Victoria necesita dinero para ayudar a su padre y a su hermana menor mientras que José Carlos necesita urgente una esposa para complacer a su abuelo y a la vez cumplir con la promesa que le hizo a su madre...sus desgracias entrelazan sus vidas y a la vez los llevan a descubrir caminos inimaginables...¿Podrán sentir algo más que el simple compromiso de un contrato?
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CAP 3
Ya pasaban las once de la noche y el conducía su deportivo por las casi vacías avenidas ...en su prisa miro hacia una acera y pudo ver avanzar a una mujer le era familiar su forma de caminar. Disminuyo la velocidad de su auto y la observo mejor, llevaba bolsas del super ...se estaciono cerca de ella lo que le causo un buen susto...se detuvo en su andar y miro hacia atrás no había nadie más por allí. Él entonces se bajó del deportivo y se dirigió hasta ella.
Ambos se quedaron mirándose fijamente, de repente el tomo las bolsas que ella cargaba
-Vamos, te llevare a tu casa
-No es necesario - intento quitarle las bolsas - No falta mucho por llegar.
-¡Que terca eres! ¿Acaso no vez lo desolada que esta la zona? Puede sucederte algo desagradable. ¿Por qué sales tan tarde del trabajo?
Ella sonrió con ironía
-Es que mi jefe es muy exigente, nadie puede irse si él no se ha ido.
-Es un imbécil tu jefe
-¡Qué bien que lo comente usted! ¿Crees que puedas hacerle llegar la incomodidad que genera en los trabajadores?- le dijo en tono de burla, pues hablaban de él mismo.
-¡Claro! Mañana le regañare por ello
Ella se cruzó de brazo y sonrió por lo poco perspicaz que él era ¿O se estaría haciendo?
-Como sea, debo llegar a casa ...estarán preocupados por mí.
-¿Estarán? -Le miro extrañado -¿Con quién vives?
-Demasiada información personal jefe, devuélvame mis bolsas para poder llegar a mi casa.
-Dime con quienes vives ¿Tienes esposo ya? ¿Por eso no aceptas casarte conmigo?
Ella dejo escapar el aire de sus pulmones de forma brusca y le observo resignada
-¡Esta bien! Quédate con mis compras, yo debo volver.
Y sin esperar que el pronunciara palabras reanudo su andar.
-¿Me darás la espalda? -Pregunto algo asombrado -¡Dejare aquí tus compras! alzo la voz para que ella le escuchara.
Pero ella le hizo caso omiso y siguió avanzando. El solo la miro alejarse, ella era frustrante para él que estaba acostumbrado a obtenerlo todo a la primera...
Metió las bolsas en el maletero y retomo su camino, esta vez no se detuvo cuando se la cruzo.
Ella se detuvo al verlo seguir, suspiro y luego se apresuró para llegar a su casa.
-Familia ya regrese- dijo al entrar dejando las llaves sobre un almario pequeño que había en la entrada.
-¡Ya era hora! -Le recibió su padre con un par de besos en las mejillas - Hoy demoraste mucho
- Es que pase por el súper - el padre le miro las manos desocupadas - ¡Ah no! Las bolsas se las llevo un imbécil que las necesitaba más que yo
-¿Te asaltaron? -Se preocupó su padre - ¿Estás bien?
-Si papá, estoy bien. -Miro hacia las escaleras - ¿Dónde está Valeria?
-Ya está dormida -sonrió -demoraste mucho y ella se levanta muy temprano.
-Mamá estuviera orgullosa de ella si la viera ahora
-Estaría orgullosa de ambas, se han convertido en mujeres de bien ¡Pero no conversemos de cosas tristes! ¿Vas a comer?
Ella negó con la cabeza
-Solo tomare un jugo y unas tostadas papá, ya es muy tarde.
-Ve y date una ducha caliente mientras te lo preparo.
Ella asintió con una sonrisa enorme, su padre llevaba diez años haciendo la función de madre y padre, les preparaba la cena, la consentía en todo lo que estaba a su alcance como ella podría dejarlo ahora que estaba envejeciendo.
Lo miro con cariño mientras él iba hacia la cocina y ella subía las escaleras que la llevaban a la habitación que compartía con su hermana menor desde que tenía uso de razón.
