Ella descubrió que su marido la engaño siempre, al ir a llevar un pedido a un domicilio, la realidad le golpeó en la cara, él estaba ahí con su amante y una hija de la misma edad de su hijo mayor. No pudo enfrentarlo al sentir el dolor consumir su cuerpo, pero un joven la ayudo a entregar el pedido y se convertiría en su salvación, por más que ella era mayor que él, la edad no fue un impedimento, aunque tenían en claro que no podían soñar con un futuro, solo vivir el presente.
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II- Deseo cumplido
#DOS SANTOS ESTEBAN
Mi vida era rutinaria, me pasaba los días de guardia, mostrando mi presencia donde me enviaran mis superiores, quería ser policía desde que era muy chico, por mi padre, que lo hacía parecer tan fantástico su profesión, jamás contó lo sacrificado y noches de desvelo que significaba ser policía.
No podía tener novia, no podía tener una relación, me trasladaban siempre, por lo que solo tenía citas de una noche, o una relación de una semana o el tiempo que duraba mi traslado, pero a todas les dejaba en claro que no buscaba nada serio, que no esperen nada de mi, que no se enamoren, era solo pasarla bien.
Por supuesto que siempre me cuido, no quiero cometer la locura de traer un niño no deseado, el día en que decida formar una familia, lo pensaré bien, pero por el momento soy joven, así que me centro en mi carrera, quiero que mi padre se sienta orgulloso.
Acababa de regresar de una guardia, era muy temprano y el tiempo amenazaba con llover, cuando veo a una señora llorando en una banca, mi ánimo de ayudar, siempre está presente, por lo que le ofrecí un pañuelo y una botella de agua, creí que solo tenía un mal día, que no le fue bien en su trabajo o no se. Jamás me imaginé la historia que me reveló.
Acababa de descubrir que su esposo tenía otra familia, que la otra que no era la legal estaba mejor que ella, siendo la esposa legítima.
Me sentí mal por ella, tenía unos hermosos ojos color miel, que era todo lo que el casco me dejaba ver, le ofrecí mi ayuda para que termine sus entregas, cuando reveló su rostro ante mi su belleza me dejó mudo.
La otra no estaba tan bien como ella, la otra tenía el cabello teñido y marchito, se notaba que usaba lentes de contacto y tenía cirugías encima para ocultar la edad.
En cambio Ella era una mujer muy bella, parecía de veinte y tantos, casi de mi edad, pero me reveló que me lleva diez años, al tener treinta tres. Sus ojos color miel sobresalían de su rostro tostado por el sol, su cabello de un rubio oscuro con mechones dorados era impactante, todo en ella gritaba natural, estaba un poco rellenita, pero me dijo que tenía una beba, bastante bien se conservaba, si tenía hijos.
Mi mente perversa comenzó a imaginar como sería tener a una mujer madura en la cama, tenía que aprovechar ahora, ella fue traicionada por el marido, merecía tener su desquite, y quién mejor que yo para darle esa oportunidad, sin ataduras ni nada, solo que se desahogue y de paso tacho de mi lista el haberme acostado con una mujer mayor, casada. Siempre estuve con jovencitas inexpertas.
Logré sacarle un beso, nunca me pasó que sentí que me desnuden al besarme, fue una sensación única, ahora más que nunca quería tenerla, ver que me haría, o yo le haría, por lo que aproveche a retenerla al tener la llave de su moto en mi mano.
Ella se aproximó, acortó la distancia entre ambos, me preciono contra ella dándome un beso que me dejó sin aliento y sin esperarlo me quito la llave.
-Gracias. Me susurro sobre los labios y la ví marcharse.
Me dejó con el corazón bombeando a mil por hora. Me creía un ganador con las mujeres, que nadie se resistía a mis encantos, pero ella me dejó caliente, con solo besarme.
Regrese dándome una ducha para bajar ese calor, sonreí pegando la pared.
"Te voy a encontrar Ella"
Me jure.
Regrese a mi trabajo y no podía dejar de pensar en su mirada, aún mis labios latian, por su beso. Esto no me podía estar pasando, jamás me sentí así, con ninguna mujer.
Me ví como un loco averiguando todo sobre ella, tenía los medios para hacerlo, en mi posición no debería, pero quería saber de ella. No presentaba ninguna infracción, no tenía ningún antecedente, apenas sus datos del seguro de vida que su esposo sacó, previniendo que padezca la enfermedad que sufrió la madre de ella.
"Este si le engaño y mintió durante tanto tiempo, puede querer atentar contra su vida por el seguro, de eso no me cabe duda". Pensé.
-¿Qué haces? Me pregunta mi amigo sobresaltandome de mi silla.
