REGALAME 10 CITAS

“Ya no quiero más esto, no quiero seguir con esta vida, estoy harto de lo mismo, quiero salir de acá”

Esas eran las palabras que se repetía una y otra vez el alfa tras aquella barra mientras tomaba otro vaso de vodka, miraba alrededor de el, dentro del bar había muchas chicas y chicos Omega que le coqueteaban sin embargo Micael restaba la menor importancia, lo suyo jamás habían sido los omegas.

Micael Derna, hijo de Samuel Derna era un alfa Dominante que aunque la etiqueta de su persona decía “abogado” dentro de su piel la verdad de su vida era tan oscura y macabra como la hubiese sido si leyeras un libro de la santa inquisición, a diferencia de muchos alfas Micael desarrollo su casta alfa desde los 10 años, su padre y madre estaban orgullosos de su hijo y despreciaban un tanto a su primer hijo Michel, aunque Micael jamás entendió el por qué de esa actitud hacia su hermano el creció la mayor parte de su infancia feliz, viendo a Michel como su ejemplo a seguir y añorando algún día ser igual a el, o eso pensaba nuestro Micael de solo 12 años, su familia era conocida en América por trabajar en una pequeña compañía de “limpieza” en dónde su madre Eleana y Samuel su padre llevaban las riendas y lo hacían demasiado bien.

“Cuando cumplas la edad adecuada te enseñaremos del negocio”

Le decía su mamá y el remontaba feliz pues siempre quiso ser un alfa tan importante como su padre y que su único hermano y mejor amigo estuviese orgulloso de el, Michel era un alfa también pero a diferencia de Micael Michel era un alfa común, aunque un alfa al final de cuentas, aún así eso era solo el motivo por el cual su padre y madre lo rechazaban puesto que el negocio debía heredarse a un alfa dominante y Michel no lo era, jamás tendría el valor para sacar el negocio a flote, entonces al saber la casta de Micael Eleana sonrió de gusto y se prometió que su hijo sería el mejor “limpiador” de su compañía así que comenzó a rechazar a Michel y a mandarlo a hacer cada día trabajos más “sucios” y turbulentos hasta que Michel comenzó a perder la poca cordura y estabilidad que tenia, Micael se preguntaba siempre ¿Por qué su hermano no duerme? ¿Por qué en las noches se despierta gritando y tiene pesadillas? ¿Por qué Michel ruega a su madre que lo deje ser un abogado y está lo impide? Se preguntaba diario lo mismo al mirar el sudor se su hermano mayor en su frente mientras lloraba en un rincón todas las noches.

“Cuando crezca hermano, yo voy a ser un abogado y te dejare trabajar conmigo, tu también serás un abogado hermano”

Le decía nuestro Micael a su hermano mayor que aunque le regresaba una sonrisa, apretaba los puños de rabia al pensar en la vida que le esperaba a su pequeño hermano solo 6 años más pequeño que el.

“prométeme, no, júrame Micael, júrame que tú serás un buen hombre, que cumplirás la promesa, que serás un buen abogado, júralo, que defenderás a los que lo necesiten y que siempre protegerlas a quienes amas”

Micael no entendía el significado de esas palabras pero sonrió para decirle a su hermano, “te lo juro hermano, seré un gran abogado y protegeré a quienes amo, tú serás un abogado junto a mi”, Michel solo sonrió mientras volvía a llorar y de nuevo tomaba los ansioliticos a los que ya era adicto para poder al menos dormir.

El día que Micael cumplió 14 años su madre llegó con una caja y una sonrisa, Micael sonrió en grande cuando su madre le dijo, “Es hora que inicies tu aprendizaje en nuestra compañía” y el alfa sonrió de gusto, Michel grito a Eleana que no podía, que no debía, que su hermano quería ser diferente pero Eleana lo abofeteo y le dijo que Micael si era un alfa digno de la herencia de su familia, esa noche Michel quiso suicidarse, prefería morir antes que ver a su hermano convertido en lo que el jamás quiso que fuera pero al fracasar en su intento su madre y padre lo internaron a la fuerza en aquella clínica mental en dónde se quedaría recluido el resto de su vida (según su madre), Micael no pudo hacer nada para defenderlo, no pudo protegerlo, no supo que hacer o como reaccionar, entonces sintió que había roto su promesa de proteger a quienes amaba, aunque era solo un niño, y en ese momento cuando miro a su hermano luchar para no ser recluido en ese hospital y no pudo defenderlo, se juro que el siempre protegería a su familia y a las personas que amaba, desde ese momento el no supo de su hermano mayor hasta que cumplió los 23 años.