Desde su cama observaba el techo adornado con estrellas luminiscentes, recordando el momento exacto en que habían ido a vivir allí y sus padres decoraban junto a ellas la habitación. Su madre había decidido colocar aquellas estrellas para que sus vidas estuvieran cargadas de luz... sonrió al recordar cuando su padre y madre se pintaron los rostros mientras daban color a las paredes... No pudo evitar que una lagrima se escapara de sus ojos al tener presente tan bonitos recuerdos de su infancia, sinceramente había sido una niña muy feliz ya nada era igual desde que ella había partido de este mundo, por más que su padre lo intentara.
Y con aquellos pensamientos melancólicos se quedó completamente dormida.
La alarma del reloj sonó insistentemente y tanto ella como su hermana se despertaron.
-Buenos días Val.
-Buenos días Vicky, ¿llegaste muy tarde anoche? -La aludida asintió - Ese jefe tuyo debería escuchar unas cuantas cosas, ¡Ya verás un día de estos!
Victoria se sonrió, su hermana siempre había sido una buena peleonera…
-Estoy segura que le ganarías la razón, pero mejor no hagas nada, necesitamos el sueldo.- esto último lo dijo en murmullo.
-¿Pero a qué precio hermana mía? - le abrazo- Temo por tu salud ¿Al menos tienes tiempo para almorzar?
-Sí, no te preocupe, me has enseñado bien... aunque debería ser al revés
Ambas hermanas se rieron
-Tomare primero el baño de un salto Valeria corrió al baño para prepararse para la universidad y ella bajo para ayudar a su padre en la cocina.
Un grito ensordecedor hizo que Valeria saliera casi desnuda del baño y corrió a donde su hermana se encontraba, ambas se asustaron al ver tirado a su padre en el suelo, con su cabeza apoyada sobre un charco de sangre
-¿Crees que- no se atrevía a completar la pregunta
Vicky saco su móvil del bolsillo del pijama y marco a emergencias
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Ya era la tercera vez que bajaba hasta la sala de comunicaciones.
¿Dónde estaría ella?
-¿Quién se cree para no venir a trabajar? - murmuró para sí mismo
Una de las trabajadoras de allí le vio mientras entraba al departamento
-¿Necesita usted algo señor?
-¿Yo? -Carraspeo - No necesito nada de aquí por el momento
Y dejando algo curiosa a la trabajadora, se ajustó su corbata y se alejó del lugar.
Una vez en su gran oficina, caminando de un lugar a otro con las manos introducidas en los bolsillos de su pantalón, se hacía un sinfín de preguntas
<< ¿Por qué no habrá venido a trabajar hoy?>> se detenía y volvía a reanudar su andar << ¿Estará pensando renunciar?>> volvía a detenerse << ¡No! ¡Eso no! Ella me dijo que necesitaba el salario. ¿Estará haciendo un berrinche para que le devuelva sus compras y le pida disculpas?>>
Se pasó una mano por su cabello perfectamente peinado, gesto que lo llevo a despeinarse un poco
-¡Es muy frustrante no saber! - Dijo en voz alta aunque solo él podía escucharlo - ¿Por qué me estoy preocupando tanto?
Se sentó en su silla giratoria y reclino en ella su ancha espalda miro hacia el intercomunicador, se inclinó hacia el aparato y presiono un botón
-¿Si señor? -escucho la voz de su secretario
- Necesito que le pidas a la asistente de comunicación que suba a mi oficina ahora.
-Claro señor.
La comunicación se cortó entonces y el trato de concentrarse en el trabajo, debía firmar documentos y prepararse para una junta administrativa.
El secretario regreso luego de unos minutos
-¡Adelante! -ordeno pasar. Levanto la mirada pensando que era ella, pero la sorpresa fue ver allí a su secretario. -¿Qué paso? ¿Dónde está ella?
-Lo lamento señor, hoy no se presentó a trabajar por problemas personales.
-¿Problemas personales en horario laboral? - Se sonrió algo incrédulo -¿Acaso busca que la despidan? -Miro al secretario - ¡No se pueden ausentar por problemas personales! - grito
El secretario dio un paso hacia atrás al verlo algo descompuesto.
-Según me dijo su superior, su padre fue llevado al hospital de forma urgente - titubeo al hablar, sentía algo de temor.
José Carlos suavizo la mirada y su rostro, aunque el mismo no se percataba, mostró preocupación.
-¿Su padre está vivo? ¿Tiene familia? - Sintió curiosidad - ¿En qué hospital se encuentra?
-No lo sé señor
-¡Pues ve y averígualo!
El secretario se despidió rápidamente y fue a obtener la información solicitada.
Unos minutos después José Carlos conducía frenéticamente rumbo al hospital.