-Nada. Le dije.
-Ella Solá. Es muy linda. Dijo mirando lo que tenía en el monitor.
Lo apague para que no siga leyendo.
-Ojala nos toque guardia afuera de un local de baile, quien dice que pesquémos algo. Me dice codeandome, por ser viernes en la noche.
-Deja de decir pavadas. Lo reto.
-¿Qué cuentan muchachos? Apareció otro compañero.
-Hey Masa, volvió a buscarte la chica de la vez pasada. Le avisa mi amigo.
-Prieto, solo dile que no trabajo más aquí. Le indica y se va.
-Ja, ja, Como si me creyera, solo dile que eres casado y tienes seis hijos. Le grita riendo.
-DOS SANTOS, PRIETO, ACOMPAÑEN AL OFICIAL OCAMPO, LLAMARON DE ESTA DIRECCIÓN, ROBARON UNA MOTO. Nos señala nuestro jefe por lo que nos dirigimos a seguir a Ocampo, nos subimos al móvil y soy designado para manejar. Miro la dirección y noto que es a la altura de la casa de Ella, mejor dicho un vecino de ella.
-HABLARE CON LOS AFECTADOS Y USTEDES AVERIGUARAN CON LOS VECINOS, TOMARAN NOTAS, PREGUNTEN SI TIENEN CAMARAS DE SEGURIDAD, PARA QUE NOS LAS FACILITEN, POR SI GRABARON ALGO. Nos indica el oficial Ocampo.
"SI SEÑOR" Respondemos en coro.
Al llegar nos atienden los padres del chico a quien afanaron la moto de la entrada de su casa, nos presentamos de manera cordial y sin esperar me dirijo a la casa que se supone es de Ella, golpeó la mano, ella sale con un vestido floreado, que tiene un escote que revela sus melocotones, su cabello suelto, mojado, se ve que recién se terminó de bañar, la veo aproximarse en cámara lenta y mi corazón a punto de salir de mi pecho.
-Buenas noches, lamento molestarla. Le digo.
-Buenas noches. Me saludo con una sonrisa.
-Estoy averiguando por un robo que sufrieron sus vecinos. Le comento.
Estoy ansioso para que me diga algo, pero no, parece no reconocerme.
-Le robaron. Dijo sorprendida.
-Si, así es, una moto de ciento diez cilindradas color rojo. Le describo.
-No escuché nada. Me dice con sorpresa.
Me muerdo los labios deseando volver a besarla.
-Tiene camaras de seguridad que pueda facilitarnos lo que grabó. Le digo.
"QUE TENGA" pienso ansioso, solo quiero ver dónde vive.
-Si pase, puede ver en ellas. Me señala y sin pensar si está el marido o no la sigo.
Ingreso a su sala, un aroma a flores me invade, veo juguetes desparramados en el piso.
-Disculpe el desorden, recién durmieron mis bebés y estaba por juntar. Me dice.
-Descuide. Le respondo.
-Ahi tiene la pantalla. Me señala el televisor.
-Funciono todo el tiempo. Le consulto.
-Si, como mi esposo viajo, siempre lo dejamos encendido. Me cuenta.
-Asi que está sola con los bebés. Le digo.
Ella sonríe nerviosa asintiendo.
-Nos podría facilitar la grabación. Le pido y ella asíente, por lo que me pasó el archivo al celular.
-Y dígame... ¿Ya evaluó su situación? Le consulto.
Ella me mira directo y veo que le suben los colores, no me había reconocido con el uniforme.
-Que despistada soy. Dijo cubriéndose la boca de la sorpresa.
-Y bien. Le consulto.
-No pude hablar con él, no regreso a casa. Me dice nerviosa.
-Puedes ir a mi casa mañana. Le digo.
-No, no creo. Me dice con los colores en el rostro.
-Me quedé con ganas de seguir besándote. Le dije.
-No lo tomes a mal, solo quería mis llaves. Lo lamento si te hice pensar en otra cosa.
-Solo dime cómo quedamos, no tengo problema en vernos luego, sin ningún compromiso, si quieres vengarte, estoy disponible. Le digo.
-Es muy linda tu oferta, no quiero ponerte en ese aprieto. Siendo sincera jamás estuve con otro, y temo que pueda lastimarte sin razón. Me dice.
-No me lastimas, me gustaste desde que te vi, y solo quiero pasar un rato contigo, no te sientas presionada por nada, no te exigiré nada. Le aseguro.
"OFICIAL DOS SANTOS" me llaman por el radio interrumpiendo ese momento, por lo que salimos de la casa, en medio de la oscuridad, me giro mirándola directo a los ojos.
