Dulce una mujer que nunca quiso ser madre pero que la vida le dio un cambio de 80 60 grados encontrándose con Amy una niña huérfana que le robó el
Corazón de inmediato a tal punto de quererla como su hija cambiándole su mundo entero un amor que surgió entre ellas para Amy dulce es su mamá y para dulce Amy es su hija pero su felicidad se verá afectada por la llegada del papá de Amy Máximo un alfa despiadado que no le importa lo que tenga que hacer para encontrar a su hija sin importar a quien tenga que lastimar en el proceso un hombre que lo único que le importa es encontrar a su hija sin importar ensuciarse las manos en el proceso.
¿Que pasará cuando las encontré ?
—Yo soy el padre de Amy dame a mi hija
—Eso jamás Amy es mi hija y nunca te la daré
La hija del alfa es mía
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(Se que en el título dice hijo pero es niña aunque diga el hijo del alfa es mío trata de una niña )
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Es mía
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Dulce
—Como había dicho, ya hace una semana que tengo a Amy conmigo y que discutí con mi madre. Desde ese día, mi casa se convirtió en un hotel, por así decirlo, ya que han venido trabajadores sociales a ver las condiciones de mi departamento. Un amigo me ayudó para que, mientras me dan la custodia, Amy pueda vivir aquí. Ya que tenían pensado llevarla al orfanato, aunque ese "temporal" no me gusta. Ese "temporal" quiero que sea definitivo. Quiero poder decir que legalmente es mi hija.
Como decía, mi casa parece un hotel, pues los del servicio social vienen cuando se les da la gana, sin avisar. Lo bueno es que siempre mantengo todo en orden. El próximo miércoles vendrán de nuevo; creo que será la última visita y donde se determinará todo.
Me han cuestionado mucho sobre las fiestas. Me molesta que piensen que no puedo cambiar. Estoy segura de que tienen a alguien que vigila mis movimientos, a ver si salgo. Pero eso ya es un récord: tengo tiempo sin salir ni tomar una gota de alcohol. Mucho, para mí. Y en verdad no me molesta para nada. Mis días son jugar con Amy, salir a dar una vuelta al parque y volver a casa. Últimamente no estamos saliendo mucho. No he hablado con nadie de esto, pero me siento vigilada desde la noche que encontré a la bebé.
En unos días, mi hermosa bebé cumple 4 meses, así que tengo pensado hacerle unas fotos. Hablé con un fotógrafo amigo mío.
Otra cosa: mi padre me llamó para reclamarme cómo traté a mi madre. Estoy segura de que ella le dijo cosas que no fueron ciertas. La conozco. Hace días que no veo a mis amigas: Andrea anda de fiesta y Lucía cuidando de su hija. Ahora la entiendo más que nunca, cómo aprovecha el tiempo con su hija.
Hoy quedamos de juntarnos en mi departamento para ver películas y pasar el rato. Como aún es temprano, voy a dar una vuelta con la bebé al supermercado a comprar algunas cosas. En el supermercado me encontré con Lucy y Aby. Después de hacer las compras, nos fuimos un rato al parque. Aby quería jugar, y bueno, el día está fresco para Amy, así que fuimos.
Ya en el parque, Andrea nos escribió que está en mi departamento, que vaya para allá. Jajaja, no me quiso dar más explicaciones, solo dijo que era importante, que debía ir. Ya nos fuimos inmediatamente. Estábamos llegando a mi edificio cuando veo a Andrea en la puerta.
—Dulce, qué bueno que llegas. Tienes que ver esto. ¿Sabes algo de esto?
—¿¡Cómo es eso posible!? ¡Mi sala no cabe más gente! ¿Y toda esta gente de dónde demonios salió? ¿Quién diablos organizó esta fiesta? Andrea, ¿cómo diablos hiciste esto? Sabes lo importante que es para mí estar bajo perfil. Sabes que esto me puede complicar mucho la adopción. ¡No pensaste!
