Daniel es un alfa que siempre ha tenido éxito en todo lo que ha emprendido, siendo la esperanza de recuperar el estatus de una familia que ha caído en desgracia.
Oliver es un omega proveniente de una poderosa familia, un chico que ha sido educado para formar parte de la élite, no hay espacios para las dudas ni mediocridad.
¿Se puede forzar al destino?
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Capítulo 2
Al llegar a casa terminé mis deberes y avancé algunas ideas que tenia para un proyecto para una de mis clases. Había hecho todo en automático, la verdad es que en cada momento de mis actividades se me atravesaba la imagen de aquel chico.
¡Ahhhhhh! - exclamé fuerte para liberar tensión, estoy cansado y frustrado.
Estoy enojandome conmigo mismo, no suelo ser así, pues nunca me ha interesado alguien en serio para meterse en mis pensamientos. Llevo años obsesionado con sobresalir y ser cada vez mejor, no es una obligación es una necesidad.
Solo me tengo a mi mismo, soy Daniel Blake hijo único de la familia Blake. Antiguamente fuimos una familia adinerada, si bien no eramos millonarios contábamos con una situación económica que nos permitía vivir cómodamente y con ciertos lujos.
Mis padres eran destinados y se demostraban mucho amor, diría que crecí en una familia con mucho amor. Todo fue perfecto hasta que cumplí 16 años, ése fue el comienzo de nuestra desgracia y el comienzo de mi calvario.
Mi padre era un buen hombre, llevaba el manejo de la empresa de manera justa y gentil, era querido por todos sus empleados y era respetado por sus pares. Era mi orgullo y mi modelo a seguir, mi madre nunca quiso participar en la empresa era feliz estando en el hogar y cuidándonos. Siempre tuve un abrazo, cariño en cada etapa difícil y pensé que la vida no sería más complicada que esto.
Ja! Que tonto fui, mi padre fue acusado de malversación de fondos y se vio involucrado en una estafa de la cuál no tenía como defenderse porque todos los documentos indicaban que era culpable. Esto fue como un balde de agua fría, de un día para otro mi padre fue tratado como escoria y se vio implicado en un juicio brutal donde lo hicieron pedazos y le quitaron hasta el último centavo.
Cómo si no fuera suficiente, todos aquellos que habían sido nuestros amigos y familiares cercanos nos dieron la espalda. Mi madre que siempre había vivido bajo el alero de mi padre, protegida por su alfa no pudo soportar el dolor de perderlo y no tenerlo cerca, por más que le rogué que siguiera por mi y que no bajara los brazos porque aún me tenía a mi... La decisión que su angustiado corazón la arrastró a tomar fue acabar su sufrimiento cerrando sus ojos para siempre.
Devastado no me encontraba la forma de comunicarle a mi padre lo ocurrido, me aferraba a la idea de que lo tenía a él, creía ciegamente en él y en que saldríamos de esto y podríamos limpiar su nombre. Pero al estar marcados al morir mi madre, mi padre perdió las ganas que tenía de seguir respirado. Dejó una nota muy breve donde me pedía perdón, pero el dolor de continuar sin su destinada no podría soportarlo.
Y así en menos de un año perdí todo, no quedaba nada de lo que conocia. La realidad me golpeó más fuerte cuando me di cuenta que ni siquiera tenía donde volver pues la que había sido nuestro hogar hasta ése momento había sido embargada.
Sin hogar, sin familia, sin dinero y sin esperanzas.