Obra original
La Reina Yasira Barreto muere a manos de su esposo Alexander Barreto sin importarle que en su vientre llevaba a su hijo nonato.
Una joven del mundo moderno reencarna en su cuerpo y mucho antes de estos eventos, por lo que decide cambiar su destino.
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Despertar
El festival se notaba más concurrido y animado durante la noche, las parejas caminaban por las calles tranquilamente tomados de las manos, los enamorados confesaban su amor aprovechando el hermoso paisaje frente a ellos, y en un rincón, sentada en una banca de madera apartada de todos Yasira observaba todo a su alrededor.
Sintió un cosquilleo en la punta de los dedos y un ligero ardor en ellos, levantó su mano derecha, la colocó frente a ella y la punta de sus dedos comenzaron a brillar.
La sensación de cosquilleo y ardor eran soportables por el momento, así que solo espero a que algo fascinante ocurriera, hasta que una pequeña flama se formó en su mano.
- ¿ Ahora ? , ¿ Por qué despertaria mi magia ahora? , Aún no es tiempo -
Se dijo así misma sintiendo como el fuego comenzaba a expandirse por el dorso de su mano, para después estar en su muñeca e ir subiendo por su brazo derecho hasta llegar al resto de su cuerpo, el vestido que había escogido había cambiado completamente su color, ahora era color negro, despampanante, con pequeños cristales como detalle en el pecho.
Sus cabellos plateados ahora caían en cascada por su espalda siendo este ahora de un color rojo intenso, la joven miró su vestido y tomó un mechón de su cabello para observarlo, según ella recordaba, el que la magia en ella despertara, sería doloroso, pero no lo fue en lo absoluto, solo un cosquilleo y un leve ardor fue lo que experimentó.
Se levantó de la banca y se alejó más de todos caminando cuesta abajo hacia el río, tanto Enrique como Alexander le habían dejado sola después de que ella les corriera, estaba cansada de sus miradas de molestia y que la llenarán de comida.
Llegó a la orilla del río y se colocó en cuclillas para tocar el agua, no sin antes crear una pequeña flama con solo dos dedos.
Al conseguir el fuego, poco a poco acercó su mano al agua y observó cómo la pequeña flama flotaba sobre al agua hasta llegar al punto medio del río , dónde permaneció por varios minutos.
La mente de Yasira estaba en blanco completamente, cómo si fuera natural la magia en ella , cómo si la hubiera tenido antes, sabia que hacer y como hacerlo, era realmente increíble.
Se puso de pie y levantó un poco la falda de su vestido antes de comenzar a entrar al río, estaba hipnotizada, solo dejándose guíar por aquella flama.
Dió el primer paso y se sorprendió al ver que no se hundía en el agua, se sintió en las nubes, viviendo un sueño.
La joven se acercó a la flama para después inclinarse un poco e introducir su mano para levantarla, cuando la pequeña flama tomó la forma de un extraño dije color rojo .
Yasira se lo colocó en el cuello después de levantanse y en cuestión de segundos una voz resonó en sus oídos.
- Ahora, eres la digna portadora de la magia de fuego. -
La joven miró a su alrededor, más no pudo ver a nadie más cerca de ella, y aunque lo hubiera, no podrían llegar a ella.
- Portadora de fuego -
Repitió la joven pelirroja sintiendose extraña por esto, sentía la magia correr por sus venas, la adrenalina se acumulaba en su interior, tenía ganas de lanzar llamaradas al aire e incendiar todo cuánto le rodeaba y esto, no podría ser bueno.
- ¡ Yasira ! -
- ¡ Princesa Yasira ! -
Múltiples gritos mezclados con desesperación comenzaron a escucharse a su al rededor, la joven giró su cabeza y vio a su padre, Enrique y Alexander gritándole desde la orilla.
Los ojos del emperador se abrieron con sorpresa al ver a su hija, pues su magia ya había despertado, y todo parecía indicar que Yasira, sería una maga muy poderosa pues muy pocos conseguían los cristales de su elemento al despertar su magia, esto solo ocurría con magos verdaderamente poderosos.
- ¡ Yasira ! -Gritó nuevamente el Rey e invocó su magia para lanzar a su hija una llamarada ante las múltiples miradas llenas de asombro de los presentes.
La joven rápidamente levantó su mano y la dirección de la llamarada cambió su rumbo hacia el cielo, dónde desapareció en el cielo nocturno.
Susurros, bendiciones, regocijo, las emociones eran variadas, más en el rostro del Rey solo se podía ver orgullo .
Su hija había heredado su magia, por otro lado, tanto Enrique como Alexander solo la miraban con asombro, no solo por el despertar de su magia, ni tampoco por lo bella que lucía, sino por el hecho de que la joven se encontraba de pie sobre el agua sin hundirse.
Yasira regresó lentamente caminando sobre el agua y llegó a un lado de su padre, el Rey abrazó a su hija y miró al cielo.
- Gracias Emma , gracias por esta bendición -Dijo con la voz entrecortada, no era el momento de preocupar a su hija.
Yasira miró a su padre y delicadamente secó las orillas de sus ojos, dónde se podían ver unas pequeñas lágrimas.
- Padre , ¿ Que ocurre ? -Preguntó la chica fingiendo preocupación, ya lo había recordado, pero ahora que su magia se había adelantado, necesitaría mucha ayuda para lidiar con los siguientes problemas.
El Rey trato de recomponer su estado de ánimo y acaricio la larga cabellera ahora pelirroja de su hija.
- No es nada pequeña, solo extraño a tu madre -
Respondió reprimiendo sus temores, no quería que una guerra estallara, y mucho menos quería dejar a su hija a tan corta edad, con la responsabilidad de un Reino entero sobre sus hombros.
Yasira prefirió no seguir preguntando más y se concentró en el rostro de su padre, la preocupación era evidente.
Había recordado que en el libro, Yasira despierta su magia justo antes de que la guerra estallara en contra del Reino de la Luna, lo cual no era bueno ,pues no tenía el control de su magia y esto causaba muchos problemas, pero ella, a diferencia de la Yasira de la novela, parecía tener completo control de su magia.
La chica no sabía si sentirse alegre o preocupada, más reprimió sus emociones y pensamientos, tomó a su padre del brazo para irse de allí aún tenía que buscar respuestas en algunos libros pues su magia se adelantó más de un año.
Los presentes vitoriaron a su princesa heredera, era una bendición que su futura Reina tuviera magia de fuego al ser una de las más poderosas.
Yasira, su padre, Enrique y Alexander volvieron al palacio , dónde el Rey les sugirió a los jóvenes pasar la noche, pues ya era demasiado tarde para que ambos volvieran a sus hogares solos.
Enrique aceptó de inmediato y sonrió de manera engreída, más su sonrisa se borró al escuchar que Alexander también se quedaría .
- Coronel Villa, ¿ No tiene que volver por su novia ? -Preguntó Yasira en tono burlón al ver la cara de Alexander al enterarse que Enrique pasaría allí la noche .
Alexander se incomodó por las palabras de la princesa heredera y le miró seriamente antes de responder.
- Yo no tengo una novia además de mi prometida, princesa -
Las pabras del joven pelinegro, lograron que Enrique comenzará a molestarse, el no quería que Yasira se casara con Alexander.
La princesa heredera sonrió y miró al pelinegro divertida, sus palabras le habían causado gracias, pues ella sabía perfectamente bien, que en el libro decía que Alexander amaba ciegamente a Vania.
GRACIAS !!!!!