La Loba Y El Dragón

Hace 2 años atrás.

Señorita Natacha necesito pedirle un favor- dijo la Nana muy preocupada.

¿Nana que ocurre? ¿Por qué susurras?- le dijo Natacha mientras se preparaba para la misión que debía llevar a cabo esa noche.

Señorita, usted tiene el encargo de los japoneses en el Hotel Crisol ¿verdad?- pregunto asustada.

Nana, sabes que no puedo contarte de esas cosas, pero respondiendo a tu pregunta, si mi padre me ha encargado ese trabajo esta mañana ¿por qué?- le pregunto curiosa la joven.

Señorita sé que no debo meterme y que lo que le voy a pedir es imposible para usted, pero dentro de ese grupo de japoneses está una amiga mía muy importante a la cual el marido ha mandado a matar para quedarse con el negocio de su familia y me temo que están usando a su padre para hacer el trabajo sucio- le dijo preocupada.

Debo hablar con mi padre entonces- pero antes de que pudiese dar un solo paso, la nana la interceptó y se arrodilló frente a ella llorando.

Por favor mi niña, sé que comprometo tu seguridad al pedirte esto, pero no mates a mi amiga. Ella solamente fue enviada aquí para un negocio que en realidad es una trampa, su esposo necesita que se muera para tomar control de las empresas de su familia, pero ella no se lo merece es tan buena persona- el llanto de Ming estaba haciendo que la joven dudará de llevar a cabo su misión, aunque sabía lo que ocurriría si se negaba, primero debería ir su madre a terminar el trabajo y luego recibiría 10 latigazos en su espalda por desobedecer la orden impuesta por su padre.

Pero nana, si no lo hago me castigarán- su dulce tono aumento el llanto de la señora.

Lo de mi pequeña, créeme que lo sé, pero no es justo le tendieron una trampa y ahora van a matarla y ella jamás sabrá quien fue el que la entregó de esta forma tan cruel- sus manos aferradas a las piernas de Natacha empezaban a lastimarla por la fuerza del agarre.

Nana si no llevo a cabo la misión y ella regresa con vida voy a pagar caro- le suplicaba la niña.

no, ella no volverá, una vez que le perdones la vida yo le explicaré todo y haré que se quede aquí en Rusia con nosotros- le quiso explicar.

¿dónde se quedara nana si tú vives aquí con nosotros?- pregunto con curiosidad.

En mi casa con mi hijo, él se hará cargo de esconderla y sé que nadie sabrá nada, por favor mi pequeña- levantó su mirada y el corazón de la joven se encogió al ver las lágrimas brotar de sus ojos.

está bien nana, cumpliré lo que me pides. Necesito que le digas a tu hijo que me espere despierto, haré mi trabajo y llevaré a la mujer desmayada a tu casa- la consoló Natacha agachándose a abrazarla.

Su nana siempre había sido su segunda madre y no podía verla llorar de esta manera, aparte un pedido de ella siempre era un placer cumplir, porque la mujer tenía solamente bondad con esos niños.

Gracias, muchas gracias hija- le dijo mientras aún estaban abrazándose.

El golpe era sencillo, un grupo de 5 japoneses (incluida la mujer) estaba hospedados en uno de los hoteles de la familia Ivanov, los cuatro hombres compartían habitación, mientras que la mujer estaba sola. Natacha no era estúpida, sabia lo que ocurriría si alguien se enteraba de lo que planeaba hacer, así que a pesar de no gustarle matar gente inocente, decidió que una de las sirvientes del hotel fuera la que tuviese el destino impuesto para la japonesa.

Con mucho sigilo entro en la habitación y de un golpe seco en la nuca desmayo a la mujer, luego la desvistió y le cambio la ropa con la sirvienta qué había asesinado minutos atrás. Se dirigió a la otra recámara, donde los hombres si le dieron pelea, pero tuvieron el mismo final todos y para evitar que alguien sospechara de algo, decidió prenderle fuego a ambas piezas. Al menos les tomaría bastante tiempo reconocer los cuerpos y si de última se descubría que la mujer quemada no era quien debía ser, ella podría excusarse diciendo que pensó que por la vestimenta y el estar en ese cuarto no la reconoció.

Mientras el Hotel ardía a sus espaldas, Natacha se dirigió en su moto con alguien dormido atrás, hasta la casa de Ming a las afueras de Rusia. Por suerte para ella, su padre jamás había mandado a alguien a supervisar el trabajo, pues confiaba plenamente en la efectividad de su hija, así que esa noche nadie la siguió. Dejó a la mujer con el hijo de su nana y regreso a su casa como si nada hubiese pasado.

¿Era necesario prender fuego a mi hotel?- pregunto su padre molesto mientras desayunaban al día siguiente.

Perdón padre, la pelea con los hombres se salió de control y uno de ellos tiro algo en la chimenea, por eso se prendió tan rápido- dijo Natacha bebiendo su café.

Bueno no importa, al menos nuestra hija no vino con ninguna herida, más que esos magullones en la cara y algunos en el cuerpo- deberías estar orgulloso Víctor, completo su misión sin problemas- dijo su madre mientras apretaba con sutileza el brazo de su esposo.

Tienes razón, lo lamento hija, es solo que ese lugar aún era nuevo. Pero por suerte estaba asegurado así que dejemos ese problema de lado ¿te aseguraste qué todos estuviesen muertos verdad?- pregunto con duda Víctor.

Padre, degüelle a todos los de ambas recámaras, es imposible que alguno haya sobrevivido y de ser así se murieron con el humo y las llamas- le dijo mirándolo seriamente a la cara sin demostrar una pizca de duda.

Bien, entonces hice bien en comprarte tu regalo adelantado- dijo sacando de su bolsillo las llaves de una moto -ve está afuera-

Natacha se levantó de su asiento y los abrazo a ambos antes de salir, seguida de su hermanita al jardín delantero de la casa donde una Honda Ninja de color negro con violeta la esperaba. Sus gritos de alegría resonaban en todo el lugar y no tardo mucho en ponerse el casco y salir a dar unas vueltas con Nizza.

natacha

Nizza

Diego