Demetri Volkova, El Mafioso Cautivado Por Una Mirada

...CAPÍTULO. 11...

Mientras que en la actualidad Demetri se alista y sale con sus amigos a un bar muy reconocido, con un ambiente agradable a orilla de la playa, Rebeca se encuentra sentada en el ventanal de su casa esperando a que su mamá llegue, siendo consentida por su hermano mientras ella pasa su mano por su vientre y recuerda al estúpido del padre de esa semillita que lleva en su vientre y que desde muy temprano le está dando lidia, pero no por los malestares sino por la cantidad exorbitante de antojos.

REBECA

Recuerdo que después de ese gran susto en esa mansión y de llegar a mi hogar con el corazón en la boca, decidí no trabajar más en casas de familia, mi querida madre le iba a dar algo cuando se enteró de lo sucedido y mi hermano Roger me miraba con orgullo diciéndome que darme su bate había sido bien acertado de su parte, y para que contrariarlo si en esos momentos es cuando más agradecí cargar con el bendito bate hacia el trabajo.

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Los días fueron trascurriendo, pero las noches eran como si dormir fuese una gran tortura, no podía cerrar mis ojos cuando ya el rostro de ese hombre aparecía en mis sueños, su mirada tan penetrante, sus facciones de rudeza, sus brazos que se notaba que se daba largos encuentros de ejercicios y sin dejar de hablar de sus pectorales, abdomen, todo lo que aparecía en mis sueños, era esa bestia sobrenatural, dándome un beso que me arrebataba hasta el alma, pero digo bestia porque realmente no parece de este mundo o bueno a mis ojos lo veo asi.

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No había una noche en la que no dejara de pensar en él, pero ese encuentro no fue el mejor y me daba miedo el solo pensar que sería un rufián maleante, aunque mi lado perverso me decía, que importa sea lo que sea es un papacito y tenerlo entre las sábanas sería un delirio.

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Mis amigas, cada día me apoyaban más, incluso me propusieron ser su socia, ellas con sus ahorros abrirían una pequeña cafetería y querían que yo fuese la encargada del local, la idea no me pareció descabellada y para no trabajarle a nadie acepte la propuesta, por fin mi vida cambiaria su rumbo, estaría tranquila, reuniría dinero y asi podría comenzar mis estudios.

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A los cuatro meses, nuestra cafetería era muy popular, llegaba mucha clientela, claro era un buen punto estratégico el que escogieron Stefani y Samantha, llegaban chicos de la universidad y sobre todo los fines de semana cuando había partido de beisbol los padres me hacían encargos de meriendas para los chicos y eso nos dio una excelente idea y fue expandir el negocio, en el que ofreceríamos servicios de pasabocas y bebidas para fiestas.

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Mi madre y mi hermano estaban muy contentos, nuestra situación financiera comenzaba a mejorar a tal punto de pedirle a mamá que dejara su trabajo y me ayudara con el negocio, lo pensó mucho, pero a la final Roger y yo logramos convencerla, todo un éxito, mis amigas más que contentas, Samantha ya muy poco la veía por la cafetería porque el noviecito que se gasta es una joyita, y por más que se lo digo no presta atención.

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Yo de lo más emocionada, de como mi vida dio un giro inesperado, por fin me tocaba las maduras, ya tantas verdes me tenía agria, pero no todo es color de rosa, todo cambio ese día en el que una de las chicas que enviamos hacer entregas no pudo asistir.

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Era una boda, un evento importante, de personas muy adineradas, pero la chica que se casaba estaba embarazada y le encanta tomar café y comer deliciosos postres en nuestra cafetería, y fue tanto asi que me contrato para ofrecer los servicios en su matrimonio y yo encantada sin saber lo que me esperaba.

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Fue el día más feliz y a la vez más doloroso de mi vida, de lo más normal suplanté a la chica encargada de ayudar con el pedido, asi que cuando llegamos todo estaba hermoso, siempre he querido casarme y tener boda inolvidable, pero ya eso que veían mis ojos era un sueño, como un cuento de hadas.

