La promesa que le hizo a su padre en la tumba, ha hecho de Agatha un gran abogada, rigiendo su vida en base a esa promesa, pero parece que este nuevo caso tendrá que desestabilizar todo su mundo y esas bases. Parece que este va a ser su peor juicio, porque ese hombre de ojos verdes la vuelve cada vez más loca.
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magnifico semental
Rafael la miró y abrió su boca en un gran gesto de sorpresa y comenzó a mover sus mano para exagerar su sentimiento
-¿Qué te dijo? ¿Qué te hizo? - preguntó él con una voz aún más chillona
-No me hizo nada... - Agatha volteo los ojos y cedió ante la mirada de su amigo - y se llama Alexandre Morozova
Rafael la miró con los ojos entrecerrados, sabía que ella no le estaba diciendo todo, ella era como una fuego ardiente en medio de la oscuridad, atraía a cualquiera, colocó el nombre en el buscador de su celular y apareció el hombre en cuestión, solo se sorprendía cada vez más con las fotos que veía, miraba a Agatha y miraba el celular, le dio una gran sonrisa traviesa a su amiga
-Ahora me dirás, cómo sabes que este magnifico semental no es gay? - rafael solo giro el celular señalando una foto de Alexandre, la foto había sido tomada en una alfombra roja de algún evento, estaba serio y vestido formal, con su cabello negro arreglado para atrás y estaba con una barba arreglada, sus ojos verdes destacadas sobre su cabello negro y llevaba una bufanda roja a juego que le quedaba perfecta sobre el traje negro y blanco
-dijo que sentía curiosidad por mi - Agatha repitió con indiferencia, no significaba nada, solo le generaba cierta desconfianza por el ruso
-Que? - Rafael apretó el ceño sin comprender al ciento por ciento - que significa eso? … Pero tengo seguridad que no fue esa oración tan ridícula que te dejo con la seguridad que el hombre no es gay
-No, es su presencia, los dos hermanos tienen esa energía tan fuerte - Agatha artículo con sus manos como si tuviera algo entre ellas - tiene algo que te dice, alejate, cuidado, soy poderoso, respetame… pero hoy que estuve al lado de Alexandre, lo sentí tan seguro de sí mismo, pero también tenía un aura de tristeza tan profunda.
-Uau … siempre te has dejado guiar por tus presentimientos con las personas y la mayoría del tiempo aciertas, tengo miedo de ese tu tercer ojo - se burló Rafael
-No es un tercer ojo, es experiencia de la vida - se defendió Agatha
-Amor mio te faltan cabellos blancos en esa dulce cabeza para que te crean - Rafael se echó a reír.
-Me voy, tengo varias semanas que no visito a mamá y cuando empiece el juicio de este caso, se que no tendré tiempo para verla
Agatha se levantó y tomó su bolso con las ropas para cambiarse, que la mayoría del tiempo no usaba pero llevaba por precaución en caso de algún accidente.
-Huye cobarde, pero quiero saber mas de ese dulce ruso, grrrrrr - rafael comenzó a arreglar algunas cosas para cerrar su estudio de baile
-La foto que me mostraste esta desactualizada, ya no tiene la barba y su cabello esta mas largo
Dicho esto Agatha salió del estudio, dejando a su amigo con un millón de preguntas, sabía que si Rafael se interesaba en un hombre, se podría decir que se obsesionaba, una obsesión saludable y que no lastimaba a nadie, era más curiosidad. Y a su amigo le había fascinado su nuevo cliente.
Condujo a casa de su madre, vivía a treinta minutos del centro de nueva York, más lejos de lo que ella deseaba, pero era la casa en la que había crecido y su madre no la dejaría por nada en el mundo, para ella era lo único que le quedaba de su difunto esposo. Como siempre al recordar a su padre, Agatha sentía una punzada en el pecho, no importa cuantos años pasen, añoraba a su padre.
Estaciono el auto enfrente de la casa y bajo, ya con una sonrisa, le envió un mensaje rápido a Magnum que se quedaría en la casa de su madre.
-Mama, llegue - Agatha entró usando su llave y escuchó a su madre bajar las escaleras.
-Agatha mi niña - Andrea saludo a su hija con una gran sonrisa y un abrazo - me hubieras avisado que venías, te tendría lista una cena más agradable
-Estas bien mami con un pan y huevos, estoy perfecta - Agatha subió las escaleras y fue para su habitación.
Hacía cinco años que se había mudado de su casa pero su madre nunca había sacado ni un objeto personal. Agatha le encantaba porque podía ir a la casa de su madre, confiada en que tendría todo para su higiene personal, se dio una ducha larga, para relajarse y lavar su cabello, quitar todo el sudor de la danza y quedar limpia, se pasó las cremas necesarias para hidratar y mantenerlo y luego salió para hacer su rutina, le generaba un placer pasar crema en todo su cuerpo, con aroma a cereza, sentir su piel hidratada, luego pasaba los hidratantes en su rostro y por último unas cremas para peinar, luego de terminar sentía que se había quitado kilos de encima y estaba leve como una pluma, se colocó un shorts cortos una camisa pequeña. Con eso estaba cómoda.
-La semana pasada luego de que te fuiste me visitó una amiga con su hijo que la estaba visitando y se quedó embelesado con el aroma que dejaste en la casa, tenía tanta curiosidad de conocerte - su madre ya le tenía listo las dos rodajas de pan con huevos y queso - le dije que no estabas disponible, ya tienes novio.
-Magnum te manda saludos - le hablo Agatha comenzando a comer
-Tengo mucho tiempo que no lo veo, se que no le gusta mucho venir - su madre apretó los labios, evitando hablar de más, sabía muy bien que su yerno no se sentía bien en el barrio, si la visitaba dos veces en el año, era decir mucho.
-No pienso defenderlo, porque siempre discutimos por causa de eso, si, a el no le gusta venir, no creo que sea por ti, solo es un tonto indiferente - dijo Agatha irritada, por la falta de preocupación de su novio por su familia en general, el tambien habla con su madre.
-Mejor no hablemos de eso, no vamos a llegar a nada bueno - su madre se sentó a su lado para acompañarla en lo que comía - como está Tom?
-Esta bien, parece más tranquilo, bueno, eso hasta ayer en la noche -añadió Agatha
-Sucedió alguna cosa en la firma
-Si, nuestros clientes más importantes, fueron acusados de asesinato
-Los Morozova? - su madre quedó ligeramente impresiona con la noticia y solo alzo las cejas
Este capítulo fue una montaña rusa de emociones y yo encantada gritando en primera fila.
Cada línea me tuvo atrapada como si el Wi-Fi dependiera de tu historia.
¡No sé cómo lo haces, pero lo haces genial!
Gracias por escribir con tanta magia… y por dejarme con el corazón en suspenso como siempre.
¡Espero el siguiente capítulo como quien espera pizza en plena dieta: con emoción y ansiedad!