Eloisa se encontraba llena de tristeza mirando el cielo rojo que se pintaba con el atardecer, en su mente las imagines de su madre se hacían presente, recordaba con dolor la traición del hombre que le juro amor eterno, sentía que su vida ya no tenía sentido en tan poco tiempo había perdido tanto. No tenía idea por dónde comenzar, mientras caminaba perdida por la arena de la playa, se encontró con un perro, este la siguió por todo la playa, cuando Eloisa estaba apunto de subirse a su auto, el perro le ladro. Ella dejo que el perro entrara a su auto en la parte trasera, cuando llegó a su departamento, acomodo al perro en una esquina del pequeño balcón que tenía, le colocó agua y comida. Desde ese día su vida de Eloisa a cambiaría por completo, descubre que el pequeño perro que adopto es miembro importante de una numerosa familia que llevan semanas buscando al pequeño perro, ya que el dueño es el hijo mayor de la familia quien se encuentra en un viaje.
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Celos
Eloisa hizo sus maletas y las subió a su auto, el sábado llegó a la mansión a la hora de siempre, cuando Ximena escucho que Eloisa llegaba le mostró su lugar de estacionamiento, este estaba oculto de la vista de su hermano.
Eloisa metió sus maletas a la habitación que le había mostrado la señora Corsa, agradecía que la mansión fuera enorme, en una mitad vivía Ximena con su madre y la otra mitad era de Gonzalo, las habitaciones que se encontraban a lado de las habitaciones de Gonzalo estaban cerradas para que nadie fuera capaz de entrar y arruinar su sueño.
Eloisa desempaco mientras rojo estaba acostado en la alfombra de la habitación.
Termino y se sento en el jardín donde se encontraba Ximena tomando el sol. Su madre se encontraba cuidando sus flores.
- ¿ya estás instalada?, preguntaba Ximena
- Si gracias, decía Eloisa.
- Siéntete en tu casa, puedes tomar lo que quieras de la cocina, si tienes hambre, tu eres un miembro más de esta familia, decía Ximena sonriendo.
- muchas gracias.
La madre de Gonzalo se acercó y se sentó en uno de los camastros.
- Estuve pensando en todas las actividades que vamos a hacer juntas Eloisa, te prometo que no seré una carga.
- No lo veo así señora, decía sonriendo Eloisa.
- No me llames señora, dime Fabiola.
- Si Fabiola.
Esa noche Eloisa se quedó encerrada en su habitación desde temprano, le contaba a su amiga Mayra sobre el nuevo trabajo que le ofreció la señora Fabiola, Mayra le pedía que se cuidara que no confiara mucho en esas personas, tal vez todas eran igual que su hijo, personas sin corazón, dispuestas a lastimar a quien se pusiera en su camino.
Eloisa escucho la puerta, miró la hora eran las diez de la noche, imagino que Gonzalo ya había llegado, escucho a rojo ladrar, si no había duda Gonzalo ya estaba en casa.
Escucho que Gonzalo y rojo bajaban las escaleras, se asomo por la ventana a oscuras para no ser descubierta, miró a Gonzalo corriendo y jugando con rojo, el sonreía y lo abrazaba.
De pronto una sonrisa apareció en el rostro de Eloisa al mirarlos, después se alejó de la ventana, ella pensaba que Gonzalo era un buen tipo.
- No es un buen tipo, es frío y malvado, decía entre susurros, tratando de olvidar lo que hace pocos minutos había pasado por su mente.
Se fue a la cama, en la mañana acompaño a la señora Fabiola y a Ximena al aeropuerto, rojo se había quedado en la mansión.
La señora Fabiola besaba a su hija en la mejilla y lloraba.
- cuídate, llámame todos los días, cuéntame todo, voy a extrañarte cariño.
- Si mamá, tranquila todo va a estar bien. Regresare pronto.
Eloisa se despidió de ella.
- Cuida a mi mami.
- Tranquila, yo la voy a cuidar.
