Rose

Alexander llevó a Rose a un lugar tranquilo en el bosque, lejos de la ciudad y de la organización que los perseguía. Se sentaron en una roca, rodeados de árboles altos y silencio.

"Rose, tengo que contarte algo", dijo Alexander, mirándola con seriedad. "Algo que he estado escondiendo durante mucho tiempo".

Rose se inclinó hacia adelante, interesada. "¿Qué es?" preguntó.

Alexander respiró profundo antes de comenzar. "Mi pasado es... complicado", dijo. "Nací en el siglo XV, en una familia noble. Pero mi vida cambió cuando conocí a un vampiro. Me convirtió en uno de ellos, y desde entonces he vivido en la oscuridad".

Rose escuchaba con atención, fascinada por la historia. "¿Y qué pasó después?" preguntó.

Alexander se detuvo un momento, recordando. "Me uní a una familia de vampiros, liderada por un hombre llamado Valois. Éramos una familia, unidos por nuestra condición. Pero Valois tenía un secreto. Era cruel y manipulador, y usaba su poder para controlarnos".

Rose se sintió horrorizada. "¿Qué hiciste?" preguntó.

Alexander se encogió de hombros. "Me rebelé contra él. Me di cuenta de que no podía seguir viviendo bajo su control. Pero Valois me castigó. Me envió a la guerra, a luchar contra los humanos. Y allí... allí perdí a alguien que amaba".

Rose vio la tristeza en los ojos de Alexander, y se dio cuenta de que su conexión con él era más profunda de lo que pensaba. "Lo siento", dijo, tocando su mano.

Alexander sonrió débilmente. "No es tu culpa, Rose. Es mi pasado. Pero quiero que sepas la verdad sobre mí. Quiero que sepas que no soy solo un vampiro, sino un ser con un corazón y un alma".

Rose se sintió conmovida por sus palabras. Se dio cuenta de que Alexander no era solo un ser inmortal, sino alguien que había sufrido y amado. Y en ese momento, supo que estaba enamorada de él.

Pero su felicidad duró poco. De repente, escucharon un ruido en el bosque. La Orden del Sol había encontrado su escondite.

La Orden del Sol emergió del bosque, armada y lista para atacar. Alexander se puso delante de Rose, protegiéndola con su cuerpo.

"No te preocupes, Rose", dijo. "Estoy aquí para protegerte".

Rose se sintió aterrada, pero también decidida. No iba a dejar que Alexander luchara solo.

Juntos, enfrentaron a la Orden del Sol. Alexander luchaba con habilidad y velocidad, derrotando a varios miembros de la organización. Rose, por su parte, descubrió que tenía habilidades que no sabía que poseía. Era rápida y fuerte, y logró derrotar a varios enemigos.

Pero la Orden del Sol era numerosa, y pronto se encontraron rodeados. Alexander fue herido en el brazo, y Rose se sintió desesperada.

De repente, apareció una figura en la distancia. Era un vampiro alto y fuerte, con ojos azules penetrantes.

"¿Quién es?" preguntó Rose.

"Es Elijah", respondió Alexander. "Un amigo de la infancia. Ha venido a ayudarnos".

Elijah se unió a la batalla, luchando con habilidad y fuerza. Juntos, lograron derrotar a la Orden del Sol y escapar del bosque.

Una vez a salvo, Alexander se volvió hacia Rose y la abrazó.

"Gracias por estar aquí conmigo", dijo. "No sé qué hubiera hecho sin ti".

Rose se sintió conmovida por sus palabras. Se dio cuenta de que su conexión con Alexander era más profunda de lo que pensaba.

Pero pronto, Elijah les recordó que la batalla no había terminado. La Orden del Sol volvería, y debían estar preparados.

"Tenemos que encontrar una forma de detenerlos de una vez por todas", dijo Elijah.

Alexander asintió. "Tienes razón. Debemos encontrar una forma de derrotarlos definitivamente".

Y así, Rose, Alexander y Elijah se embarcaron en una misión para detener a la Orden del Sol y proteger su mundo.