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Me encontraba distraída dando instrucciones para que la bebida quedara donde lo habían ordenado, además ayude a cargar algunas cajas, cuando ahí estaba él, el causante de mis desvélos, el actor de mis sueños más puros e impuros también, el demonio que me llevaba a la lujuria, y como si de estar conectados se tratara se acercó a mí, sin decir una sola palabra se apoderó de mis labios.

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Lo deseaba, claro que lo deseaba, es como un sueño hecho realidad, sus brazos se apoderaron de mi cintura y sin pedir permiso me devoró con sus deliciosos labios, un beso que hacía que mi cuerpo se estremeciera como si de un choque eléctrico se tratara.

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Sin rechazos, ni reclamos, ni palabras, ese hombre me llevo a la casa que supongo era de empleados por lo apartada y pequeña que era, pero muy acogedora, sin desprenderse de mis labios dándome solo pequeños segundos para tomar aire y seguir con sus besos, me tomo de mis glúteos y me cargo como si levantara una pluma, yo ni corta ni perezosa enrede mis piernas en su cintura y me subió a la habitación.

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Nunca nos dijimos nombres, en ese momento no era necesario, solo nos decíamos lo tanto que nos gustábamos, lo que nos deseábamos y lo tanto que habíamos pensado el uno en el otro, la ropa empezaba a estorbar y poco a poco fue desapareciendo, dejando apreciar el monumento de hombre que tenía al frente.

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Sus besos recorrieron cada centímetro de mi piel sus caricias iban más allá de un simple roce de piel, sus labios en mi intimidad incitaban a pedir más y más, fui al cielo, baje al infierno y me traía a la realidad pidiéndome que abriera los ojos y lo viera, recuerdo cuando al oído no se cansaba de decirme que era solo de él y que si alguien más colocaba sus manos en mí se las cortaría, algo fuera del romanticismo, pero ese nivel de posesión me encanto, no voy a negarlo me encantaba escuchar a ese ruso decir que solo le pertenezco a él.

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Cuando entro en mí sentía que me partiría en mil pedazos, su rusito wow sí que es grande, al principio lo hizo con mucha delicadeza, pero después hasta yo mismas pedía que me diera más y más, sin parar, a pesar de ser mi primera vez, de perder mi virtud con ese bombón, no quería que se detuviera, era tanto el placer que sentía, que no deseaba separarme de él.

Después de haber llegado varias veces a la sensación más deliciosa y en diferentes posiciones, me quede dormida, sentía que ya mi cuerpo no aguantaba más, no sé cuánto tiempo paso que después sentí como sus dedos rozaban mi piel recorriendo desde mis hombros hasta el inicio de mis glúteos, me desperté con una sonrisa y verlo sonreír fue la imagen más hermosa que quedó grabada en mis pensamientos.

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Volvimos a hacer el amor varias veces más, era algo adictivo, delicioso, maravilloso, ahí fue donde entendí lo que querían decir las locas de mis amigas cuando tocábamos estos temas.

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Mi ruso estaba recuperando su respiración y me dijo que volvería, que tenía que estar un momento en la boda, solo asentí como una tonta, pero en ese momento recordé, la boda, los pasabocas, las bebidas, quería desaparecer en ese momento, y después de que él se fuera, yo más atrás comencé a arreglarme, pues tenía ese compromiso que era importante para seguir creciendo, esperando por las buenas recomendaciones.

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Después de estar medio presentable salí de la casita y cuando me dirigía a la cocina, todos gritaban, ya los novios se van, ya se van y fue ahí cuando lo vi con la novia, esa chica embarazada quien mataba sus antojos en la cafetería.

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Ahí lo entendí todo, solo fui un juguete, él es el novio, estaba recién casado, y con una hermosa mujer que pronto le daría un hijo, que podía esperar yo de un hombre como él, hermoso, millonario y un toro en la cama, mis lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, no podía detenerlas y con mi corazón destrozado salí corriendo de allí sin mirar atrás.

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Hola mis amores, espero estén disfrutando de esta historia, gracias por su apoyo, sus comentarios , ❤️❤️