-Un beso de despedida. Le digo.
Ella sonríe y antes que diga algo saboreo sus labios.
-No puedes hacer eso, puedo denunciarte. Me dice.
-Si querías hacerlo ya lo hubieras hecho, además te lo pedí bien, no te lo saqué a la fuerza. Le digo.
Ella me miro con los ojos muy abiertos, se ve que se sorprendió por mi repuesta, me tomo el rostro y poso un beso intenso en mis labios.
-¿Qué haces? Le pregunto.
-Solo recupero mi beso, y no lo vuelvas a hacer. Me dijo despidiéndose.
Me dejó latiendo todo el cuerpo, tenía una energía que me enloquecía.
-¿Consiguió algo? Escucho que me pregunta el oficial Ocampo.
-Si, las grabaciones de esta vecina. Le señalo.
-Muy bien, eso se entregara para que evalúen. Me dice serio señalando que debíamos irnos.
Después de esa noche no volví a saber de Ella, me enviaron a otro lugar para que patrulle, todo era como un entrenamiento, que nos hacían y saber en que éramos buenos.
Dos semanas alejado del lugar donde ella vivía me parecieron una eternidad, no salí con mi amigo, no tenía interés en estar con otra, al regresar él me reclama.
-¿Qué sucede contigo? Me pregunta fastidiado mi amigo Gastón.
-Nada ¿Por? Le digo.
-Antes terminabamos de patrullar y nos íbamos a buscar chicas, ahora solo regresas a dormir, sin ti no puedo conseguir ninguna, eres el que tiene la chispa de atraer aquí entre nosotros. Me dice.
-Puedes conseguir las que quieras, eres muy guapo. Le digo.
-Cuentame de una vez que pasa contigo. Me dice.
-Hay una mujer que me tiene picando. Le comienzo a contar.
-¿Te enamoraste? Indaga sorprendido.
-Si te pones así, no te cuento. Le digo molesto.
-Cuenta, no te jodo más. Responde.
-Es casada.
-Ananita, no, no. Expreso.
-El marido la engaña.
-Eso dicen todas y después siguen con él. Responde.
-Lo ví con mis propios ojos, ella lo pescó con la otra y que además tenía una hija de dos años. Le cuento.
-Es el oficial Masa. Dice.
-No, su apellido es Zorrilla Homero, trabaja para una empresa que distribuye productos, él es el que maneja el móvil y aprovecha esos viajes para estar con la otra. Le cuento.
-Si que hiciste tu tarea para averiguar todo. Me dice.
-Solo pude darle un beso, me ofrecí para que se vengue conmigo y no aceptó. Le digo.
-Debe ser que te la vio chiquita. Se me burla.
-Quieres ver lo chiquita que es, puedo ahorcarte con ella y aún me sobra. Le digo molesto.
-Ja, ja, no te enojes, solo bromeó. Ya deja la histeria y vamos a divertirnos. Me pide.
-De acuerdo, si así dejas de molestar. Le digo y me alistó.
Llegamos a un boliche, el ambiente era bastante animado, la música fuerte, la visibilidad era apenas por las luces, nos fuimos directo al bar. Mi amigo estaba atento si veia algo, una chica que le atraiga para sacar sus ganas de copular.
Había un grupo de bailarines en medio de la pista haciendo sus acrobacias y en una vuelta empujaron a una chica que cae hacia mi, la atajo antes que se revuelque en el piso.
-Lo siento. Se disculpo.
La vi de cerca era Ella.
-¿Qué haces aquí? Le pregunto.
-Reunion del último año. Me responde señalando a un grupo de hombres y mujeres bailando.
Ella tenía puesto un vestido rojo al cuerpo, su cabello suelto, estaba maquillada, muy hermosa, hasta su perfume me alteró.
"EL, NO TE OLVIDES MI BEBIDA, YA QUE ESTAS EN EL BAR" Le gritaron de ese grupo
La tenía abrazada de la cintura y sosteniendo su mano, no quería soltarla por nada del mundo.
-No te lastime. Me pregunta preocupada.
No me aguante llevándola de la vista de sus amigas y como un ladrón en un rincón oscuro me apodere de sus labios, ella no se mostró reacia a mi beso, la presione contra mi cuerpo.
-Te deseo. Le susurré, mi mano se aventuró por debajo de su falda, sentí una suave tela de su ropa interior.
-No, no es el lugar. Me dice nerviosa atajandome.
-Vamos a otro lugar. Le sugiero dándole otro beso intenso.
Ella tenia la respiración agitada y asintió. Esa fue la señal que esperaba.
(ESTEBAN DOS SANTOS)