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ASCENCIÓN EN CAÍDA

ASCENCIÓN EN CAÍDA

Status: En proceso
Genre:Mujer despreciada / Amor en la guerra / Viaje a un mundo de fantasía / Reencarnación / Fantasía épica / Mundo mágico
Popularitas:7.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Leonel md

La mayoría de veces, las personas renacidas con su mentalidad adulta en un mundo con poderes siempre tienen una vida sencilla, poderosos desde un inicio, con padres amorosos y en un mundo donde la paz está reinando. Pero ¿qué pasa cuando renaces en tu mismo mundo, en medio de una guerra, con padres traumados y con un poder desconocido en tu interior? preguntemosle a Ademir Graymond.

NovelToon tiene autorización de Leonel md para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Familia

Las gotas de lluvia caían de forma constante, llenando y golpeando los charcos formados en la calle. Cada gota era un pequeño susurro de melancolía que hacía más incómodo ese ambiente. La luz tenue del día se filtraba a través de nubes grises, tiñendo todo de un tono apagado, mientras sombras de figuras pasaban por delante de mi visión.

Monotonía total. ¿Cuánto tiempo llevaba atrapado aquí? Tres años y medio. Aún no sabía cómo había llegado aquí; no sabía si acaso había nacido o simplemente surgido de la nada. La verdad era que podría haberme despertado en un acantilado y seguiría sin saber qué demonios estaba haciendo en ese cuerpo.

En ese momento solo miraba por aquella aburrida ventana de mi casa, esperando que pasara algo interesante, o al menos un meteorito que terminara con ese espectáculo de aburrimiento. Afuera, los vagabundos se agazapaban en sus cartones, buscando refugio de las gotas bajo trozos de cartón. ¿En serio?

Por otro lado, las personas de clase baja, que no eran lo suficientemente desafortunadas como para ser vagabundas, corrían como si el agua pudiera perseguirlas y no lo entendía, si se suponía que adelante también estaba lloviendo.

En fin, aunque su clase económica podía variar, lo que nunca cambiaban eran sus rostros cansados y decaídos. Todo por culpa de una guerra.

Al principio, entenderlo había sido un rompecabezas. Demasiados datos para un mocoso de menos de cuatro años. Pero, como cualquier buena tragedia griega, uno se adaptaba.

El mundo estaba paralizado por una guerra por el control de un mineral que venía de una de las lunas que se veían en el cielo. Esa sustancia se llamaba Aheterium.

Si los escasos periódicos y libros que había encontrado en la basura de la ciudad no se equivocaban, el Aheterium era una sustancia negra, viscosa y apestosa, con más propiedades de las que podía contar.

Había sido descubierta cuando un pedazo de Ethas, la luna rojiza, decidió jugar a la caída libre y aterrizó en territorio de Celestia.

Tenía propiedades que podrían cambiar el juego, como aumentar la fertilidad del suelo, funcionar como materia prima en la elaboración de productos y hasta curar ciertas enfermedades si se ingería.

Básicamente, podría revolucionar el mundo. Pero, como en cualquier buena novela ligera escrita por un rarito en su habitación, el Aheterium también tenía otra propiedad más allá de lo posible.

Esa cosa otorgaba poderes ridículos a algunos humanos. ¡Poderes! ¡Porque claro, eso era justo lo que todos necesitaban!

Y, en lugar de influir de manera positiva en la sociedad, todo se había ido ala mierda.

Gracias a nuestros dos protagonistas: Celestia, el lugar donde yo vivía, que era tan grande como un continente dividido en países que podrían ser catalogados como un país ideal.

Liberal, donde todos tenían derechos, podían expresarse libremente y hasta influir en la política.

Estaba lleno de cultura propia y cada país tenía sus propias normas. Todos eran felices, nadie pasaba hambre, gracias a la brillante economía que florecía entre fábricas y negocios industriales que estaban revolucionando la sociedad. Solo había que mirar esta ciudad: llena de fábricas, humo, obreros y calles contaminadas.

Definitivamente, el paraíso.

Contrario a Zyrionia, el enemigo, de similar tamaño pero de características radicalmente opuestas. Allí, el gobierno tenía el control absoluto, no había derechos, y la crisis y la hambruna eran los panes de cada día. Esas tierras colosales chocaban constantemente debido a sus diferencias de pensamiento, de gobierno y de vida.

