A continuación les relataré la historia de Alejandra una chica determinada, responsable, que ha superado la adversidad aún con la muerte de su padre y la indiferencia de su madre. Y de cómo el destino la lleva a cruzarse con Jacob un hombre que siempre ah tenido todo y que será el próximo heredero de las compañías de la familia Souberville. Podrá nuestra protagonista cambiarle la vida a Jacob.
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Prisionera
La jaula de Oro
Capítulo 11
Alejandra estaba profundamente dormida, pero una angustia la hizo despertar. Su amiga estaba profundamente dormida, así que para no hacerle ruido salió rumbo a la sala en medio de ahí había un viejo piano que era del abuelo de Perla. Sin más dudas decidió tocar para bajar esa angustia, comenzó a tocar River waltz de lang lang esa melodía la hacía soñar con un amor dulce, profundo como el que toda mujer desea.
Estaba tan envuelta en la melodía que no sintió la presencia de Perla. Alejandra se espantó.
—tranquila soy yo, es hermosa esa pieza que estás tocando. Desayunamos?—preguntó Perla
—Claro te prepararé pan francés.—respondió Alejandra
—Delicioso, yo hago café y jugo.—dijo Perla
Alejandra se puso a cocinar y después del desayuno subió para tomar una ducha y Perla le dio ropa limpia. Minutos más tarde ambas salieron juntas. Perla trabajaba en un bar los fines de semana, así que a diario ensayaba con su equipo antes de la presentación. Alejandra fue directo a la casa de su abuela, ella no tenía celular y tampoco sabía donde vivía ahora. Llego a su casa y no pudo abrir, miro un letrero de vendida. Que? pensó ella. Pero si esa casa era de ella y aún no pagaba la hipoteca. La agencia hipotecaria era nada más y nada menos que una de las empresa de su esposo.
—Maldito.—dijo Alejandra
Sin que se diera cuenta se acercaron tres guardaespaldas hasta ella.
—Señora Souberville, está en problemas.—dijo Carlo
—Tu eres?.—preguntó Alejandra
—Soy Carlo el jefe de seguridad de la familia Souberville. Desde anoche su esposo dio la orden de encontrarla.— respondió Carlo
—Lo siento, no tengo celular para avisar. Créame no huí, solo salí con mi mejor amiga.— respondió Alejandra
—No tiene porque justificarse conmigo Señora, eso lo hablarán en pareja. Lo bueno que no huyó.— dijo Carlo
Alejandra ahora si iba temerosa, y si le pegaba. Ella había sufrido mucho maltrato con su madre físico y psicológico. Le aterraba pensar en esta situación de nuevo, Carlo la veía a punto de colapsar.
—Señora, no se preocupe. Si debo anteceder por usted lo haré.— dijo Carlo
—Gracias, Carlo.— dijo Alejandra
Se sintió más tranquila después de lo que le dijo Carlo, minutos más tarde llegaron al departamento. En lo que subía el elevador hasta el pent house, sentía desmayarse de nuevo. Hasta que el timbre del elevador sonó, se abrieron las puertas estaba despejado los pasillos camino hasta la sala, no había nadie. Ella corrió a su habitación pero ahí estaba su esposo. Ella se asustó bastante; pensó en que el la mataría, su corazón latía demasiado fuerte. Jacob la miró.
—Compre una mansión y nos mudaremos. Por cierto tienes prohibido salir, sin mi autorización. No quiero escuchar tus excusas.—dijo Jacob
Jacob salió de la habitación, ella se quedó temblando. Intento seguirle pero comprobó que efectivamente tenía prohibido salir. Ya que la puerta de la habitación estaba cerrada con llave. Ella comenzó a gritar y patear la puerta.
Jacob estaba molesto sólo de pensar con quien habría pasado la noche, se preguntaba si tenía ella un romance con alguien a escondidas. Alejandra tenía prohibido estar con otro hombre durante su matrimonio sobre todo por la imagen pública de los Souberville. Él no se quedaría de brazos cruzados averiguaría con quien pasó la noche.
Alejandra gritaba y lloraba. Mientras Jacob preparaba todo para mudarse a su nuevo hogar. Diego estaba ahí.
—En serio jamás la dejarás salir?.— preguntó Diego
—Debe obedecerme, por eso la elegí por que es joven y hasta cierto punto ingenua; solo falta que el ingenuo sea yo. Ella me hace sentir cómodo, y si te soy honesto antes la sentía más cerca de mi. Ahora siento todo su odio.—respondió Jacob
—Sinceramente dudo que lo odie jefe. Pero de que te tiene miedo, te tiene miedo.— dijo Diego
Alejandra se quedó profundamente dormida en el piso junto a la puerta, entro Jacob a su habitación. La contemplo y la cargo en sus brazos para subirla sobre la cama. No entendía porque cuando la tenía cerca hacía que él se enterneciera. Ella se veía tan indefensa.
—Debo protegerte.—dijo Jacob
Salió de la habitación para dejarla descansar.
Estaría bien leer sobre como han sido las vidas de los demás personajes, o sea una zaga!
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