A partir de allí su madre lo llevo a la compañía de limpieza dónde trabajaban ella y su padre, puso frente a el la caja y al abrirla la pistola que dentro de encontraba hizo a Micael estremeserce, Eleana sonrió contenta mientras le mostró la pistola con la cacha grabada con su nombre.

“Bienvenido al negocio familiar mi pequeño Micael”

Hablo orgullosa su madre y le entrego el arma, Micael no entendía una mierda pero Eleana le explicó de que trataba su negocio de limpieza, básicamente limpiar lo que a la gente de poder y dinero les molesta y estorba, en pocas palabras Micael a partir de ese momento sería “un asesino a sueldo” el se negó pero Samuel no era un hombre diligente, lo golpeó hasta el cansancio y lo encerró sin comer 3 días hasta que Micael suplicaba salir y comer y a cambio haría lo que ellos quisieran, Samuel lo dejo salir del encierro en dónde el sentía que se volvería loco de hambre y frío y entonces pensó en su hermano, el debía haberse sentido igual en dónde estába ahora mismo, lloro pero fue inútil su padre lo alimento y al otro día lo llevo al campo de tiro en dónde le enseño a usar el arma y dónde sus hombres lo entrenaban en pelea hasta casi desfallecer, a partir de ese día comenzó la vida de calvario para Micael, dejo de ser feliz y se convirtió en lo que más había odiado en toda su vida, “un matón”, cada día de cada semana durante 4 años soño con la sangre que escurría de sus manos, con la gente que pedía piedad para no ser asesinada, con las zonas que tuvo que “limpiar” solo por cobrar unos cuantos Miles de dólares, el dinero lo tenía asqueado, su madre sonreía orgullosa al igual que su padre que le decía que el si era un alfa digno y no como su hermano, Micael deseo Miles de veces poder desaparecer de ese infierno, pero mientras más mataba personas más se sumergía en ese mundo, odiaba el olor de la sangre y el color de la misma, comenzó a vestir de rojo para poderla confundir en su ropa, eso le dio el apodo que la gente de su padre le puso y por el cual se hizo famoso “el rojo” así le llamaban al alfa que en esos 4 años había ganado popularidad en el asqueroso ambiente de su padre, a el alfa que ganó popularidad como “el rojo” el mejor limpiador de la empresa de su padre y poco a poco iba perdiendo el alma.

Fue hasta ese día, el día que cumplió 18 años y decidió que debía al menos comenzar a luchar por cumplir una de las muchas promesas que le hizo a su hermano y postuló para la universidad en la facultad de derecho, la noticia de que fue aceptado no le cayó de extraño, era común que la gente le diera un trato diferente al solo escuchar su apellido, pero aún así le alegraba entrar a estudiar y llegó a la escuela lo más temprano que pudo, su padre nada pudo hacer para impedirlo pues Micael ya no era un niño, los alumnos en la escuela sabían que Micael era hijo de Samuel Derna y muchos lo evitaban, era mejor eso a tener algún problema con ellos, en la cafetería de la escuela de espaldas Micael tomaba una charola con comida mientras los estudiantes murmuraban, el era un alfa atractivo y el singular olor de sus feromonas a algun@s omegas los atrapaba, sin embargo Micael jamás miro a ninguno, en su mundo había tenido sexo con varios pero jamás fue satisfactorio para el, incluso el Rut prefería pasarlo solo antes que acostarse con algún Omega, hasta cierto punto le daba náuseas y jamás entendía el ¿por qué? Intento salir con chicas beta pero fue lo mismo, entonces descarto la idea del amor, hasta ese día que la sonrisa y la voz del alfa tras el despertaron en Micael un extraño sentimiento que no podía y se negaba a entender, la primer atracción hacia un alfa, detrás de el de pie mirando al chico con una sonrisa y una manzana en la mano estaba James Baek, un alfa Dominante de casta pura que le sonrió para después solo decirle.

“Hola, se que eres nuevo, ¡Seamos amigos a partir de ahora! Llevémonos bien”

Con esa enorme sonrisa que en Micael despertó una curiosidad terrible y por primera vez sonrió para alguien más y dijo

 “de acuerdo seamos amigos”.