Ya había habido una guerra colosal que mató a tantas personas que cada uno decidió encerrarse en su mundo, odiándose entre sí durante décadas. Aunque Zyrionia era un enigma para mí, se decía que allí ni siquiera existían vehículos motorizados.

Esa paz que había en ambas naciones se había esfumado ahora gracias al Aheterium.

Zyrionia temía que Celestia explotara ese mineral para aniquilarlos, así que pidieron que se compartiera para equilibrar la balanza.

Pero Celestia, temerosa de que eso significara su propia aniquilación, dijo que no. Así que, ¿qué hicieron? Comenzaron la guerra de nuevo. No solo por el control de Aheterium, sino por el control del mundo.

Desde entonces, todo había ido en picada. Refugiados y más refugiados, vagabundeando y generando lástima a su paso. Las crisis y la hambruna eran el pan de cada día, gracias a los ataques a ciudades productoras y demás.

La verdad era que cuando supe que había una guerra, pensé que podría sobrellevarlo, pero ahora con toda esa información sacada de la nada, estaba un poco preocupado, pues aunque tenía 5 años, no iba a la escuela, ni podía salir mucho de casa debido a que siempre estaba la incógnita de qué pasaría afuera.

Los peligros que había no eran para tomarse a la ligera; además no era como si mi madre me sacara mucho a pasear.

¿Hum...? Hablando de ella...

Pude visualizar cómo la figura de una mujer familiar venía caminando directo a mi hogar, mojada, con los hombros abajo y una mirada sombría.

Clarissa Graymond, mi madre, avanzaba; su andar era lento, como si cada paso le pesara más que el anterior.

Ese día llevaba un vestido de color oscuro, que se adhería a su figura empapada, mientras un abrigo negro la envolvía, pero no lograba ocultar esa aura triste que la rodeaba.

La tela estaba manchada de barro, y me preguntaba si alguna vez se había tomado el tiempo para mirarse en un espejo.

Sus manos estaban cruzadas deteniendo su abrigo.

Sus ojos sombríos estaban perdidos en el suelo y la lluvia le caía sobre el cabello, que se adhería a su frente, mientras su rostro se veía más cansado que nunca.

"Pobre mujer, ¿cómo le habría ido esta vez?"

La incomodidad se instalaba en mi pecho, y por un momento, un sentimiento ajeno me invadía, como si de la nada fuera solo un espectador más en ese cuerpo, y el niño original fuera quien ahora tomaba el mando.

Tragué saliva dejando que pasara lo que tuviera que pasar.

La puerta se abrió bruscamente y ella llegó a casa, suspiró profundamente y dejó caer el abrigo con un gesto casi automático, como si fuera un peso que la agobiara.

Por un instante, nuestros ojos se encontraron, y Ademir original buscaba algo, una mirada que le permitiera ponerse contento por su llegada. Pero en vez de eso, lo que encontraba era una mirada dura y fruncida, que solo transmitía enojo.

"¿Qué demonios estás viendo?", me preguntó con enojo y su voz destruyó la melancolía que había en el hogar.

"Ah... y-yo..."

"Tch... Maldito niño."

Me interrumpió con el ceño fruncido y continuó su camino, dejándome ahí, tieso, incómodo y triste, muy triste.

Solo la observaba mientras se dirigía a la radio que siempre sonaba cuando ella estaba en casa, en la misma estación de noticias donde se hablaba principalmente de las batallas y los muertos reconocidos.

Mientras la escuchaba, ella abría la alacena y sacaba pan, salami, entre otros ingredientes que se ponía a cortar tan tensamente, con su boca temblando, como si de un momento a otro fuera a derrumbarse y desbordar esas emociones que la carcomían.

Era extraño; ella y yo éramos dos personas extrañas, de la nada cuando hacía contacto visual conmigo, o cuando estaba cerca de mí, podía sentir cómo algo más se apoderaba de mí, como si el Ademir original tomara control de los sentimientos, y me dejara a mí, quien entró ya tarde en ese cuerpo, en segundo plano.

No sabría precisamente cómo explicarlo, y decía que era extraño porque jamás, en lo que había estado en ese sitio, había recibido un cálido sentimiento de cariño de ella como madre; en su lugar solo había recuerdos de desprecios, maltratos y una que otra golpiza.

