Sebastián, un gran mercenario y mano derecha del hombre más temido del país, termina siendo asesinado por azares del destino o quizás por su propia voluntad. Por los daños causados a otras personas deberá redimirse para tener la oportunidad de reencarnar en el cuerpo de alguien más, para eso tendrá que vivir la vida de otra persona.
¿Podrá hacerlo?
¿Qué tan difícil será adaptarse a su nueva vida?
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Fantasma
En otro lugar, muy cerca de la frontera entre Nala y Norten, se encontraba el ejército más grande de todo el continente. El emperador estaba ansioso esperando noticias de su hija y nietos, ya que al enviar a alguien más para que realice el trabajo no lo dejaba tranquilo, incluso si esas personas eran las mejores en lo que hacían.
—Majestad, llegó el mensajero— informó un soldado
—Hazlo pasar de inmediato— pidió
—Majestad, la princesa se encuentra bien, está a salvo. Informó que lo planeado se llevará a cabo mañana por la mañana, cuando el archiduque Vorgues, se dirija al palacio—
—Eso es algo que no teníamos contemplado. Pelear con ese hombre será más difícil de lo que podríamos imaginar. ¡Manden llamar al comandante Nerón!, su misión será rescatar a mi hija— ordenó
Aquel comandante era el mejor de todo el imperio, lo apodaban el fantasma, pues nunca fallaba en sus misiones y sus enemigos jamás se daban cuenta de que el los asechaba hasta que daban su último suspiro, no había ningún otro ser más apto que él para lograr ese trabajo.
Las órdenes del emperador fueron cumplidas y en cuestión de horas, el comandante ya tenía nuevas órdenes, no sabía los detalles, solo le bastaba saber que eran órdenes directas de su emperador, eso hacía que las cumpliera sin decir una palabra.
—«Salvar a la hija de su majestad, es algo diferente, espero que sea divertido»— pensaba, mientras ponía trampas por el lugar donde pasaría la caravana del archiduque, en el camino rumbo al palacio.
La mañana llegó y ya todo estaba listo para comenzar el camino para ver al emperador, el archiduque necesitaba explicaciones y corroborar que efectivamente, el príncipe estaba con él. La caravana de mil soldados y dos carruajes, avanzaron hacia su destino. Ya iban a medio camino cuando de pronto, comenzó una serie de explosiones que causaron confusión entre los soldados. Los carruajes se detuvieron y una batalla campal inició, había fuego por todas partes, nadie sabía de dónde venía, los hombres se quemaban vivos y solo se podían escuchar sus gritos. Creían que eran atacados por otras personas, pero su sorpresa fue que en realidad solo era producto de su imaginación, lo que estaba atacando a los hombres, no eran humanos, sino sombras negras de diferentes formas y tamaños, podían ejercer daño considerable a los soldados, todo seguía su rumbo y entonces los carruajes se tambaleaban.
—Sácanos de aquí— gritó el archiduque
A su carruaje lo dejaron ir, pero el de Alana fue detenido por las sombras, era como un pequeño pozo negro. La chica no sabía si en realidad era la gente de su verdadero padre, pues no le dijeron nada sobre sombras negras y mucho menos que la atacarían directamente a ella, sino que pelearían entre todos y en un momento de la batalla, ella resultaría herida.
—Avancemos— pidió
—Lo siento Majestad, pero no podemos, estamos atascados— informó el cochero y enseguida salió corriendo
—Carajo, entonces tendré que aparentar querer huir, si es que no llegase a tratarse de la gente del emperador, entonces si estaría en peligro— se decía a si misma
Estaba a punto de abrir las puertas del carruaje cuando escuchó una voz, que provenía desde afuera.
—Alteza, se que está adentro. Haré lo que me pidieron, de antemano pido disculpas— se escuchó una voz masculina y de un jalón abrió las puertas, llevando una daga en su mano, sin embargo y contrario a lo que se esperaba, al ver a Alana, quedó petrificado.
—¿Qué espera?, hágalo de una vez— dijo algo molesta y decepcionada —¡Nooo, por favor ayuda, por favor!— gritaba para darle más realismo a la situación
Después de aquello, aún nada pasaba. Fue ahí que tomó una decisión, con la daga en mano de aquel hombre, la jaló hacia su cuerpo y terminó apuñalando su abdomen, causando un gran dolor en ella y una pérdida de sangre a su cuerpo. Hasta este punto fue que el hombre reaccionó, pues Alana ya tiraba sangre por la boca y su respiración se volvía cada vez más lenta.
—Ana, ¿qué hiciste?, ¿por qué tenías que ser tú?— con una expresión triste y de dolor el hombre reclamaba, pero no podía hacer mucho en ese momento.
De vuelta a la realidad, el hombre ordenó a las sombras que lo cubrieran a él y Alana, para así ser llevados a un lugar seguro, no sin antes dejando ver ante los soldados del archiduque, a una emperatriz sin vida y siendo raptada por el enemigo.
Pronto llegaron a una pequeña cabaña donde ya los esperaban gente que podría sanar a Alana y se pusieron manos a la obra.
—¿Cómo es posible que esta mujer sea la princesa, hija del emperador?— cuestionaba el comandante a uno de los encargados del lugar
—Como lo leyó en la carta de su majestad, ella es la hija perdida de años atrás. Fue ella quien encontró a su majestad y demostró ser su verdadera hija, además todo esto fue su plan. ¿Por qué le sorprende tanto comandante?— explicó y la duda llegó a su mente
—De todas las tareas que me dieron para cumplir en Nala, ella fue una de esas tantas, la conocí hace algún tiempo— contó, pues pudo darse cuenta del cambio de expresión de su compañero
—Agradecemos por su gran trabajo comandante, ahora ya puede retirarse y seguir con lo que se le había pedido anteriormente— de una manera educada, lo estaban echando del lugar
—Me asignaron al cuidado personal de su alteza, el mismo emperador fue quien lo pidió, así que no me separare de su lado, con permiso— informó y se salió de la habitación
—«¿Por qué tenías que ser tú Ana?, creí que jamás volvería a verte y ahora resulta que tendré que cuidar de ti todos los días. Tal vez en este momento me odies por lo que te hice, pero no tenía opción, espero que puedas entenderlo»—
Su mente no dejaba de dar vueltas y de pensar en lo que había sucedido anteriormente.
Si no les gusta pasen a otra novela y no jordán a los demás y si tan incas son aún sus propias novelas 🤷 🙄