Dos corazones y una historia
La felicidad siempre incomoda a quienes son infelices. Un gran amor es interrumpido por la envidia y las intrigas. Ayla guarda secretos del pasado; su corazón insiste en proteger un amor que resiste al tiempo. Yuri, un atleta famoso y riquísimo, no entrega su corazón a ninguna mujer. Ambos se reencuentran años después, pero el orgullo, el dolor, los secretos y los resentimientos... causados por la supuesta traición e injusticia, ¿lograrán superar el amor? Ven conmigo, descubrámoslo juntos.
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Capítulo 2
- ¿Por qué hiciste eso? ¡Desmiéntelo, Eleonora! Si tienes un poco de dignidad y amor en tu corazón, ¡di la verdad! – dice Ayla llorando.
- ¿¡¿Yo??? ¡¿Gente, están viendo cómo es?! ¡Además de falsa, mentirle al pobrecito de Yuri y estar con dos al mismo tiempo, quiere culparme! En realidad, quién sabe si no está con más chicos, hombres, y yo soy la culpable. Solo quiero su bien… – dice Eleonora haciéndose la víctima.
Lívia no lo aguanta y abofetea a Eleonora, haciéndola caer. Ayla, con la ayuda de otra chica que estaba allí presenciando toda la escena, sujeta a Lívia.
- Deja que acabe con esta mentirosa, asquerosa, envidiosa. ¡Siempre ha sentido envidia de ti, Ayla! – dice Lívia.
- Ya déjala, Lívia, no vamos a resolverlo así. Ven, no vale la pena. Es lo que ella quiere, ¡espectáculo! Nosotras no somos como ella – dice Ayla jalando a su amiga para irse.
Ellas se van, Ayla llorando y Lívia súper nerviosa tratando de ayudar a su amiga a calmarse.
Ayla
Llamé a Yuri millones de veces, pero apagó el celular. Seguro que no quiere hablar conmigo, y si fuera él, haría lo mismo. Todo está en mi contra, ¿y las fotos? ¿Cómo hizo eso? Está bien que sea malvada, pero alguien la está ayudando, y no son sus amigas, necesita dinero para que le hagan esos montajes…
¿Cómo hizo eso?
Esta vez superó todos los límites, Eleonora siempre fue envidiosa, arruinó muchas cosas mías, hizo muchas cosas mal y siempre, ¡¡¡siempre!!! me echó la culpa, hizo que papá se peleara conmigo varias veces, y en la mayoría yo era inocente, ¡pero esta vez, fue demasiado lejos!
Manipuló fotos, actuó de mala fe… Tengo que contárselo a mi padre, no puedo perder a Yuri por una mentira como esa.
Llegué a casa y todo estaba en silencio, mi papá y mi madrastra llegan más tarde, así que fui directo a mi habitación, donde me tiré en la cama y me permití llorar con fuerza. Tenía un dolor en el corazón que parecía que iba a morir, en ese momento lo deseé…
No podía creer lo que había hecho Eleonora, ¿por qué? Nunca le he hecho nada malo, bueno, solté a su pájaro, sin querer, pero eso no cuenta, uno porque ella no lo sabe y dos porque él necesita volar, ser libre. ¡Entonces no podemos considerarlo una maldad!
Estoy esperando a mi papá, porque él tiene que ayudarme, ¡lo necesito mucho!
En otro lugar
Yuri
No puedo creer que Ayla me haya engañado, ¿por qué lo hizo? Hice y haría cualquier cosa por ella. ¡No lo creo, cómo pude ser tan idiota! Incluso iba a pedirle matrimonio tan pronto como se graduara.
Tenía el corazón roto. Porque amo demasiado a Ayla, desde que la vi en la universidad por primera vez, fue como si supiera que ella sería mi amor, pero estaba equivocado, muy equivocado.
¡Veo a mis padres llegar y mirarme con lástima! La peor mirada del mundo, peor aún que la decepción.
Claro, nuestra ciudad es pequeña, ¡las noticias vuelan! Eleonora se aseguró de difundir fotos de Ayla con ese idiota de Pietro.
- Hijo, lo siento mucho, lamentablemente todos ya están hablando – dice Laura.
- No me miren así, lo detesto y lo saben – dice Yuri.
- Hijo, ¿quién iba a imaginar que una chica tan querida, educada, trabajadora… haría esto? Realmente estoy atónito. Todavía no puedo creerlo – dice Silvio.
- Sí, papá, me engañó muy bien. Menos mal que esta misma semana me voy – dice Yuri.
- Yuri – habla Laura.
- Sí, mamá – responde él.
- ¿Qué dijo Ayla? – pregunta Laura.
- Dijo que es mentira, ¡solo que las fotos demuestran que es verdad! Y luego, ese tal Pietro vive en su casa, solo que yo pensaba y creía que era para ver a Eleonora – dice Yuri.
- ¿Has pensado en darle a Ayla la oportunidad de explicarse? – dice Laura.
- No quiero ni verla, le entregué mi corazón y… olvídalo, no quiero hablar más del tema, voy a darme una ducha – dice Yuri marchándose.
En casa de Ayla
Ayla
Terminé durmiéndome, después de llorar muchísimo, me levanto, me doy una ducha y cuando me doy cuenta es muy tarde, dormí demasiado, seguro que no podré hablar con papá hoy.
Aun así, voy al salón y, como imaginaba, hay un silencio total, todos durmiendo.
Acabo volviendo a mi habitación, sigo intentando hablar con Yuri, pero su teléfono sigue apagado y no me atrevo a llamar a su casa, ¡imagínate lo que deben estar pensando sus padres…!