Y ahí seguía, tensa, sin un solo porcentaje de relajación, sus labios temblando, sus manos intentando cortar un pedazo de pan, pero ni siquiera lo podía hacer bien. Era como ver un fantasma en plena cocina. Aunque la verdad no siempre había sido así; bueno, sí, siempre había sido una mujer un poco repugnante y enojona, conmigo más que nada. Pero con el paso de los años se había ido hundiendo sola en un hoyo que ni ella misma había hecho, sino que había sido esa persona.

Mi vista inconscientemente se dirigía hacia el cuadro puesto en la sala principal. No había un hijo sin un padre, y era él a quien me refería. Dariel Graymond se enlistó en el ejército apenas inició la guerra. La última comunicación que tuvo con Clarissa fue donde mencionaba que se dirigía a una guerra en un lugar llamado Canarias. La mala noticia era que esa batalla fue una completa masacre; nadie más que soldados enemigos sobrevivieron y no estuvo del todo claro cómo pasó, solo fue una masacre y, desde entonces, no se había visto un rastro de ese hombre. Fue ahí donde Clarissa se vino abajo. Precisamente en este radio fue donde se enteró. Ahora cada montaña de cadáveres traída por soldados era cuidadosamente esculcada por Clarissa, ya que hasta la fecha nunca se había encontrado el cuerpo del hombre. La cordura la dejaba a un lado; cada olor putrefacto que seguramente olía al revisar cadáveres, cada gota de sangre que le quedaba en las manos, sumado al cansancio, la incertidumbre y la falsa esperanza, estaba acabando poco a poco con la mujer.

Era gracioso porque, aunque no hubiera conocido a mi padre, su desaparición también me afectaba. En esta casa no era el hijo querido, más bien, el pequeño saco de boxeo de mi madre.

La oía llorar por las noches y golpear la puerta o tirar cosas, pero de día era yo quien se llevaba los gritos y, a veces, hasta los golpes. A veces me soltaba palabras que quemaban más que cualquier golpe: "Demonio, bastardo". Acompañadas de una mirada de odio puro, como si yo tuviera la culpa. Sabía que no era el problema real, pero era el que estaba allí, y parecía que eso le bastaba para que descargara todo. ¿Que si la odiaba? No sabía. Era difícil odiarla del todo porque, al final... seguía siendo mi madre. No sabía ni cómo se suponía que debía sentirme. Sentía que, a veces, era yo el que estaba atrapado en ella, obligado a verla desmoronarse mientras no hacía nada más que observar cómo se destrozaba.

Y por más que la odiara por todo lo que hacía, a veces, cuando la veía así de perdida, me daba lástima.

***

Sin embargo... Ahora mismo, en este preciso momento.

"¡KYAAAAAAAAAAAA!! ¡N-NO PUEDE SER!!!"

Esa monotonía que les he contado, esa Clarissa que tenía el mundo abajo, con falsas esperanzas... Al parecer, habían tenido un resultados positivo.

"¡D-D-arieeeelll! ¡ERES TUUUUUU!" en menos de un segundo, la mujer de la nada estaba en el aire lanzada con una cantidad de lágrimas en sus ojos totalmente exageradas, sobre aquel hombre del cuadro, quie está justo ahora, parado enfrente de la puerta de la casa, mojado por la lluvia, herido y con un brazo roto.

"!Hola Clarissa! He vuelto"

¡¡Mi padre ha aparecido!!

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A.M.E. Arisen_gg
no soy mucho de leer pero esta entrenido jaja
ჹსizმႦჹႵႹ
es muy buena esta novela
G
wow! esta super , eres un excelente escritor /Proud/
Leo Flowers: gracias
total 1 replies
Leo Flowers
Buena historia de Drama/fantasía
danielgamer012 gameplays
casi creí que estabas describiendo mi infancia Men, la historia esta bien 👍
danielgamer012 gameplays
ala miércoles, este men casi relata mi infancia a la perfección, solo sobra lo de la guerra 😯
Randy Aguilar
Muy buena, Es tan buena transmitiendo los sentimientos del protagonista que de verdad quise abandonar y leer algo más ameno. De verdad me hizo llorar. Solo espero que tenga un final feliz.
Cheng Lin2194
¡Necesito saber qué sucede después! ¡No me dejes esperando mucho tiempo! 😱😜
<|^BeLly^|>
Dame más ya
Leo Flowers: Ya hay más capitulos:)
total 1 replies
I,ts Zero
Tu habilidad para describir los ambientes y las sensaciones es increíble, ¡sigue así! 🌟
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