En la oscura y remota ciudad de Freshber, una historia de sangre y magia ha dejado cicatrices profundas en sus habitantes. Hace siglos, una tragedia envolvió a la ciudad en terror cuando los Cazadores desataron una implacable cacería, exterminando a brujas y vampiros por igual. El miedo y el odio se entrelazaron en las calles, convirtiendo a Freshber en un lugar de sombras donde los seres sobrenaturales fueron perseguidos hasta casi la extinción.
Liz Asiria, una joven sirena con la habilidad de la hechicería, ha vivido toda su vida en aislamiento, bajo las estrictas reglas impuestas por sus padres para protegerla de un mundo que ella apenas conoce. Encerrada en los confines de su hogar, sale unicamente para ir a la escuela y ajena al sombrío pasado de Freshber, Liz anhela la libertad, sueña con explorar la ciudad y encontrar su lugar en un mundo que le es desconocido.
Pero cuando Liz decide desafiar las reglas y se aventura en las calles de Freshber... La historia comienza:
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Capítulo 11: Ahora sabe quien soy en realidad
Por la mañana, como cada día Liz salió de casa en dirección a la escuela. Sin embargo, algo la detuvo por unos instantes, por primera vez desde que vivía allí, sus ojos se desviaron hacia la casa de enfrente. ¿Estaría Demian aún allí, o ya habría salido? Se preguntaba Liz, para su sorpresa, justo en ese momento, la puerta se abrió y allí estaba él, a punto de salir, con la mente diatraida y claramente en otro lugar. Liz se dio la vuelta rápidamente, rogando en silencio que él no la hubiera visto mirándolo. Su rostro se enrojecio mientras la vergüenza la invadía.
Por otro lado, Demian estaba tan absorto en sus pensamientos que ni siquiera notó la presencia de Liz. Continuó su camino hacia la Universidad Gladius-B, situada en las afueras de la ciudad de Freshber. Estaba en su segundo semestre de Lingüística Forense, una disciplina que se le daba de manera natural.
Liz suspiro fuertemente y continuo su camino hasta llegar a la preparatoria Mox-A. Como cada día, se encontró con Melissa en la entrada y la saludó con entusiasmo.
"¡Mel, hola!" —exclamó Liz, sonriendo.
"¡Liz!" —respondió Mel, devolviéndole la sonrisa.
Caminaron juntas por el corredor de la escuela hasta llegar a sus aulas. Al entrar al salón, se sentaron en sus respectivos asientos, preparándose para la clase de Inteligencia Artificial y Robótica. Hoy, el profesor, conocido por ser muy estricto, les había pedido que trabajaran en parejas para continuar con su proyecto de asistente doméstico robótico.
Mientras trabajaban, Liz notó que Mel estaba tensa y distraída. No estaba ayudando mucho con la programación, algo muy inusual en ella.
"¿Qué te sucede, Mel?" —preguntó Liz, preocupada al ver a su amiga así.
"Nada, Liz... Solo me siento un poco tensa... No quiero graduarme aún" —dijo Mel, llena de angustia y preocupación.
"¿De qué hablas? Hace unos días estabas ansiosa por la graduación y ya querías ser universitaria. ¿Qué cambió tan de repente?¿Te han dicho algo tus padres?" —preguntó Liz, desconcertada.
"Son problemas familiares. Mi familia me ha prohibido hablar de ellos con alguien más, pero confío en ti plenamente. Te conozco desde que éramos pequeñas. No sé cómo decírtelo y aquí no es un buen lugar" —dijo Mel, claramente confundida y angustiada.
"No te preocupes, Mel. ¿Qué te parece si lo hablamos en nuestro lugar seguro a la hora de la comida? "—propuso Liz, aún más preocupada y llena de incertidumbre.
"Me parece una buena idea. Mientras tanto, buscaré la forma de explicártelo" —respondió Mel, cabizbaja.
Liz asintió y le dio un abrazo rápido a su mejor amiga antes de continuar con su trabajo. Las horas parecieron eternas despues de esa pequeña conversación, hasta que llegó la hora del almuerzo. Ambas fueron a la cafetería a comprar sus bocadillos y luego se dirigieron a su lugar favorito al final del jardín, justo debajo del gran árbol de jacarandas.
Sentadas bajo el árbol, Liz rompió el silencio.
