. Lorenzo sabía que la propuesta de matrimonio era un gran paso, especialmente considerando la vida que Dulce había construido en el ducado y la profunda conexión que tenía con su familia y sus hijos.

Al llegar al ducado, Lorenzo y su séquito fueron recibidos con gran respeto. La noticia de su visita se extendió rápidamente, y todos en el ducado se preguntaban qué podría estar planeando el príncipe. Dulce, al enterarse de la llegada de Lorenzo, sintió una mezcla de emoción y nerviosismo. Había estado esperando este momento con ilusión, pero también con una pizca de inquietud, sabiendo que su respuesta tendría un impacto significativo en sus vidas.

El encuentro se llevó a cabo en el elegante salón de recepción del palacio del ducado. La sala estaba decorada con flores frescas y luces suaves, creando un ambiente acogedor y ceremonial. Dulce estaba acompañada por sus padres, quienes se mostraron igualmente emocionados y un poco nerviosos por la ocasión. Lorenzo, al llegar, se acercó con una sonrisa sincera y una actitud de respeto y cariño.

— Dulce, es un honor estar aquí contigo y con tu familia —dijo Lorenzo, inclinándose ligeramente en señal de respeto—. Agradezco profundamente la oportunidad de hablar contigo y presentar formalmente mi propuesta.

Dulce, con el corazón latiendo con fuerza, asintió y sonrió. Sus padres se ubicaron a su lado, mostrando un apoyo firme y una actitud abierta hacia la conversación.

Lorenzo se volvió hacia ellos y continuó con una voz llena de sinceridad:

— Vuestra Majestad, Señor y Señora Camargo, he llegado hoy con el propósito de pedir la mano de vuestra hija, Dulce, en matrimonio. Desde que la conocí, he admirado no solo su valentía y dedicación, sino también el amor y cuidado que muestra hacia su familia y su comunidad. Mi intención es unir nuestras vidas de manera formal y construir un futuro juntos que refleje los valores que compartimos.

La sala se llenó de un silencio expectante mientras Dulce y sus padres absorbían las palabras de Lorenzo. Dulce miró a Lorenzo con una mezcla de emoción y consideración. Sabía que esta propuesta no solo era un reconocimiento de su relación, sino también un compromiso serio que afectaría a todos en su vida.

Finalmente, después de un momento de reflexión, Dulce tomó la mano de Lorenzo con una sonrisa emotiva.

— Lorenzo, acepto tu propuesta con todo mi corazón. Lo que has mostrado a lo largo de nuestro tiempo juntos ha sido un verdadero testimonio de tu carácter y de tus sentimientos hacia mí y mis hijos. Aceptar tu mano en matrimonio es un paso importante, pero estoy lista para enfrentar este nuevo capítulo con amor y esperanza.

El rostro de Lorenzo se iluminó con una sonrisa de alegría y alivio. Se inclinó y besó suavemente la mano de Dulce, un gesto lleno de respeto y afecto.

— Gracias, Dulce. Estoy emocionado y agradecido por tu respuesta. Juntos, construiremos una vida basada en el amor, el respeto y el compromiso mutuo.

Los padres de Dulce, al ver la sinceridad en los ojos de Lorenzo y el amor genuino entre él y su hija, dieron su bendición con calidez y alegría. Fue un momento emotivo y significativo, no solo para Dulce y Lorenzo, sino también para todos los presentes que eran testigos de esta unión.

Con la propuesta aceptada, los preparativos para la boda comenzaron de inmediato. La noticia se esparció rápidamente por el ducado, y la celebración que siguió fue un reflejo de la profunda conexión entre Dulce y Lorenzo. La boda fue organizada con gran cuidado, combinando elementos tradicionales con toques personales que reflejaron la vida y el amor compartido por Dulce y Lorenzo.

La ceremonia, celebrada en la majestuosa capilla del ducado, fue un evento lleno de emoción y alegría. Dulce, vestida con un elegante vestido de boda, caminó por el pasillo con una mezcla de nervios y entusiasmo. Lorenzo, en su uniforme de príncipe, la esperaba con una mirada de admiración y amor. La ceremonia, presidida por un sacerdote, fue un hermoso testimonio del compromiso y la unión entre ellos.

Los votos matrimoniales que intercambiaron fueron llenos de promesas sinceras y amor eterno. Dulce y Lorenzo se comprometieron a apoyarse mutuamente, a construir una vida juntos basada en el respeto y la dedicación, y a criar a sus hijos con amor y cuidado.

Después de la ceremonia, la celebración continuó con una recepción llena de alegría y festividades. Familiares, amigos y miembros de la comunidad se unieron para celebrar la unión de Dulce y Lorenzo. La fiesta fue una mezcla de tradiciones y momentos especiales que reflejaron el viaje y el amor compartido por la pareja.

A medida que la noche avanzaba, Dulce y Lorenzo disfrutaron de su primer baile como pareja casada, rodeados por sus seres queridos y el calor de la celebración. Fue un momento de felicidad pura, un reflejo del nuevo capítulo que comenzaban juntos.

Con el paso del tiempo, la unión de Dulce y Lorenzo se consolidó, y su vida juntos se convirtió en una historia de amor y compromiso que inspiró a todos a su alrededor. La familia real, el ducado y la comunidad en general vieron la relación de Dulce y Lorenzo como un ejemplo de cómo el amor verdadero y el respeto mutuo pueden superar barreras y construir un futuro lleno de esperanza y prosperidad.