Eloisa abrazo a la señora Fabiola que lloraba, en el auto la señora Fabiola ya estaba más tranquila, llegaron a casa Eloisa y ella se sentaron a comer, mientras comían Eloisa le preguntaba a la señora Fabiola sobre su vida junto a su esposo, le parecía una gran historia de amor.
- Señora Fabiola, ¿su esposo era celoso?
- si un poco, sonrió la señora Fabiola.
Un día aún éramos novios, tenía un amigo que siempre el día de mi cumpleaños me regalaba unas flores, mi amigo decía que era mejor regalar flores en vida que en el panteón.
Lo conocía desde la secundaria, así que el día de mi cumpleaños llegó mi amigo a casa con el ramo de flores, cuando me miró con mi esposo muy amable dijo.
Buenas tardes, le mandan estás flores señorita Fabiola, le desean un feliz cumpleaños. Yo me acerque rápido a mi amigo y lo abrace.
El nervioso me decía Fabiola tu novio me mira molesto.
Tomé la mano de mi amigo y se lo presenté a Gonzalo.
Gonzalo, el es mi mejor amigo Manuel. Gonzalo le extendió la mano serio, yo quería saber que tan celoso era mi novio, si iba a soportar que yo tuviera amigos, no iba a dejar de hablar con Manuel solo por qué Gonzalo estuviera celoso.
Manuel le dijo mucho gusto Gonzalo, espero cuides mucho a mi amiga Fabi, ella es especial y me a contado mucho de ti, veo que le interesas mucho.
Gonzalo me miró asombrado.
Ella no me ha contado de ti Manuel, creo que eso no habla bien de una amiga, yo mire asombrada a Gonzalo y Manuel me miró sonriendo.
Fabi es muy distraída cuando se enamora, ella se olvida de todos los que están a su alrededor.
Manuel nos invitó a comer, fue muy amable con Gonzalo, cuando se marchó, Gonzalo me abrazo.
Tienes más amigos que te traen flores, por qué no es agradable ver qué otros hombres le dan flores a la mujer que amo.
Le dije que no y que si no le conté de Manuel es por que quería ver su reacción, mi relación anterior había sido muy tóxica y con el quería que funcionará, por qué yo también lo amaba.
Después Manuel se hizo su mejor amigo, se terminó casando con la prima de mi esposo Samira, ellos viven en Canadá, son los padrinos de Ximena es ahí donde se quedó hospedada.
- Mi ex novio no era celoso, incluso algunos de sus amigos me abrazaban frente a el y el solo ignoraba, era yo quien tenía que alejarme de ellos, yo pensaba que me amaba tanto y esa era la razón por la que no sentía celos, pero creo que en realidad no sentía celos por qué no me amaba.
- Los celos son malos, pero creo que cuando amas a una persona o te interesa no puedes evitar no sentir celos, también los celos en exceso no son una relación sana.
- Yo sentía que teníamos tanto en común el y yo, pero no me di cuenta de que el simplemente estaba a mi lado porque se sentía cómodo viviendo en mi casa y usando mi auto.
Era un idiota, dijo Eloisa enojada.
- Lo importante es que el tuvo el valor de alejarse a tiempo, solo imagínate un matrimonio donde no exista amor, no iba a durar.
- Tiene razón, a veces pienso que mi vida va ser como la de mi madre, seré una madre soltera viviendo para mi hijo.
- La vida que te toque vivir, siempre debes disfrutarla Eloisa, disfrutar cada momento, ya que al final solo quedan los buenos momentos en nuestras mentes cuando somos viejos.
- Tiene razón, creo que debo disfrutar mi vida y cuando termine mi trabajo aquí, pienso viajar, quiero conocer el mundo, tal vez necesito conocer más, con el dinero que estoy ganando tengo suficiente para tomar unas buenas vacaciones.
- Es una buena idea.
La señora Fabiola y Eloisa terminaron sus alimentos, Eloisa salió al jardín con rojo, la señora Eloisa entro a su habitación para descansar.
y edson lesly se enfrenta y ay vuelven a unirse ñas dos empresas y hacen una linda sociedad