"Mel, ya estamos aquí. Cuéntame, ¿qué está pasando?" —dijo, mirándola con preocupación.
Mel respiró hondo antes de hablar.
"Liz, debes prometerme qué jamás le dirás a alguien sobre esto" —dijo Mel mirando a los ojos de Liz de manera muy seria.
"Puedes contar con eso Mel" —dijo Liz muy seria y decidida.
Es sobre mis padres, ellos quieren que siga con la tradición familiar una vez que me gradúe, ya que ese dia sera mi cumpleaños de mayoría de edad, pero creó que no estoy lista. Es mucha responsabilidad y no sé si puedo con todo eso. Todo esto me tiene muy angustiada, la carga de responsabilidad recae solo en mí" —confesó Mel, con los ojos llenos de lágrimas.
Liz tomó la mano de su amiga y la apretó con fuerza.
"No estás sola en esto, Mel. Sea lo que sea, cuentas conmigo, tu siempre me tendrás a mí, para superar todo lo que se nos atraviese en el caminó y yo se la clase de persona que eres, por lo que no dudo ni un segundo en que seras capaz de llevar a cabo tu legado" —dijo Liz con determinación.
Mel sonrió débilmente, sintiéndose un poco más aliviada por tener a Liz a su lado. Sin embargo, sabía que esto era más complicado de lo que parecía por lo que debía escoger bien sus palabras desde ahora.
"¿De qué se trata todo eso de la tradición familiar?" —preguntó Liz, llena de curiosidad.
"Prométeme que esto jamás cambiará nuestra amistad en lo más mínimo, Liz" —dijo Mel, mirándola fijamente a los ojos.
"Te lo prometo, Mel. Pero deja de preocuparte tanto, me estás asustando con todo esto." —dijo Liz, aún más confundida.
"Hay algo que nunca te he dicho y tampoco creo que sepas algo de esto, ya que tu familia no es originaria de Freshber y esta tradición se remonta a siglos atrás de su llegada. Recuerdo bien cuando te mudaste aquí en primer año de primaria" —dijo Mel, muy seria.
"Me estoy perdiendo, Mel. ¿A qué viene todo esto?" —preguntó Liz, confundida.
"Verás, Liz, esta ciudad tiene una historia que muy pocos recuerdan, la gran mayoría de la población ya olvido lo que sucedió, sin embargo hay una pequeña minoría que jamas olvidara la tragedia. Entre esos pocos está mi familia, que ha pasado de generación en generación esta responsabilidad para evitar que vuelva a suceder algo terrible... Mi familia es parte de una organización llamada Los Cazadores de las Sombras" —dijo Mel, armándose de valor.
"¿Los Cazadores de las Sombras? ¿Qué es eso, Mel?" —preguntó Liz, aún más confundida.
"Es una organización dedicada a la caza de seres sobrenaturales conformada por 3 familias originarias de Freshber y entre esos esta mi familia, los Norden, nosotros somos la cabeza de esta organización. Además esta la familia Fasc y la familia Denvel. Sé que suena absurdo, pero hace varios siglos mi familia fundó este grupo para cazar vampiros y brujas que existían en aquel entonces. Sé que parece increíble y que tal vez no me creas, pero en verdad existieron estos seres horrorosos. Si no fuera por todos nosotros, los humanos habríamos desaparecido por culpa de esos monstruos." —explicó Mel, defendiendo su legado y mostrando su repudio ante los seres sobrenaturales.
"Esto... Yo… No sé qué decir, Mel. Estoy muy confundida, es demasiado para mí." —dijo Liz, preocupada, porque sentía que no conocía a su mejor amiga y mucho menos la historia de esa ciudad.
"No te asustes, Liz. Sé que no crees en estas cosas y suena aterrador, pero no tienes nada que temer, una vez que me gradúe, yo tomaré el mando de la organización y liderare junto a los otros dos integrantes de aquellas familias. Por eso tengo miedo y me siento abrumada por la enorme responsabilidad, sin embargo mientras pueda protegerte y al resto de las personas, puedo enfrentarme a esto. No debía decírselo a nadie, pero eres mi mejor amiga y sé que puedo confiar en ti sin ser juzgada." —dijo Mel, al fin aliviada por haber confesado su secreto.