—Dulce, entiendo que estés enojada, pero yo no tuve nada que ver en esto. De hecho, mira: me llegó una invitación de tu fiesta. Me pareció extraño porque sabía que tú estás bajo perfil, por eso vine. Y cuando llegué, encontré a todas estas personas aquí y te llamé de inmediato.
—Chicas, lo importante ahora no es quién es el responsable de esto, sino sacar a todas estas personas de aquí, ¡ya!
Todo pasó tan rápido… Me quitaron a mi bebé. Minutos después llegaron la policía y los del servicio social. Me duele el alma ver cómo me quitaron a mi bebé de los brazos y se la llevaron.
—Sabíamos que usted no estaba apta para cuidar de un bebé. ¿Cómo se le ocurre organizar una fiesta, con una bebé en un lugar lleno de alcohol, música, y sin contar otras cosas? No pudo ser más irresponsable. Nos llevaremos a la bebé de este lugar, y tenga por seguro que, después de esto, le será muy difícil obtener su custodia.
—¡No se la lleven! ¡Es mía!
No puedo creerlo. Jamás imaginé esto. Me duele el alma. Desde el momento en que me quitaron a Amy de los brazos, se me partió el corazón al escucharla llorar. Desde que la apartaron de mí, ya han pasado varias semanas. Lo único que hago es esperar los días en que me permiten ir a verla, tocar su carita… y lo peor es cuando me tengo que ir y escuchar su llanto cuando me voy.
El mismo día en que me quitaron a Amy, mi madre vino a verme para echarme en cara que tenía razón, que soy demasiado irresponsable. No tenía ni fuerzas para hablar, solo le pedí que se fuera. Ella me encontró tirada en el piso, llorando. Mis amigas fueron quienes la echaron, y se los agradezco.
Ellas sospechan que mi madre fue quien organizó todo eso. Esa mujer es el mismo diablo —señor, perdóname, que es mi madre—, pero yo estoy segura que fue ella quien hizo todo eso. Y la del servicio social tuvo razón al decirme que, después de eso, no me será nada fácil tener la custodia.
Hoy mi niña cumple 4 meses. Las chicas me van a acompañar a verla. No será como planeé su cumplemes, pero al menos la veré.
Cuando llegamos al lugar, se me partió el alma llegar y no encontrarla. Saber que estaba con una familia temporal que también tiene planes de adoptarla... Han pasado unos días en los que no salgo de mi habitación, ni como. Solo vivo llorando.
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Andrea
—No quiero seguir viendo a Dulce así. Pensé que ese amor por esa bebé era pasajero, pero en verdad me equivoqué. Dulce ama a esa niña como si en verdad fuera su propia hija. Solo hay que ver todo lo que ha sufrido, que no le importó cambiar su vida para cuidar a su bebé. Todo esto es tan injusto, y lo peor es que la causante del dolor de Dulce sea su propia madre. Porque estoy segura de que fue esa bruja quien organizó eso. Tú y yo siempre lo hemos sabido, y Dulce, en el fondo, también lo sabe. Su mamá es mala. Tenemos que hacer algo. Si Dulce no gana la custodia de Amy, se muere.
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Lucía
—Tienes razón. Amy se volvió la razón de vivir de Dulce. Al igual que tú, dudaba que en verdad estuviera dispuesta a cuidar de la bebé. Pero el día que la encontró, supe que Amy fue quien encontró a Dulce, ya que mira el cambio tan positivo que tuvo. La vibra que daba Dulce… Sin Amy, no vive. Y Amy sin Dulce, tampoco. Solo hay que ver cómo empezó a llorar Amy cuando la separaron de su mamá, porque eso es Dulce: su mamá.
Estuve hablando con algunas de las enfermeras que trabajan en ese lugar, y me dijeron que Amy, con su llanto, reclama a su mamá. Llora todo el día, y cuando siente que Dulce llega, se calma… y vuelve a llorar cuando se va.
Tenemos que hacer algo. Tengo una idea.
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