"Agradezco mucho que confíes en mí para contarme esto, pero necesito tiempo para asimilarlo. Es demasiado para mí. Sin embargo, como te prometí, esto no cambiará nada entre nosotras, solo que tengo tantas preguntas en mi cabeza y es que yo jamas había escuchado sobre algo cono esto." —dijo Liz, atónita y llena de preocupación por lo que acababa de descubrir.
"No te preocupes, Liz, lo entiendo. Cuando mis padres me lo confesaron hace ya varios años me sentí igual, ellos me obligaron a entrenar como cazadora al grado de abandonarme a mitad de la nada a las afueras de la ciudad, para valerme por mi misma y aplicar todos los conocimientos adquiridos, tuve que hacer uso de los remedios de hiervas para curarme cuando un animal me hirió, no era la única que estaba ahí, también estaban los otros dos miembros aliados de la organización, todo eso también fue difícil de asimilar para mí, tenía miedo en aquel entonces. Pero ahora estoy muy feliz de poder compartir esto contigo, me hace sentir que ya no estoy sola en esto." —dijo Mel, comprensiva y aliviada.
"Mel... Solo quiero comprender algo más, ¿Quienes son ellos? ¿Cómo son? -dijo Liz tratando de entender de quienes hablaba.
"Se trata de Brenn Denvel la última vez que lo vi fue hace 5 años y era un debilucho, alto de piel morena, bien parecido, pero seguro que cuando lo vea en mi ceremonia de sucesión ya será alguien digno de llamarse cazador y también esta Aldric Fasc a él lo vi hace poco, me llevo un obsequio, un arma de purificación, para eliminar a los seres sobrenaturales, diría que es de estatura media, piel blanca, fortachon y muy serio, ellos son los que estarán ayudándome con esta tarea." -Dijo Mel tratando de disipar la duda de Liz.
Después de eso ambas se quedaron en silencio, disfrutando de la compañía mutua durante el resto del receso, mientras comíansu almuerzo.
Al volver al salón de clases, Liz tenía la cabeza llena de preguntas. No podía creer todo lo que su mejor amiga le había dicho. ¿Cazadores de las Sombras? ¿Vampiros y brujas malvados? ¿Familia Fasc y Denvel? Todo parecía sacado de un cuento de terror. Pero lo peor era la preocupación de que, si Mel descubría el secreto de Liz aunque fuera por error, podría perder a su mejor amiga para siempre y tal vez algo trágico se desataria.
Las preguntas y el miedo la invadían, llenándola de angustia. Durante el resto de las clases, Liz no podía concentrarse. Los conceptos de inteligencia artificial y robótica parecían lejanos e irrelevantes comparados con el peso de lo que acababa de descubrir. Su mente vagaba, repasando una y otra vez la conversación bajo el árbol de jacarandas, pensando que esto solo era la punta del iceberg.
Finalmente, llegó la hora de salir. Liz recogió sus cosas lentamente, tratando de ordenar sus pensamientos. Mientras caminaba hacia la salida, Mel la alcanzó.
"¿Estás bien, Liz? Has estado muy callada desde el almuerzo." —preguntó Mel, con una mirada preocupada.
Liz intentó sonreír, pero no pudo evitar que la inquietud se reflejara en sus ojos.
"Sí, estoy bien... Solo que fue mucho para procesar. Necesito tiempo para asimilar todo lo que me contaste el dia de hoy." —respondió Liz, intentando sonar tranquila.
"Lo entiendo. Gracias por escucharme y no juzgarme. Sé que es mucho pedir, pero necesito a alguien en quien confiar, que este conmigo cuando llegue el gran dia." —dijo Mel, apretando cariñosamente el brazo de Liz en señal de agradecimiento.
"Siempre estaré aquí para ti, Mel, solo necesito algo de tiempo, es todo." —dijo Liz, devolviendo el gesto con un abrazo rápido.
Mientras se despedían y tomaban caminos separados, Liz se dio cuenta de que tenía que ser aún más cuidadosa a partir de ahora. Su propio secreto, ese que había mantenido oculto incluso de Mel, era algo que debía proteger con más fervor que nunca. Con el corazón acelerado y la mente llena de incertidumbres, Liz caminó hacia su casa, sabiendo que, aunque el día había terminado, las complicaciones apenas comenzaban.
a ver qué pasará /Hey/
O Demian o Basil. 🙂🔪